Juan Antonio García: «Hay cofradías que llevan 30 años con problemas de hombres de trono»

Sus inicios en el varal están ligados al rosario de la Virgen de Lágrimas y Favores «y también participé en algunos traslados». Sin embargo, su debut en un trono grande fue el Miércoles Santo de 1995, «con solo 15 años. Llevé, entonces, a la Virgen del Mayor Dolor de Fusionadas. Recuerdo que salí engañando a mi padre, porque no tenía la edad. De niño soñaba con ser hombre de trono», subraya García Torres, quien habla para SUR del mundo del martillo y el varal.

-En la previa de la entrevista me dijo que soñaba desde muy niño con ser hombre de trono. Cuando se estrenó, con 15 años, ¿no se le quitaron las ganas de volver?

-Cuando me hice hombre de trono, la experiencia fue aún más placentera de lo que pensaba. A mí me encantó hasta el punto de que no he dejado de sacar tronos hasta el día de hoy.

-¿Qué tronos porta en la actualidad?

-Ahora soy hombre de trono de la Virgen de Lágrimas y Favores y en 2022 debutaré en el equipo de capataces de la Virgen de la Esperanza. Anteriormente, fui capataz, durante ocho años, de Mayor Dolor, también lo he sido en la Sagrada Mortaja del Monte Calvario y, bueno, ahora salgo en verano en el Carmen de El Perchel.

-¿Cuándo y cómo surgió la Asociación Daffari Hombres de Trono?

-Esto surgió, en realidad, en mi casa. Nosotros nos reuníamos en la antigua Asociación Hombres de Trono que tenía la sede en Carretería. Esta asociación dejó de tener actividad. Al desaparecer, nosotros arrancamos en 2008, celebrando tertulias, pero, de forma oficial, en 2011, cuando ya presentamos un cartel y dimos un homenaje.

-O sea, usted va camino de los 15 años de presidente. ¿No hay renovación? ¿Es un cargo vitalicio?

-No. Nosotros nos regimos por unos estatutos. En octubre celebraremos elecciones.

-¿Y volverá a presentarse?

-Creo que no. Hay que darle paso a la gente más joven.

-¿Por qué lleva la asociación el nombre de Daffari?

-Nos gustaba bastante la historia que había en torno a este hombre. Antonio Daffari fue el 'padre' de los capataces en Málaga en el siglo XX. Capataces antiguos, como Juanma Jiménez o Julio Torres, que ellos venían, a su vez, de la familia de Juan Polo o 'Bigote Pana', consideraban que Daffari era la referencia en los años 20, cuando se fundó la Agrupación de Cofradías. La familia de Daffari era de Italia, pero él nació y vivió en Barcelona. Luego, llegó a Málaga y se enamoró de la Semana Santa. Él era guarnicionero de las caballerías de la plaza de toros de La Malagueta. Antonio, a diferencia de los demás capataces, montaba sus cuadrillas contando con hombres de diversa índole y profesiones sin depender exclusivamente de porteadores venidos del puerto, como era habitual.

-¿Goza de buena salud el mundo de los hombres de trono en Málaga?

-Quizá sea un poco pesimista, pero yo lo ve regular. Hay problemas, esto es una realidad, y entiendo que a los problemas hay que darle soluciones.

-Se refiere a que faltan hombres de trono, imagino.

-Sí. Este problema lo hemos querido tapar y, claro, ahora se ha hecho más grande. Hemos querido tapar una realidad y, al final, ha salido a flote.

-Sea más concreto.

-Es verdad que hay chavales de 17 a veintitantos años que se acercan y se interesan por sacar tronos, pero, por la evolución de la propia Semana Santa, cada vez hay más cofradías, más tronos, los varales son más largos y, ciertamente, el número de hombres de trono no ha crecido. Y aunque se malinterprete, esto es devoción, pero también tiene su componente de afición. Todos somos cofrades y participamos en los cultos de nuestras hermandades, pero también hay que sentarse durante todo el año a charlar de curvas, de varales... En esas reuniones se cultiva la afición.

-Pero una solución sería acortar los varales. Quizá algunos tronos de ocho varales deberían volver a los seis que llevaron años atrás.

-En algunos tronos se ha aumentado el número de varales o se han alargado con un claro afán recaudatorio. No teníamos que haber caído en ese error. Si metemos más varales porque tal imagen tiene devoción, entonces, el 'Abuelo' de Jaén debería tener un barco vikingo para llevarlo o la Virgen del Rocío de Almonte tendría que tener un trono como un autobús de grande, porque son devociones enormes. Esto es un error. Creo que muchas veces hemos querido abusar un poco. Se nos ha ido de las manos, pero estamos a tiempo de corregir el problema para que no tengamos que lamentarnos.

 

-Las mujeres salvaron las filas de nazareno. ¿Pasará lo mismo en los varales?

-La participación de la mujer en los varales es una realidad. Ya es raro el trono que no lleve mujeres. Hace unos 20 años, la prensa hablaba de esto como algo novedoso, pero ya es está a la orden del día. Hay que darle naturalidad a este asunto. Yo he sido capataz en un trono en el que había tres chicas y cumplieron como un buen hombre de trono.

-Quizá habría que llamar a la asociación 'Daffari Hombres y Mujeres de Trono', ¿no cree?

-Bueno, sí. Pero esto es como la forma de vestir del hombre de trono. Aquí siempre se ha ido con túnica y faraón. Luego, cada cofradía ha variado; unas llevan guantes, otras no... Aquí siempre se ha llamado hombre de trono. Algunos, entre los que me incluyo, nos suena raro el empleo de la palabra portador. Está bien, pero, no sé, prefiero hombre de trono. Tenemos un problemón tan gordo con la falta de hombres de trono que no podemos detenernos en estas cosas. Hay que llenar los varales.

-¿Vale todo a la hora de adoptar movimientos que nunca antes se han visto en Málaga?

-Málaga tiene un canon muy marcado. Yo soy hombre de trono de la Virgen de Lágrimas y Favores y es verdad que hacemos algunos cambios a la hora de andar, al compás de la música. Esto, en un principio, fue muy criticado, pero, con el paso de los años, todo el mundo ha querido copiar. Incluso, me atrevería a decir que han mal copiado. Hay quien se escandalizaba y luego lo hacía en su cofradía. Ha pasado lo mismo con los ensayos. Se ha dicho que los ensayos no eran de aquí, cuando en Málaga hay fotos de los años 60 en las que se ven ensayos. Por ejemplo, con el Mutilado en el Campamento Benítez o la Soledad de San Pablo, sacada por militares, o el Prendimiento, cuando era portado por alumnos de la antigua Escuela Franco. No entiendo esos complejos. Ensayar es algo bueno. Improvisar, a veces, está bien, pero no siempre.

-¿Se llevan los tronos ahora mejor que nunca?

-Sí. También pesan menos que nunca. En la década de los 80, por ejemplo, el triunfo era llegar. Ahora se busca portarlos bien. Es una puesta en escena.

-¿Y hay muchos 'tangaos'?

-Muchísimos. Quizá, algunos no lo hacen con intención, pero si me gusta el golf, por ejemplo, quiero jugar al menos una vez al mes, no una vez al año. De un año a otro, se te olvida.

-¿Se pueden llevar tres tronos en una Semana Santa?

-Claro que sí. Con un buen equipo, sí. La gente que trabaja bien en el trono, puede llevar varios. También insisto en que hay que ir bien fajado.

-Pero antes nadie se fajaba, ¿no?

-Sí. Los que eran más de tronos, sí se fajaban. Los hombres que iban con traje de chaqueta, no, pero es que el traje de chaqueta no invita a trabajar. No quiero que se malinterprete. Seguro que hay gente que trabaja bien con traje, pero lo ideal es la túnica y bien fajado. Hay quien puso el grito en el cielo con el tema de la faja, diciendo que era sevillano y fíjese que tengo en casa una foto enmarcada que se ve a un cenachero vendiendo pescado en el Paseo de Reding en 1901 e iba fajado. Tonterías hemos oído muchísimas en esta ciudad. La faja es para hacer un trabajo y mantenerte erguido. Te alivia mucho.

-Pues ahora hay que fajarse y ponerse la mascarilla.

-En la magna de la Agrupación salí en el trono de la Esperanza con mascarilla y fui bien. También es cierto que iba a un varal exterior. No es lo mismo fuera que debajo del manto o en el 'submarino'. De todos modos, espero que en esta Semana Santa vayamos ya sin mascarilla.

-¿Teme que, con la pandemia, el problema de la falta de hombres de trono en algunas cofradías se agudice?

-La gente quizá está esperando, pero en el momento que se vean capirotes por las calles y huela a incienso en las tiendas cofrades, esa gente se engancha. También hay que tener claro que sacar un trono vale dinero y la economía en algunas casas está más mal que bien. Entiendo a las cofradías, porque sacar una procesión a la calle vale dinero, pero también al hombre de trono se le ha apretado. Te tienes que hacer hermano, que son 30 ó 40 euros, más el puesto del trono, que son 30 ó 35 euros.

-Convendrá conmigo en que el problema de la falta de hombres de trono no es de ahora en algunas cofradías.

-Hay cofradías que llevan 30 años con problemas. No se puede estar poniendo tiritas toda la vida cuando tienes un problema enorme. Hay que ir al médico. Y no son las mismas, como se dice. Son las mismas y más. Hay algunas que lo dicen y otras no. Hay cofradías punteras que les falta gente y no te lo crees, pero es así, y no lo quieren decir. Hay otras que piden ayuda y la gente va, pero, claro, no le pidas 35 euros a los chavales y que, encima, se compren la túnica. Si lo haces, a ti no te faltan hombres de trono, lo que te falta es dinero. Evidentemente, los que vamos a echar una mano no queremos cobrar, como se hacía antes, pero si una cuota para llevar un trono vale 35 euros, pues, a lo mejor, hay que dejarla en diez euros.

-¿Cómo vería que surgiera en Málaga cuadrillas profesionales?

-Yo no lo veo bien. A título personal, yo no cobraría, pero tampoco pidas dinero si voy a echarte una mano.

-Por cierto, ¿cuántos socios componen la asociación de Hombres de Trono?

-Unos 120. Tenemos fijada una cuota de 15 euros y en estos dos años de pandemia, diez euros de los 15 los hemos destinado a obra de caridad. Hemos estado colaborando con el Comedor de Santo Domingo.

-¿Y cuántas mujeres?

-Ninguna. Las puertas están abiertas para todo el mundo. Se nos puso un 'sambenito' y quizá sea por eso, pero no es así.

-Atrévase a destacar un trono de Cristo y uno de Virgen que le guste su forma de andar.

-De Cristo, el del Rescate anda muy bien, porque se está haciendo un buen trabajo. De Virgen es más complicado. Hay varios. Por mencionar uno, la Soledad del Sepulcro. Es un trono que tiene un andar muy peculiar y es muy pesado. También puedo mencionar el trono de la Esperanza, la Virgen de los Dolores de la Expiración... Son tronos grandes que, o andas valiente con ellos, o te comen.

-Por último, ¿la música se tiene que adaptar al trono o el trono a la música?

-Sin duda, la música al trono. A veces, traemos una banda 'top' y, a lo mejor, nos falta gente en los varales o los hombres van mal tallados. ¿Cómo va a ir bien? Si no sabemos sumar, cómo vamos a saber hacer una ecuación de segundo grado.