Prisión para una mujer y su amante, acusados del asesinato de su marido en Murcia

«Tu hermano camina con malos pasos. Un día aparecerá muerto en cualquier acera». Parecía una profecía, pero no era otra cosa que una amenaza. Quizás una coartada, fabricada por anticipado. Lo cierto es que José Moreno, de 42 años, empleado de funeraria, casado y con tres hijos, expiró en la tarde del pasado 24 de marzo sobre la acera de la calle Gloria del barrio del Carmen de Murcia. Cuando la muerte se le presentó lo hizo adoptando la apariencia de un hombre grueso que cubría su pelada calvorota con una gorra de color naranja. Le llamó por su nombre -«eres José, ¿verdad?»-, le pasó un brazo sobre los hombros y con la mano libre, en la que empuñaba un descomunal cuchillo de cocina, le abrió un agujero en el pecho de cuatro dedos de anchura y palmo y medio de profundidad. La profecía que nunca fue se había cumplido.

La viuda, María de la Cruz A.V., de 37 años de edad, enfermera de una conocida clínica de fertilidad, mujer guapa y de exquisita educación, estaba destrozada en el funeral de su marido.

Investigación

Pero la policía, que en los primeros días de investigación no tenía ni una sola pista, fue a verla. Y Paqui le contó lo que sabía, que se llevaban mal, que estaban peleados, que ella tenía un amante, que él había suscrito un seguro de vida años antes y la había puesto como beneficiaria... Los especialistas de la Unidad de Delincuencia de Murcia empezaron a investigar, y Cuatro meses despúes descubrieron al asesino.

El miércoles, los policías detuvieron a la pareja. Ella mantuvo el tipo en todo momento y se negó a declarar. El jueves, al ser puesta a disposición judicial, seguía sin querer hacerlo. Él, cuya identidad responde a las iniciales J.S.J., de 37 años, también empezó negando cualquier relación con el crimen. Hasta que los agentes le hicieron saber que no era el único amante de Mari Cruz, que tenía al menos otros tres o cuatro. Entonces, sintiéndose utilizado, cantó. Explicó que le había manipulado, que ella le decía que su esposo le maltrataba, que le indujo a matarlo.