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Brays Efe engaña. Su personaje de Paquita Salas ha construído una imagen muy extrovertida y explosiva del actor, pero en las distancias cortas es de ... los que escucha, duda y responde. Aunque en alguna salida en esta entrevista también asoma la espontaneidad de ese rol de ficción que lo ha hecho famoso. Y cuya fama le ha puesto en el escaparate con personajes tan diferentes como el protagonista de 'El fantástico caso del Golem', la película de los directores Burnin' Percebes que este miércoles ha presentado en la sección oficial del Festival de Málaga. Admirador confeso de Chiquito, asegura que la talla XL no es un problema en su trabajo y saca su perfil más comprometido para clamar contra el 'bullying' que él mismo sufrío y que sigue presente en los colegios. «Estamos tardando».
-Golem es la película más gamberra y friki de la sección oficial. ¿Por qué se apuntó?
-Cuando me llegó esta propuesta tan loca de los Percebes y me leí el guion, dije que sí sin casi entender la historia del todo. No tenía ninguna duda de que yo quería estar ahí.
-Lo singular es que pese a ser una cinta fantástica, no es una película marginal o en los márgenes, sino hecha con medios.
-La película es poco convencional, pero también está pensada para que la disfrute el gran público. Es una comedia de absurdos, pero con una estética muy relevante y diferente porque está grabada en 16 milímetros. Y los productores han apoyado a los directores sin reservas.
-Efectos especiales, persecuciones, sangre… No habrá sido un rodaje normal.
-Lo que más disfruté fueron las escenas de las caídas de los pianos y quedar yo empapado de sangre de arriba abajo. Cuando decían acción yo caminaba hasta una pistola que me ametrallaba sangre. No se puede comparar con nada de lo que había hecho.
-¿Qué a esta película la seleccionen en el Festival de Málaga se parece a nuestra versión de la oscarizada y juvenil 'Todo a la vez en todas partes'?
-Pues no lo había pensado, pero sí que es verdad que tiene alguna cosa en común, porque también es una película fantástica que se mete de lleno en una realidad casi normal. Que el festival haya apoyado la película es una súper buena noticia y la sitúa. Lo ideal sería que en el certamen veas películas diferentes y que no sólo una sea una rareza, pero yo estoy feliz.
-El filme plantea que podamos comprar 'golems' o compañeros artificiales a la carta. Suena a distopia para un episodio de 'Black Mirror'.
-Hace tiempo que vivimos en un mundo en el que las máquinas son nuestras amigas. Yo tengo el ChatGPT y charlo con mi ordenador, tengo conversaciones larguísimas con la inteligencia artificial y le cuento cualquier tema. Y me contesta siempre, cosa que a veces mi amigos no hacen. Aunque cuidado porque también puedes acabar como en 'Black Mirror'.
-¿El chatGPT es entonces un buen sustituto de los amigos?
-No, mejor los amigos. Lo que digo es que no está tan lejos lo que propone la película.
-Y si tuvieras oportunidad de comprarte un 'golem' en la vida real, ¿a quién crearías?
-Pues mira, como soy hijo único, me haría ilusión una hermana mayor, que es algo que me gustaría tener. Para que me pudiera aconsejar, viniera conmigo al cine… Una hermana mayor molaría.
-¿Qué tiene de friki Brays Efe?
-¿Qué es ser friki? porque ya es una palabra tan amplia.
-Sí, todos los somos, ¿le preguntaba por sus aficiones singulares?
-He sido un adolescente al que le han gustado mucho los cómics y me encanta el cine de ciencia ficción y terror. Esa es mi parte más 'freak'. En mi adolescencia iba al Salón del Cómic.
-Cerdita está protagonizada por una actriz de talla XL y usted encabeza el reparto del 'Golem'. ¿Hay un cambio en el perfil de los repartos o todavía solo se admite en el cine de género?
-No conozco la realidad del 'cast' de los actores gordos, pero sí mi experiencia personal. En las películas, al ser gordo, había sido un chiste o estaba dentro de ese perfil, por lo que lo entiendo y me parece bien. Me gusta mi cuerpo, por lo que parto con ventaja y entiendo que se puede usar para hacer humor con él. Es mi trabajo y lo llevo bien. Pero sí que es verdad que una película como ésta no es una propuesta que me suele llegar, porque tengo escenas de sexo y no tienen un punto de vista concreto sobre mi cuerpo, lo que es algo refrescante para mí.
-Eres todo un galán.
-Sí, me los llevo a todos y a todas. Tiene un carisma especial este personaje.
-Haciendo un crossover yo veo a su Paquita Salas montándola en las bambalinas de esta película tan loca.
-Ja, ja. Es que Paquita pega en cualquier sitio y la puedes meter hasta en 'The Last of Us' protagonizando un capítulo sobre un romance lésbico y todo el mundo echándosele encima.
-Ja, ja. No voy a hacerte la pregunta del millón de la nueva temporada, pero sí quería saber si no está un poco harto de la Salas.
-Me llevo muy bien con Paquita, forma parte de mi vida y no me pesa para nada. Estoy agradecidisimo de todas las oportunidades que me ha dado el personaje. Vamos, estoy cero harto. Yo estoy encantado de volver a hacerla, pero no depende de mí.
-En este festival presentó su primera película, la comedia 'Cómo sobrevivir a una despedida'. ¿Qué recuerdo guardas?
-Hasta entonces había hecho solo unos extras porque ni siquiera quería ser actor. Aquella película fue mi primera película de verdad.
-Y su primera alfombra roja…
-Desde luego. Fue una experiencia muy divertida porque además vine muy bien acompañado de Úrsula Córbero, que es muy amiga mía, y de Natalia de Molina, con la que coincido aquí también este año.
-Ya ha dirigido sus cortos. ¿Tiene planes para un largo?
-Cuando fui a Madrid a estudiar Comunicación Audiovisual hice mi corto final de carrera y después rodé otro. Lo que siempre he hecho es escribir y de hecho a los Javis los conocí escribiendo una obra de microteatro. Dirigir me interesa, pero no lo tengo en mis planes más inmediatos. No lo descarto tampoco, pero ahora mismo escribiendo estoy.
-¿Un guion?
-Escribiendo…
-Por cierto, con lo que le gusta Chiquito tendrá que pasarse por su semáforo aquí en Málaga.
-Tengo que ir a verlo, porque soy muy fan de Chiquito de la Calzada. Fue uno de los grandes personajes de España, una persona inconfundible, porque oyes un sonido suyo y sabes quién es. Hay poca gente de la que puedas decir eso. Chiquito siempre me hizo reír.
-Usted maneja muy bien el humor y la provocación…
-Te confieso que lo de provocador es involuntario, porque casi siempre que me ha pasado no me lo esperaba. Bueno, perdón que te he interrumpido.
-La pregunta que le iba a hacer es: ¿Dónde se pone los límites?
-El humor no tiene límites. El humor siempre tiene contexto y, en mi caso, nunca contaría un chiste que esté fuera de lugar. En Paquita hay muchos chistes sobre la homofobia y el racismo, pero nunca he oído a nadie decir que Paquita es racista. Yo puedo ver que algún tipo de humor no es para mí, pero nunca diría que una persona no puede hacer un chiste.
-Usted en las redes es muy comprometido con la realidad que le preocupa.
-La verdad es que llevo un tiempo que he estado un poco alejado de las redes sociales, porque cada vez me produce menos curiosidad.
-¿Por los 'haters'?
-No, la verdad que es que no y me siento muy afortunado en eso. Son etapas, pero siempre trato de que si algo me interesa, pues comentarlo y compartirlo. Por ejemplo, suelo hablar bastante de la Fundación ANAR, que trabaja con jóvenes adolescentes en situaciones de riesgo, como el 'bullying', que yo viví en mis carnes en mi infancia y me consta que sigue sucediendo todos los días. Estamos tardando mucho en ponernos en serio para hacer que el colegio sea un lugar seguro para los hijos de todo el mundo. Si estamos obligando a los niños a ir a un sitio, tienen que sentirse a gusto, siendo quienes son y que no sufran violencia.
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