BUEN AÑO. Al Gore también ha recibido el Príncipe de Asturias y el Oscar. / JUSTIN SULLIVAN. AFP
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El Nobel de la Paz consagra la lucha de Al Gore y de la ONU contra el cambio climático

La Academia otorga el galardón al ex vicepresidente de EE. UU. y al organismo internacional «por haber puesto las bases para tomar las medidas necesarias» El Comité noruego vuelve a recompensar a abanderados de las causas sociales

ARANTZA PRÁDANOS

Sábado, 13 de octubre 2007, 12:17

El futuro del planeta y de sus habitantes necesita un golpe de timón inmediato para frenar los peores efectos de un calentamiento global que ya aprieta. El comité noruego de los Premios Nobel aportó su grano de arena al conceder el Nobel de la Paz a Al Gore y a los científicos del IPCC, el grupo internacional creado en 1988 por la ONU para estudiar el cambio climático. Al ex vicepresidente demócrata de los EE. UU., por ser la voz que más alto proclama esta exigencia; a los expertos, por barrer con conclusiones abrumadoras el escepticismo y las falsas controversias alimentadas durante años por poderosos intereses económicos.

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El premio recompensa esta cruzada, por la «recogida y difusión de informaciones sobre las alteraciones climáticas provocadas por el hombre y por haber puesto las bases para tomar las medidas necesarias para la lucha contra estos cambios», leyó Ole Danbolt Mjoes, presidente del jurado.

Los cinco sabios del comité ratificaron el gradual cambio de criterio en la concesión del Nobel de la Paz, entendida ésta como algo más que la mera ausencia de conflictos bélicos. En los últimos años han premiado a abanderados de causas globales. De justicia social y lucha contra la pobreza (2006, Nobel de la Paz a Muhammad Yunus, el 'banquero de los pobres'), en defensa del medio ambiente (2004, Wangari Maathai) y prevención de conflictos (2005, Agencia Internacional para la Energía Atómica). El galardón se entregará en Oslo el 10 de diciembre. Consta de diploma, medalla de oro y un cheque de 1,08 millones de euros, que se repartirán los premiados. Al Gore adelantó que donará su parte a la Alianza para la Protección Climática.

Honor compartido

El que fuera número dos de Bill Clinton se declaró «profundamente honrado». El premio, dijo, «es mucho más significativo porque tengo el honor de compartirlo con el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, un grupo cuyos miembros han trabajado infatigable y desinteresadamente durante años». En su comunicado, recordó que el mundo enfrenta «una verdadera emergencia planetaria». La crisis climática provocada por la industrialización y la quema desbocada de combustibles fósiles «no es un asunto político, es un desafío moral y espiritual de la humanidad», agregó.

El premio le llega a Albert Gore en un año redondo. A finales de febrero recibió el Oscar al mejor documental por su ya celebérrimo 'Una verdad incómoda'. Y el 26 de octubre recogerá en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2007.

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En nombre del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC en inglés), su presidente, Rajendra Pachauri, confía en que el premio a la labor de la comunidad científica sirva de aldabonazo colectivo. «Espero que ponga el tema en primer plano y provoque una mayor conciencia y un sentimiento de urgencia» en la lucha contra la crisis climática, afirmó. El cambio climático amenaza con desestabilizar las actividades económicas en todo el mundo «y también la estabilidad social», agregó. Según el IPCC, poner coto a las emisiones de CO2 costará un 0,12% del PIB mundial; no hacerlo, el 0,3%.

El espaldarazo del Nobel sella un año también especial para el IPCC, creado hace dos décadas por Naciones Unidas y la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Es al trabajo de miles de científicos -biólogos, físicos, químicos, meteorólogos, oceanógrafos, glaciólogos...- de todo el mundo compilado por el Panel al que Al Gore ha puesto altavoz y prestado su relieve mediático. Son sus observaciones sobre deshielo polar, elevación del nivel y la temperatura del mar, olas de calor, desertificación, inundaciones, alteración del ciclo biológico de especies animales y vegetales, etc, las que estremecen en 'Una verdad incómoda'.

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