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Voluntarios trasladan todos los residuos recogidos.
Un vertedero llamado Monte Victoria

Un vertedero llamado Monte Victoria

El grupo de voluntariado Grupo de Ecología Activa se ha dedicado este sábado a regar y a limpiar esta zona “privilegiada por sus vistas y su ecosistema”

isabel maría vargas

Sábado, 30 de mayo 2015, 19:34

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Están como derretidas. Será el sol, advierte Carmen Segura, una de las voluntarias que este sábado se ha acercado al Monte Victoria para echar una mano, al coger una caja de Ibuprofeno sin caducar que se ha encontrado en el suelo. Esto no es nada comparado con lo que nos hemos llegado a encontrar más arriba, revela Segura. Bañeras abandonadas, televisores viejos, botellas de todo tipo e incluso una motocicleta. Esto se ha convertido en un vertedero. La gente viene a tirar los escombros y se va. Incluso una vez nos pilló aquí reforestando y echamos a correr, cuenta Angelina Molina, la coordinadora de GEA (Grupo de Ecología Activa) Málaga. Al final no logramos pillar la matrícula, relata Molina. Esta vez la asociación sin ánimo de lucro ha citado a sus colaboradores para comenzar con las labores veraniegas de limpieza y riego del espacio medioambiental.

Si la gente no adquiere un compromiso férreo, dudo mucho que el Monte Victoria deje de ser un vertedero, exhorta el alma de este proyecto, que no sólo empieza y acaba en verano. Durante el resto del año los voluntarios se dedican a reforestar la zona. En octubre venimos a podar los árboles que ya han crecido. Pasado este mes, nos dedicamos a plantar árboles de todo tipo (pino, algarrobo, mirtos, matroños, cirpreses, almencinos, encinas) durante noviembre y diciembre. Los demás meses del año nos dedicamos a cuidar lo sembrado. Sin embargo, esto último, conservar lo plantado, se antojo complicado debido a la orientación sur, expuesta a vientos de gran fuerza y la poca delicadeza de algunos, que vierten cantidades descomunales de basura, recalca Molina.

Al cabo de la mañana se terminan reuniendo veinte compañeros dispuestos a limpiar y regar la zona. Primero se riegan los árboles señalados con una malla azul o negra. Sólo media garrafa por planta, explica Molina minutos antes de contar al periódico que el agua con la que se bañan los arbolitos se la traen de casa. Nos haría falta una cuba, porque esta agua nos los traemos de nuestras casas. Las subimos en nuestros coches, confiesa la responsable de la ONG medioambiental, que admite que estas serie de acciones se sostienen gracias a la ayuda de todos los voluntarios. El Ayuntamiento nos concedió dos subvenciones de 4.000 euros cada una durante dos años, pero al tercero suspendieron las ayudas. Aún así, este año Parques y Jardines nos ha facilitado tierra y LIMASA nos prestó bolsas y guantes, declara esta amante de la naturaleza, que cree que el problema no es el dinero, sino el apoyo. El compromiso hoy en día no se lleva. El comprometerse con la vida tampoco se lleva, sentencia la portavoz de GEA.

Ajuste de cuentas

Algunos de los allí presentes no acuden por voluntad propia. Tenemos un programa de ayuda en la sección juvenil de Justicia a través ALMA, una asociación mediadora entre los recursos y la justicia, para que cumplan horas a la comunidad, señala Angelina Molina, que se siente afortunada de hacer lo que hace. Y más si puedo hacerle ver a esa persona que hay otras maneras de ocupar su tiempo libre. Este año hemos tenido siete chicos estupendos, recalca esta mujer amante de las plantas medicinales que piensa que este tipo de iniciativas cambian a la gente. Sí, de verdad lo creo. Tras 30 o 50 horas nos llevamos gratas sorpresas, remata Molina.

Futuros proyectos

La asociación sin ánimo de lucro no sólo se dedica a reforestar la zona, también imparte cursos de sensibilización con el medio ambiente para fabricar cartelería y papeleras enfocadas al cambio de uso. ¿Tenéis en mente organizar más actividades?. Molina contesta entusiasmada: Sí, el Patronato de Botánico nos ha cedido un espacio para un semillero en el mismo Jardín Botánico. Llevaremos a cabo talleres de huertos en balcones, de plantas medicinales y aromáticas, conferencias Aunque por ahora es un pequeño sueño a realizar. Tenemos tantas cosas en mente

El Ayuntamiento les ha prometido una barrera, con la que impedir el paso a los coches o camiones que pretendan acceder a la cima. Y así evitar que se amontone más basura, advierte Segura, que se encuentra en ese mismo instante recogiendo decenas de botellas tiradas en el suelo del campo. Las prácticas de algunos impresentables también han afectado en gran medida a la ONG, llegando a romper dos depósitos de obra para agua que la asociación utilizaba para regar o a robar las papeleras que ellos mismo habían hecho con madera reciclada. Nos fastidia, pero la lucha sigue. Esto lo estamos haciendo por el futuro de nuestros hijos y nietos, que serán los que se cobijen bajo la sombra de alguno de estos árboles, concluye Angelina, que se despide bajo un sol abrasador pasadas las 13.00 horas.

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