
Manual de la simplicidad
JOSÉ ANTONIO GARRIGA VELA
Viernes, 16 de enero 2009, 04:06
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UNA amiga me ha regalado el libro 'Las leyes de la simplicidad', de John Maeda. Me ha dicho que se acordó de mí al ver el título y sobre todo después de leerlo. No le faltaba razón, cuando hablo de literatura, y sobre todo a la hora de escribir, voy en busca de la sencillez más absoluta. Antes de comprar un libro tengo la costumbre de leer las primeras líneas y la contraportada y esta vez no fue una excepción. El ensayo de Maeda empieza con estas palabras: «La tecnología ha llenado nuestras vidas hasta tal punto que nos hemos atiborrado». Luego leí la contraportada: «La sencillez y levedad de artilugios como el iPod han popularizado la simplicidad. Pero en ocasiones, nos vemos atrapados en una paradoja: deseamos algo sencillo y fácil de utilizar, pero que sea capaz de realizar todas aquellas cosas complejas que deseamos que haga». En 'Las leyes de la simplicidad', John Maeda proporciona las claves: diez leyes que equilibran la simplicidad y la complejidad en los negocios, la tecnología y el diseño, pero también en la vida, pues según el autor este libro expresa su lucha por comprender el sentido de la existencia desde su condición de tecnólogo humanista.
Tras leer el libro de Maeda me vino a la memoria la frase que hace tiempo oí pronunciar a un pintor: «Trato de llegar al embrión de la pintura». Yo también procuro desnudar la literatura de todos los abalorios que distraen la atención del lector. Me propongo llegar al embrión de la escritura.
Efectivamente, John Maeda desarrolla, en este libro de cien páginas, diez leyes y tres claves que pueden resultar útiles para manejarse en la complejidad de la vida cotidiana. Las diez leyes que propone son las siguientes:
1-REDUCIR: La manera más sencilla de alcanzar la simplicidad es mediante la reducción razonada.
2-ORGANIZAR: La organización permite que un sistema complejo parezca más sencillo.
3-TIEMPO: El ahorro de tiempo simplifica las cosas.
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4-APRENDIZAJE: El conocimiento lo simplifica todo.
5-DIFERENCIAS: La simplicidad y la complejidad se necesitan entre sí.
6-CONTEXTO: Lo que se encuentra en el límite de la simplicidad también es relevante.
7-EMOCIÓN: Es preferible que haya más emociones a que haya menos.
8-CONFIANZA: Confiamos en la simplicidad.
9-FRACASO: En algunos casos nunca es posible alcanzar la simplicidad.
10-LA ÚNICA: La simplicidad consiste en sustraer lo que es obvio y añadir lo específico.
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Y estas son las Tres Claves de la simplicidad:
1-LEJOS: Más aparenta ser menos simplemente alejándose, alejándose mucho.
2-ABRIR: La apertura simplifica la complejidad.
3-ENERGÍA: Utiliza menos, gana más.
John Maeda afirma que, como artista, quisiera poder afirmar que ha escrito el libro para sí mismo por la misma razón por la que se escala una montaña, porque está ahí. Pero la verdad es que lo ha escrito como respuesta a las numerosas voces de aliento que ha recibido, por correo electrónico o en persona, por parte de gente deseosa de entender mejor lo que es la simplicidad. Dice que se lo han dicho bioquímicos, ingenieros de producción, artistas digitales, amas de casa, empresarios tecnológicos, responsables de la construcción de carreteras, escritores de ficción, agentes inmobiliarios y oficinistas y añade que el interés parece ir en aumento.
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A mí la lectura del libro me ha planteado las mismas incógnitas que se cuestiona el autor y he llegado a conclusiones similares. Yo también opino que la vida puede ser compleja, pero al final es simple. Si toda nuestra vida habría que condensarla en una sola estantería de curiosidades, dice Maeda, ¿cuáles son los recuerdos que conservaríamos? Probablemente esas posesiones cabrían en el escueto espacio de esa estantería. Pero seguro que nadie se desprendería de esos otros recuerdos que no ocupan un lugar físico sino mental. Me refiero a los recuerdos que nos acompañan, que nos invaden, que se cuelan en la cabeza al margen de nuestra voluntad. A menudo los libros sencillos nos hacen reflexionar más que los libros complejos. John Maeda confiesa que cuando empezó a reflexionar sobre la simplicidad se dio cuenta de que nuestro mundo estaba siendo destruido por la complejidad y que había que detenerla. Posteriormente, en una conferencia en la que intervino como orador, un artista de setenta y pico años se acercó a él y le dijo: «Esté tranquilo, el mundo siempre ha estado desmoronándose».
No suelo tomar notas de los libros que leo. Sin embargo, he apuntado algunas frases de 'Las leyes de la simplicidad' que me han llamado la atención: «El aspecto positivo del materialismo es que nuestro estado de ánimo puede variar según los objetos que poseamos»; «La simplicidad puede ser un modo creativo de mirar al mundo que dirige el diseño. Los mejores diseñadores del mundo bizquean al mirar. Bizquean para distinguir el bosque de los árboles, para encontrar el justo equilibrio. Bizquean al mundo. Veréis más, viendo menos»; «Cuando estamos obligados a esperar, la vida parece innecesariamente complicada. El ahorro de tiempo simplifica las cosas»; «La angustia es lo que se debe evitar cuando se trata de aprender»; «El conocimiento es confort y el confort reside en el corazón de la simplicidad»; «El conocimiento lo simplifica todo»; «La tecnología y la vida se vuelven complejas únicamente si se lo autorizamos».
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