'Sangre y arena' reúne en Valladolid al Picasso taurino
ROBERTO JIMÉNEZ. EFE
Viernes, 4 de septiembre 2009, 03:36
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G RAN parte de la obra gráfica de Pablo Picasso, determinada tanto por la heterodoxia como la vanguardia desde una amplia variedad de técnicas y estilos, la dedicó a expresar ideas, sentimientos o aficiones como la tauromaquia, objeto ésta de la exposición 'Sangre y Arena', inaugurada ayer en Valladolid.
La precoz proximidad al rito taurómaco, desde su Málaga natal donde su padre le llevaba a los toros, incubó en su genio artístico un ansia interpretativa que principalmente alivió en el grabado y la cerámica, pero con el sello de «una heterodoxia personal» que plasmó en «iconografía, estilos y técnicas».
Así lo explicaba ayer, durante la apertura de la muestra, la Lourdes Moreno, la directora de la Fundación Picasso-Casa Natal, Lourdes Moreno, único lugar donde se ha podido ver, durante la pasada primavera, la colección de grabados y cerámicas ahora expuestos en la capital castellana hasta el 18 de octubre.
Cerca de 90 cerámicas en platos y de grabados en versión de litografía, aguada y linóleo, entre otras, conforman la muestra cuyo lema remite por una parte al libro del mismo título firmado en 1908 por Vicente Blasco Ibáñez, y por otra a la delgada línea que separa la vida de la muerte en la fiesta de los toros.
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Entre la dualidad
En esa dualidad entre ser o no ser, gloria y fracaso, tragedia y júbilo, inscribe Picasso su particular visión de la lidia y especialmente su interpretación del toro, al que se acerca desde el naturalismo hasta el esquematismo, y que dibuja dentro del coso y en el campo, de cuerpo entero o sólo sus cabezas.
Además, la exposición incluye también varios libros ilustrados por el artista malagueño, aunque ajenos al análisis y más centrados en el texto literario, caso de una edición parisina de la novela 'Carmen', de Prosper Mérimée.
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