'Almoraima', el edén de los sentidos

HACE cuatro años, cuando los responsables del proyecto Hotel Melilla Puerto abrían sus puertas, lo dejaban bien claro: el hotel recibiría con los brazos abiertos a turistas y visitantes, pero nacía con el claro objetivo de incardinarse en la sociedad melillense, quería convertirse en una oferta alternativa de servicios para las gentes de Melilla y, para ello, no dudaría en mejorar e invertir.

El Hotel Melilla Puerto no ha dejado de cumplir su palabra en estos 48 meses de vida y el máximo exponente de ese espíritu innovador, inversor, es el nuevo restaurante 'La Almoraima'. Responde este nuevo servicio a la ideología del propio establecimiento hotelero, que no es otra que «ofrecer un buen servicio, a nivel europeo y de calidad creciente», palabras del director, Vicente Romero.

'La Almoraima' es un restaurante «ni mejor ni peor que el resto de establecimientos melillenses, que los hay y de muy buena calidad, sino diferente, porque hasta ahora no existía un restaurante de estas características», señala Romero.

Con capacidad para 95 comensales plácidamente acomodados, 'La Almoraima' viene a convertirse en una especie de edén de los sentidos. Cuenta con una carta diferencial de la que se benefician hospedados y melillenses, tiene una relación calidad-precio digna de admiración y presume de la firma de uno de los mejores fogoneros de Melilla, Amín Azmani.

Rinde especial culto a los buenos caldos. De hecho, el emblema de 'La Almoraina' está formado por siete copas de cristal que contienen las mejores uvas, base de la mejor enología del país. Ellas dan la bienvenida a los amigos del Hotel Melilla Puerto. El marisco espera, en un vivero, la elección del comensal. De ahí marchará a los fogones y de los fogones a las elegantes mesas de los distintos comedores.

«Apostamos por Melilla y por nuestra plantilla», aclara Vicente Romero. Desde su apertura, el Melilla Puerto mantiene intocables 95 puestos de trabajo, mejora sus servicios, crea rincones de ensueño, invierte, sella, en definitiva, su compromiso originario de hace cuatro años con la ciudad que le acoge y da nombre.