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Años 50. El Cristo, ante la Tribuna de los Pobres. Archivo de la cofradía
Gitanos: orígenes mercedarios
Historia

Gitanos: orígenes mercedarios

La cofradía se fundó en el desaparecido Convento de la Merced vinculada al gremio de los herreros

andrés camino

Lunes, 11 de abril 2022, 01:18

La existencia de la Hermandad del Santo Cristo de la Columna se conoce por un testamento fechado en 1682, en el que un sujeto llamado Sebastián Ramírez indicaba su pertenencia a ella. No se vuelven a tener más noticias de la misma hasta finales del siglo XVIII. En un listado de cofradías, hermandades y congregaciones efectuado en 1795 por el Tribunal de la Santa Cruzada, con objeto de conocer lo que cada una de ellas recaudaba en concepto de limosnas y censos, figuran las establecidas en el convento de Nuestra Señora de la Merced, pero no así la de la Columna, lo que invita a pensar que estuviera disuelta en este período.

Sin embargo, entre este último año y 1799, debió revitalizarse la hermandad, pues el gremio de herreros, al que tradicionalmente se le vincula con esta advocación, convocó un concurso para que se presentarán imágenes que recogiesen la representación de Jesús atado a la Columna. La talla seleccionada para que fuese el sagrado titular era la esculpida por Francisco Gómez Valdivieso.

Durante el siglo XIX, la Hermandad de la Columna celebró sus funciones religiosas y procesiones. Las salidas penitenciales, efectuadas en los últimos años de la década de los cincuenta y en los primeros de los sesenta, las solía hacer conjuntamente con la Archicofradía de la Sangre. En la que tuvo lugar en 1860, se incluyó, en el itinerario, una visita a los hospitales de San Julián y San Agustín.

La Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Columna efectuó esporádicos desfiles en los primeros veinte años del siglo XX. La Unión Mercantil informaba en 1901 de que: «La Hermandad de Nuestro Señor de la Columna, que se venera en la iglesia de la Merced, sacará esa sagrada imagen en procesión la pró xima Semana Santa».

El citado periódico anunciaba al año siguiente que: «Probablemente esta noche á las ocho será sacada procesionalmente la efigie de Nuestro Padre Jesús de la Columna (…) Si en efecto hace su salida, llevará el itinerario del año anterior (…)». Durante los años 1914 y 1915, el Señor de la Columna fue sacado en procesión pero no se puede precisar el día de la semana.

En el año 1921 ingresó en la Agrupación de Cofradías que, precisamente, había sido fundada en la iglesia parroquial de la Merced, sede canónica de la hermandad. La imagen de Gómez Valdivieso desapareció el día 12 de mayo de 1931 en la quema del antiguo templo mercedario.

Finalizada la Guerra Civil, en 1937, se reorganizó por iniciativa de algunos hermanos, poniéndose un cuadro de la imagen desaparecida en la iglesia de la Victoria.

La hermandad encargó un Cristo atado a la Columna a Manuel Oliver Rosado, que lo finalizó en 1939. Pero esa talla no contó con la aprobación de la Junta Artística del Obispado, que estaba asesorada por miembros de la Academia de Bellas Artes. La falta de calidad de la imagen provocó que ésta fuese desestimada, permitiéndose su salida durante los años 1940 y 1941.

El escultor gitano y malagueño Juan Vargas Cortés realizó en 1942 la nueva y actual efigie de Nuestro Padre Jesús de la Columna. En ese año, se contó con la aprobación eclesial para establecer su sede canónica en la parroquia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula.

Durante la Semana Santa de 1947, el sagrado titular estrenó un trono construido por Francisco Palma Burgos. El periódico La Tarde, en la crónica del desfile procesional del Lunes Santo, destacaba que la Cofradía de los Gitanos había estrenado un magnífico trono de estilo barroco, regalo del gobernador civil Manuel García del Olmo.

Francisco Buiza Fernández emprendió en los años 1979 y 1980 una restauración de la imagen del Señor debido al mal estado de la madera.

1966. Cruce de la Cofradía de los Gitanos con la Hermandad de los Estudiantes que se producía en la zona de la Alameda Principal. Archivo de la cofradía

María Santísima de la O

Un hecho relevante para la cofradía fue la inclusión en 1970 de una nueva titular, María Santísima de la O. Las limitaciones económicas y las características modestas de la Cofradía de los Gitanos en décadas pasadas, en evidente contraste con la actual etapa de esplendor y auge, le impidieron cumplir una de sus metas devocionales que era contar con la imagen de una Virgen a la que rendir culto.

Ya, hacia 1950, el entonces hermano mayor Rafael Alcalá, había hecho unas declaraciones a la prensa al respecto, en las que afirmaba que esta aspiración sería una realidad a corto plazo, adelantando incluso la advocación que recibiría la Señora: Nuestra Señora de las Angustias. En la mente de los hermanos estaba la idea de encargar la misma a Juan Vargas Cortés, el mismo escultor calé que realizara la efigie del Santísimo Cristo de la Columna, barajándose la posibilidad de que fuera todo de talla, no de candelero.

Sin embargo, hasta décadas después la Cofradía de la Columna no consiguió incorporar como titular a la actual Dolorosa tallada por el prolífico autor sevillano Francisco Buiza hacia 1969.

Resabios flamencos

Para entonces, desestimado ya el título que se había propuesto años atrás, se escogió por sugerencia del cofrade Juan Bautista Casielles del Nido, el de María Santísima de la O, que tantos resabios castizos y flamencos posee. Fue bendecida solemnemente en la iglesia parroquial de los Santos Mártires en la mañana del 14 de marzo de 1970.

Ese mismo año la Virgen gitana fue procesionada en el antiguo trono de Nuestra Señora del Traspaso y Soledad de los Viñeros, cedido generosamente por esta Hermandad del Jueves Santo, aunque en 1971 ya pudo contar con uno propio adquirido a la Cofradía del Prendimiento.

Estas andas, lucidas por María Santísima del Gran Perdón hasta 1975, habían sido confeccionadas en madera tallada y dorada por el artista malagueño Andrés Cabello Requena, en su taller de la Alameda de Capuchinos. Especial estampa ofreció este conjunto en los años en que fue completado con un palio cuyas bambalinas estaban concebidas al modo de mantones de Manila, con vistosos flecos blancos.

A partir de 1979, fue labrándose el trono actual repujado en alpaca plateada y donde han intervenido orfebres como los sevillanos Villarreal, responsable del cajillo, Seco Velasco, autor de la peana, y el malagueño Cristóbal Martos, responsable de la confección de todas las piezas de la candelería, las ánforas y de los cuatro arbotantes que lucen en las esquinas.

El capítulo de bordados se debe a la pericia de Juan Rosén, quien se ocupa de vestir a la Virgen de la O desde su bendición. Tanto el palio como el manto, obras salidas de su taller, están entonados en burdeos, con una profusa decoración en hilos de oro y sedas. Todo este conjunto procesional es portado por 150 hombres de trono.

La Dolorosa, de intenso atezado, es el contrapunto perfecto al Señor de los Gitanos, siendo su cofradía una de las más famosas de estas características de las existentes en Andalucía. Baste saber que en la localidad granadina de Almu ñecar se fundó hacia 1990 la hermandad de este nombre para venerar al Cristo de la Columna, que como en el caso malagueño, es conocido como 'El Moreno'.

Las similitudes no quedan ahí, ya que actualmente esta corporación, radicada en la iglesia parroquial del Salvador de la citada población, planea agregar como titular mariana a una Dolorosa con la advocación de Nuestra Señora de la O.

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