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En los últimos días, Josef Ajram parece estar más pendiente del 'procés' catalán que de los temas que le han hecho famoso: la Bolsa, el deporte extremo y la motivación. Pero hoy en Málaga, ante más de doscientos 'fans' que han abarrotado el salón de actos del Centro de Arte Contemporáneo (CAC), ha dado un recital de sus grandes clásicos. Repasando su singular trayectoria vital y profesional, el 'trader', 'ultraman', emprendedor, escritor e ídolo de las redes sociales ha revelado las enseñanzas que ha extraído de la vida, la Bolsa y el deporte. Su charla ha sido la primera jornada del Foro Málaga Aúna, promovido por el Instituto Municipal para la Formación y el Empleo (IMFE) y la Cátedra de Viabilidad Empresarial de la UMA.
“Yo sabía que quería ser muy bueno en algo muy concreto”, ha afirmado el 'broker' catalán al contar cómo se fascinó por la Bolsa siendo muy joven. “Con 18 años me planté en la Bolsa de Barcelona con unos ahorrillos para abrir una cuenta de valores. Invertí en Continente y fue un desastre”, ha rememorado, para luego contar el camino que le llevó a convertirse en 'trader' bursátil: empezó a estudiar Matemáticas en la universidad, lo dejó al ver que nunca llegaba el momento de aplicar los conocimientos teóricos a la práctica y empezó a acudir a la Bolsa todos los días hasta que un 'broker' se fijó en él y le contrató. Ajram también ha citado a los hermanos Roca, que tienen el mejor restaurante del mundo “no por casualidad: uno es el mejor pastelero, otro el mejor en la cocina y y el otro el mejor en sala”. “Hay que especializarse en micronichos y ser el mejor en ello”, ha concluido. Además, ha reflexionado sobre el valor de ser único. “¿Por qué tengo 1,5 millones de seguidores? No es porque sea buen deportista o porque sea buen 'trader': es porque soy el único 'trader' que hace deporte extremo y tiene una mano tatuada. Puedo caer mal o bien, pero soy único”, ha asegurado.
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Josef Ajram ha confesado que trabajaba 15 y 16 horas diarias cuando era asalariado en una firma de asesoramiento bursátil. Tanto trabajaba que prácticamente dejó de hacer deporte, una pasión que tenía desde niño. “Alguien me dijo que el tiempo es el activo más importante que hay en la vida. Y que el triángulo perfecto al que hay que tender es trabajar ocho horas, dormir ocho horas y disfrutar ocho horas”. Para Ajram, la única vía para equilibrar ese triángulo fue montar su propio negocio. “Ser autónomo es una de las mejores decisiones de mi vida”, ha afirmado, no sin señalar la incomprensión que sufrió en el momento de dejar el trabajo de sus sueños para iniciar una aventura empresarial. “Somos la generación de los pringados: nuestros padres son de cobrar 14 pagas y tener mes de vacaciones pagado y nuestros hijos ya tienen normalizado este nuevo escenario laboral”.
Una de las lecciones más valiosas que Ajram ha aplicado de la Bolsa a su negocio es la del 'stop loss' o saber frenar las pérdidas. “Hay que saber rectificar a tiempo, no persistir en el error”, ha afirmado.
“Vivimos en la sociedad de la impaciencia. Netflix, Amazon, Tinder... son aplicaciones que nos permiten tenerlo todo al momento, sin esperar. Nos están educando en la impaciencia y eso en el mundo de la empresa es un gran error porque nos lleva a la cultura del pelotazo”, ha reflexionado Ajram, que cree en “construir poco a poco”.
El deportista e intermediador bursátil tiene claro que hay que romper con el cliché laboral de que cuantas más horas se trabaje, mejor. “La Bolsa te enseña a ser eficiente: si puedes hacer algo en menos tiempo, mejor”. Ajram cree que la eficiencia también consiste en “buscar el momento o lugar en el que tu competencia no actúa, o no está”. “Por ejemplo, yo actúo en Bolsa por la mañana, que es cuando en Estados Unidos duermen”.
Josef Ajram estaba jugando un día al pádel con 25 años y se encontró “a unos viejos de 45 años que estaban como toros”. Les preguntó qué deporte hacían y le respondieron: 'Ironman'. Así es como descubrió esta modalidad extrema del triatlón. “Decidí que yo también podía hacerlo. Y lo hice”, ha apuntado. “Tenéis que creer en vuestras posibilidades. Preguntaos a vosotros mismos: ¿os compraríais vuestro producto?”, ha dicho a los emprendedores que le escuchaban en el CAC.
Otra lección aprendida del deporte; o más concretamente, de una de las pruebas más extremas en las que ha participado Josef Ajram: el maratón de las arenas, en Marruecos, en el que se corren 250 kilómetros en seis días y los corredores deben portar ellos mismos los alimentos y el agua que les permitan sobrevivir. “Creía que no podría correr la última etapa, que era de 70 kilómetros. Pero lo hice gracias a la estrategia de los 15 minutos: me iba marcando el objetivo de correr 15 minutos y me premiaba con agua y comida”, ha revelado. “Es un error empezar una carrera pensando en el final”, ha concluido.
Para Ajram, en equipo se consiguen cosas que no se podrían conseguir de manera individual. Por eso considera que en una empresa es esencial “premiar y motivar a quien hace las cosas bien”, así como saber delegar “si no quieres ser esclavo de tu empresa”. El 'ultraman' ha relatado la gran experiencia que tuvo corriendo el Ultra-Trail del Mont-Blanc con un amigo del que tuvo que acabar tirando con una cuerda.
Josef Ajram no quiere creer en la suerte; sobre todo, en la mala suerte. “Cuando algo sale mal hay que analizar los errores y aprender”, afirma. De igual modo, cree que éxito y fracaso también son palabras peligrosas. “El éxito hace que te relajes y si te relajas, acabas perdiendo”, ha afirmado, recordando el caso del fabricante de móviles Nokia. En cuanto al fracaso, prefiere hablar de “bache” o de “dificultad”.
Ajram es todo un ídolo de masas en las redes sociales. De su uso ha aprendido que no todo el mundo está preparado para usarlas, ya que detrás del universo 2.0. acechan peligros como “la falta de confianza que te pueden generar los insultos y comentarios negativos”, la vulnerabilidad que se tiene frente al cliente y la falta de valentía que puede provocar, impidiendo tomar decisiones. Y ha retado a los asistentes a la charla a rebelarse contra esta cobardía: “¿Cuántos de vosotros estáis en algún grupo de WhatsApp en el que no queréis estar? Os animo a que esta misma tarde os salgáis”.
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Encarni Hinojosa | Málaga
Lucas Irigoyen y Gonzalo de las Heras (gráficos)
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