Juanma Moreno reprocha al PSOE-A que cierre filas con «los desvaríos y disparates de Sánchez»

El presidente de la Junta se sometió como cada jueves de pleno a la sesión de control y la pregunta del líder socialista iba a estar centrada en una cuestión de inversiones, pero los acontecimientos se impusieron a la agenda prevista y el debate acabó centrado en un asunto casi excluyente, el reproche de Moreno a la decisión de Juan Espadas de sumarse sin fisuras a la defensa de Sánchez en contraposición a otros líderes regionales socialistas, como Emiliano García-Page o Javier Lambán, que en los últimos días han marcado distancias con los acuerdos del presidente del Gobierno con Esquerra Republicana.

Las direcciones andaluzas del Partido Popular y del PSOE se esfuerzan estos días en convencer a quien quiera escucharlas de la trascendencia política de los convulsos días que vive la política española y además de las intervenciones en el hemiciclo en el Parlamento dedican tiempo a exponer sus argumentos en los pasillos y a micrófono cerrado.

En el PP no dudan en sostener que España se enfrenta a la mayor crisis desde la restauración democrática y que los acuerdos de Sánchez con los republicanos catalanes no sólo persiguen mantener al presidente del Gobierno en La Moncloa, sino sobre todo de abrir el camino a una futura alianza de poder entre el PSOE y Esquerra, llamada a jugar un papel más relevante en el futuro próximo ante la previsible caída electoral de Podemos.

Desde el PSOE se justifica su cierre de filas con Sánchez no sólo en el argumento de la lealtad partidaria, sino en la necesidad de resolver lo que consideran el mayor problema de la democracia española, el conflicto catalán, que, recuerdan supone una herencia de los gobiernos de Mariano Rajoy.

Frente a quienes reprochan a los socialistas andaluzas la pérdida de un perfil propio, recuerdan que la decisión de acentuar ese perfil diferenciado frente a Ferraz estuvo en el origen de una de las mayores crisis internas del PSOE que concluyó además con la pérdida de la Junta tras 37 años en el poder en Andalucía.

Pero mientras en las conversaciones más o menos privadas se desgranan estos argumentos, en la tribuna los argumentos desde la tribuna son de un tono más grueso. En la sesión de control, Juanma Moreno subrayó lo que entiende como una falta de voz y criterio propios del PSOE de Andalucía reflejado en lo que considera un apoyo sin fisuras de Juan Espadas a lo que considera «disparates y desvaríos» de Pedro Sánchez.

Según el presidente de la Junta, ante la actual situación, el lider socialista andaluz tiene tres posibilidades: callarse, alzar su voz o ser el primero en defender esas políticas a su juicio incomprensibles para el electorado andaluz. En su opinión, Juan Espadas se ha decantado por esta última. «Usted, que es un hombre sensato y ha tenido altas responsabilidades institucionales, sabe que es un disparate lo que se está produciendo en el Código Penal», dijo el presidente andaluz.

Espadas replicó que el papel de Juanma Moreno no debe ser acudir al Parlamento a dar lecciones de política ni de estrategia a los socialistas y le planteó las diferencias de financiación de la Junta de Andalucía entre la actualidad y cuando gobernaba Mariano Rajoy, ya que mientras que entonces llegaban 6.200 millones de euros menos de lo que correspondía él callaba como líder de la oposición. El líder socialista aseguró que no va a sumarse a las voces críticas, que es lo que se le demanda, frente a un gobierno «que ha traído a Andalucía 5.000 millones de euros más cada año desde que Moreno gobierna para que se hagan políticas que benefician a los andaluces».

Moreno, por su parte, instó al secretario general socialista que diga si está de acuerdo con que el Estado se vuelque más en la ejecución presupuestaria en Cataluña que en Andalucía, ya que, según sus datos, en el primer semestre de este año se ejecutaron un 15 por ciento de las obras presupuestadas en Andalucía frente al 64 por ciento de la comunidad catalana.