
PPLL
Viernes, 29 de noviembre 2013, 13:06
En el corazón de la provincia de Granada crece una sierra joven, donde los ríos Darro y Fardes recorren parajes poblados de encinares, pinares, quejigales, zonas de matorral y bosques de ribera que dan abrigo a una fauna variada, entre la que se encuentran algunas especies en peligro de extinción como la cabra montesa o el águila real.
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La Sierra de Huétor se despliega por una superficie que supera las doce mil hectáreas de extensión y que en el año 1989 fue distinguida como Parque natural. Bajo esta protección se incluyen también las sierras de Alfaguara, Cogollos, Diezma y la de Beas, así como estribaciones sur de la de Arana. Está situada al noroeste de la capital granadina y desde sus montañas se pueden obtener unas vistas privilegiadas de Sierra Nevada.
Un relieve complejo caracteriza a este parque natural de fácil acceso y numerosas pistas forestales. A través de las rutas de senderismo que pueden emprenderse a través de la Sierra de Huétor, se alternan estrechos barrancos, arroyos, tajos y calares. El agua, fuente de vida, es otra de las señas de identidad de este espacio natural, que además de los cauces del Darro y el Fardes, esconde tesoros como galerías y cuevas donde este tesoro líquido se acumula. Así ocurre en la célebre Cueva del Agua. O en los múltiples manantiales que se suceden, como el de Fuente Grande de Aldácar.
Sus ríos forman valles que separan las lomas de montaña, donde crecen masas vegetales autóctonas. La riqueza de su flora, determinada por influencias del clima mediterráneo malagueño y almeriense, hacen de sus tierras una joya andaluza de la preservación vegetal.
Los pasajes de este espacio natural albergan en su riqueza vestigios que legaron el paso de las distintas culturas que en algún momento de la historia pasaron por la Sierra de Huétor, donde es posible encontrarse con acequias, alquerías y baños de la época árabe. En el pueblo de Víznar se halla el palacio de Cuzco, de estilo neoclásico y declarado Monumento Nacional. El entorno, conformado por pueblos serranos como los anteriormente citados o Alfacar, Beas deGranada, Nívar y Huétor Santillán, aúnan historia y paisaje, rutas senderistas y zonas aptas para la pesca de río o la escalada.
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Tres rutas por el Parque Natural
La Sierra de Huétor ofrece multitud de senderos en los que descubrir la historia, el patrimonio y los espacios naturales de este enclave de elevada riqueza ambiental. El Palacio de Cuzco, ubicado en la villa de Víznar y declarado Monumento Nacional, es una residencia veraniega construida a finales del siglo XVIII por orden del Arzobispo de Granada. Presenta un estilo arquitectónico neoclásico italiano y conserva murales, frescos, puertas y herrajes de la época. Pasear por los jardines anexos permite al visitante disfrutar de unos espacios creados cuyo motivo principal es el agua.
Precisamente el agua es uno de los tesoros de este paraje, donde pasear por el nacimiento del río Darro constituye una cita obligada. Se trata de uno de los ríos más conocidos de Andalucía por su vinculación con la ciudad de Granada. Nace en la Fuente de los Porqueros, donde el agua brota entre las cavidades rocosas. Un sendero que parte desde Fuente de la Teja atraviesa pinares, encinares y el bosque de ribera del propio Darro.
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Los característicos molinos de Víznar, donde se fabricaba la harina con la que se elaboraban el famoso pan de esta localidad, trazan otra ruta gracias a la que pueden conocerse los principales monumentos de esta zona.
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