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Golpe de dados

Cuando ruge la marabunta

Viernes, 26 de mayo 2023, 02:00

Mi padre, que era santo varón, me llevaba los domingos, no fallaba uno, al estadio del Rosario Central, Club de Fútbol, y eso que él ... era seguidor de otro equipo, el Central Córdoba, adversarios entre sí, pero sobre todo del Newell´s Old boys, también rosarino y con excelente fortuna en la liga nacional argentina. Estas visitas a la 'cancha' mi padre las alternaba con un billar americano en los fondos de un local, perteneciente al Gimnasia y Esgrima, en Avenida Pellegrini, donde, mientras escuchábamos una y otra vez tangos como 'Ché papusa, oí' o 'Cafetín de Buenos Aires', me hacían mover, en un marcador con fichas de colores, las partidas ganadas y perdidas; mientras tanto yo me enfrascaba en la lectura del 'Lo sé todo' de Larousse, enciclopedia ilustrada fascinante, origen de mis mitos culturales, regalo de mis tíos para mantener a raya mi sistema nervioso. Ahora es una joyita que lucen en mi biblioteca. Hoy confieso que mantengo una gélida distancia con el fútbol y con el billar, porque me recuerdan un país que iba a abandonar en poco tiempo, de ese país que estaba de niebla siempre gris entre radicales y peronistas.

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