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La catedrática Luz F. Pérez, en el Palacio de Congresos de Marbella, donde se celebraron las jornadas.
Luz F. Pérez: «Un niño superdotado no es un adulto en miniatura»

Luz F. Pérez: «Un niño superdotado no es un adulto en miniatura»

Catedrática de Psicología Evolutiva en la Complutense de Madrid

Nieves Castro

Martes, 3 de mayo 2016, 00:22

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¿Qué atenciones precisan las personas superdotadas? Expertos de toda España han respondido a esta pregunta en las II Jornadas Andaluzas sobre Altas Capacidades que se han desarrollado durante dos días en Marbella. Luz F. Pérez, catedrática de Psicología Evolutiva en la Universidad Complutense de Madrid, ponente que cerró el cónclave este sábado, argumenta que básicamente lo que necesitan es una educación especializada en las aulas y apoyo afectivo en casa. La docente, volcada en la investigación en este campo, advierte tanto a profesores como a padres de que «un niño superdotado no es un adulto en miniatura».

-¿Comparte la afirmación de que comportamientos socialmente conflictivos o casos de fracaso escolar pueden esconder casos reales de menores superdotados?

-Eso es absolutamente cierto. Hay niños que tienen una gran capacidad pero tienen luego un problema que puede ser de hiperactividad o hasta una sordera. En esos casos el talento está enmascarado por el problema. Nosotros (los psicólogos) vemos a niños que vienen por un problema de fracaso escolar y descubrimos que detrás de eso hay un talento, pero que ha estado oculto por un comportamiento enfocado hacia la represión entendida en el sentido «Tienes que portarte bien» y no hacia «Vamos a ver todo lo que tú sabes para desarrollarlo y que así te portes mejor».

-¿Qué atención debe recibir un niño con un talento especial en la casa y en el colegio?

-En el colegio lo que hay que cuidar son sus posibilidades de aprendizaje. Si un niño tiene unas posibilidades de aprendizaje mayores y mayor nivel de compresión, el currículum hay que adaptarlo a eso, porque la media irá a una velocidad y comprenderá unas cosas y él comprenderá otras. Yo diría que en la casa, los padres lo primero que tienen que pensar es que su hijo sigue siendo un niño. Muchas veces piensan que es un adulto en miniatura y no es así, es un niño con sus sentimientos, con sus lloros, con todos los comportamientos naturales de un niño pero que aprende más deprisa. Los padres le pueden ayudar a que aprenda más cosas pero sin perder de vista que de lo que más se tienen que preocupar es de brindarle amor. Los padres pueden ayudar mucho y si el niño demanda aprender, por supuesto, que aprenda. Una pregunta que me hacen muchos padres «¿Y si mi hijo me pide aprender a leer?» Pues que aprenda. Pero la familia no debe angustiarse por actuar de instructor, porque su papel más bien es de apoyo emocional.

-¿Qué importancia tiene para el niño la relación con sus iguales?

-Eso es importantísimo. Un niño cuando tiene una alta capacidad es muy bueno que se relacione con otros niños de su misma capacidad porque se va a sentir mejor, se va a sentir más como es él realmente. Hay un niño y una niña a los que yo solía hablar dentro del Programa Estrella, que es un programa que llevo desde hace muchísimos años, fue el primer proyecto español que hubo en el campo de las altas capacidades, y les oí hablar de por qué les gustaba venir al programa, y la niña decía que le gustaba porque aunque siempre levantara la mano y dijera lo que pensaba a nadie le molestaba y nadie le llamaba empollona. El niño decía que a él también le gustaba venir pero que el problema era que ya no era el más listo... Entre sus iguales su propio 'yo' se va equilibrando.

-¿Cómo se están haciendo las cosas en España? ¿Hay apoyo suficiente a las altas capacidades por parte de las administraciones?

-Las competencias educativas por ley están transferidas, por lo tanto cada comunidad hará lo que considere conveniente. Desde mi punto de vista, el marco general en España está bastante bien. España es uno de los países europeos que tiene una mejor legislación. Lo que ocurre es que luego la ejecución de esa legislación es mucho más variable. Por lo general, las comunidades están haciendo un esfuerzo como ocurre en Andalucía o Cataluña. Pero todavía falta mucha concienciación e información entre el profesorado, ese es el problema con el que nos encontramos. Así como cuando un niño tiene un déficit lo ve muy claro, cuando el niño está por encima piensa que porque es listo ya lo va a sacar todo, y no es verdad. Ahí es donde está el problema y no tanto en la legislación ni en lo que las comunidades están haciendo.

-¿Qué claves fundamentales tiene que manejar el profesorado para detectar un caso en su aula?

-La pregunta que debemos formularnos ante un caso de un menor que va muy bien, que saca todo sobresaliente sin prácticamente hacer nada porque está muy por encima del grupo, es ¿este niño podría aprender más de lo que está aprendiendo?

-¿Qué síntomas puede atisbar el docente para plantearse esta pregunta al margen de que el alumno sea un magnífico estudiante?

-La precocidad. Un niño que aprende más de lo que le corresponde por edad es un síntoma, pero no significa que todos los precoces sean superdotados.

-¿Qué tipo de consecuencias puede acarrear darle la espalda a ese tipo de evidencias?

-Depende. Nosotros hemos hecho bastantes estudios en este sentido y en un 40 por ciento de los casos se produce fracaso escolar, no total pero sí hay un rendimiento bajo. El resto va bien pero sin ser brillantes y un grupo pequeño tiene éxito a pesar de no haber tomado ninguna medida con ellos porque tienen acceso a un ambiente cultural rico. Donde suele haber problemas y más casos de fracaso es donde la situación social es más baja.

-¿Ese fracaso es sólo académico o en otros ámbitos de la vida?

-Los casos que hemos detectado nosotros han sido de fracaso escolar, lo que pasa es que a esos menores habría que seguirlos a lo largo de la vida y ver dónde terminan. Existe un estudio muy antiguo que hizo Lewis Terman en el siglo pasado en EE UU siguiendo a esas personas a lo largo de la vida. Es un estudio longitudinal en el que comprobó que esos niños a los que no se atendía, en un 30 por ciento, acababan fracasando académicamente, produciéndose casos también de fracaso personal.

-¿Hay paridad cuando hablamos de superdotación? ¿Hay algún sexo que destaque más que otro? ¿Conoce la estadística al respecto?

-Esa estadística la conozco perfectamente (risas). Uno de los campos que yo trabajo es un seminario internacional sobre mujeres y superdotación porque a la mujer siempre se le ha reconocido menos inteligencia que al hombre. Hay estudios clásicos en los que se constata que las familias piensan que la hija es menos inteligente que el hijo. Desde el punto de vista psicológico se es como te perciben. Si la gente te dice que estás gorda, tú te crees que estás gorda. A las mujeres la imagen que se nos da siempre es que somos menos inteligentes. ¿Eso qué provoca? Pues que en los programas para niños con alta capacidad, y no hablo sólo de España, haya menos niñas que niños. Las cosas van cambiando pero aún así los modelos intelectuales de las niñas son mínimos. Pregúntele a un padre y le dirá «Mi hija va a ser muy guapa, pero no dice mi hija va a ser astronauta». ¿Qué quiere ser una niña? Modelo. ¿Qué quiere ser un niño? Ingeniero. Al final la sociedad nos modela.

-Muchos padres pueden pensar que su hijo es un superdotado porque despunta en un determinado campo ¿Cuál es la frontera entre una persona inteligente y otra con altas capacidades?

-La diferencia principal son los niveles. Hay personas que pueden ser muy brillantes pero que no lleguen a ese nivel superior que les califica de otra manera. Sabemos que por estadística hay más de un 2% de la población que tiene ese potencial. Entonces a lo mejor cuando un padre piensa mi hijo tiene una capacidad superior puede ser verdad.

-¿Cuándo se puede afirmar que una persona es superdotada?

-La única manera de comprobarlo de una forma fehaciente es haciendo unas pruebas específicas para valorar técnicamente cuál es su nivel. Un corredor puede correr mucho, pero hasta que no conoces la velocidad real que alcanza no puedes valorar si es capaz de ir a las Olimpiadas. Lo más importante para mí no es realmente el nivel de inteligencia de un menor, si es alta, muy alta o superior, sino saber cuáles son sus necesidades educativas. Es decir, cuando un niño se sale de la media necesita una educación especializada. Eso es lo más importante para que el niño desarrolle sus potencialidades.

¿Cuántos talentos reconoce la Ciencia?

-Talentos hay muchísimos, tantos como clasificaciones establecen los autores. Talento musical, matemático, motriz... Ahora incluso se habla del talento naturalista o del talento filosófico. Talentos hay muchos y de muchos tipos y todos pueden ser igualmente buenos o válidos. No existe una única clasificación, lo que sí hay son unas áreas de talento hacia la lógica, el arte... Y dentro de ese área, alguien que tenga, por ejemplo, un gran talento de tipo perceptivo-visual puede ser un buen pintor o un buen arquitecto. Hay personas que tienen un sólo talento, personas que tienen dos talentos y hay otras como Leonardo da Vinci, que tenía muchísimos talentos.

-¿Existe un componente genético? Si yo poseo una determinada capacidad mi hijo podría ser superdotado y destacar en la misma área que yo?

-Respecto a este asunto hay una disputa científica no del todo resuelta. Es cierto que hay una correlación bastante alta entre los talentos de la familia, pero también es cierto que el ambiente hace mucho. La pregunta es ¿influye sólo la genética o también el ambiente y la forma de educar a los niños? La respuesta no está del todo resuelta, pero sí que es cierto que hay una correlación entre los talentos familiares. Curiosamente hay además una correlación más alta con el talento materno, quizá porque normalmente la madre se ocupa más del niño.

-¿Un talento puede desarrollarse a cualquier edad?

-Lo ideal es desarrollarlo cuanto antes. Porque primero, la persona se va a sentir más feliz cuando ve que es bueno en algo y lo desarrolla. Yo diría que en cualquier momento de la vida podemos descubrir que tenemos un talento y desarrollarlo, pero lo ideal sería detectarlo cuanto antes para poder desarrollarlo al máximo.

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