Fernández, posando para SUR en la playa de Los Álamos, en Torremolinos. MIGUE FERNÁNDEZ Vídeo: Pedro J. Quero

Marta Fernández: «Tuve que retirarme para intentar ser madre; la conciliación en el deporte es casi imposible»

La laureada exjugadora de baloncesto, que ha vivido la transformación de este deporte entre las féminas, ha comenzado una nueva vida en Málaga

Domingo, 7 de noviembre 2021, 00:46

Hay personas que se pasan la vida dando vueltas al mundo hasta acabar comprendiendo que su verdadera felicidad está en casa, y ahora la suya ... está en Málaga, donde ha recalado porque su marido es el segundo técnico del Unicaja, Alberto Miranda. Hace ocho meses que una de las jugadoras más laureadas de la historia del baloncesto español (ya retirada), la escolta internacional Marta Fernández (39 años), obtuvo un premio que aún no había conseguido y llevaba años persiguiendo: ser madre. No pudo, en cierto modo, por miedo a qué sería de ella y de su brillante carrera si decidía quedarse embarazada en uno de los momentos cumbre de su trayectoria. Decidió no renunciar a todo lo que había luchado y pelear contra aquellos que pudieron poner en duda en algún momento que quizá no viviría de este deporte, y esperó el momento idóneo. Ahora, la actual comentarista deportiva se ha mudado a Málaga para comenzar su nueva vida.

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-Ha sido madre hace sólo ocho meses. En su caso, es cierto que le ha llegado en un momento en el que, al estar ya retirada, podía plantearse quedarse embarazada, pero a día de hoy la conciliación entre el deporte y la maternidad sigue siendo muy complicada. ¿Pensaba ya en crear una familia antes de su retirada?

-Sí. Yo me retiré con 34 años y una de las razones fue porque quería ser madre, y en el deporte es casi imposible serlo y seguir con él. Por desgracia, en el mundo del baloncesto en España si te quedas embarazada se te acaba el contrato y es como si estuvieras lesionada. Es complicado conciliarlo y sí, en mi caso, tuve que retirarme para intentar ser madre. Era una de las cosas que a mí me apetecían y creo que en esa conciliación hay mucho margen de mejora, cosa que en muchas ligas extranjeras se hace. Es muy importante facilitar a la deportista el ser madre durante su carrera. A mí me hubiera encantado ser madre más joven.

-Además le sería más complicado porque siempre ha competido al más alto nivel y no es fácil plantearse dejar la élite...

-Además, en la vida van sucediendo cosas y a lo mejor te planteas ser madre en el momento álgido de tu carrera y tienes que tomar la decisión. Te tienes que tirar un año fuera de la cancha y seguramente para cuando vuelvan a ficharte habrías perdido tu caché. Yo lo pensé varios años y no es fácil decidir una cosa así. Al final me decanté por esperar por eso. Es una lucha que está empezando a dar sus frutos. En el extranjero conozco jugadoras a las que les mantienen el contrato y pueden volver a jugar sin problemas.

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«Para mí no fue un drama retirarme. Fue una decisión muy meditada. No tengo el gusanillo de volver»

-¿Qué más aspectos mejoraría del actual sistema del baloncesto femenino en España? Además, usted ha vivido en primera persona el desarrollo de este deporte…

-Yo he tenido la suerte de dedicarme al baloncesto profesional, así que me considero una afortunada, porque he hecho de mi 'hobby' mi profesión. Era el deporte que he visto siempre en casa. Mis padres jugaban, yo siendo bebé ya estaba en las pistas, pero cuando empecé a jugar en el colegio, en la vida me imaginaba que yo me dedicaría a esto, que es lo que me ha apasionado toda mi vida. Pero hay muchas cosas a mejorar. Cuando no empecé no había repercusión, no se veía el baloncesto femenino ni había referentes. Ahora por suerte se está mejorando, aunque hay mucho margen de crecimiento y trabajo, sobre todo en las condiciones contractuales… También es verdad que en este deporte hubo unos años complicados con la crisis, pero ahora parece que está volviendo a crecer, están volviendo grandes jugadoras a la Liga Endesa y eso es importante para que empresas e instituciones apuesten por el baloncesto femenino. Es una rueda para que nuestras jugadoras tengan las mejores condiciones posibles y crezcan. Hay que apostar por ellas.

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-¿Qué opina de aquellos que defienden que el baloncesto femenino no da espectáculo, que no genera expectación o atractivo cara a patrocinios?

-¡Qué va! ¿Qué le voy a decir yo? A mí me encanta este deporte y nos está dando muchas alegrías los últimos años. Basta ver los éxitos de la selección española, con todas las medallas, más allá de este verano, porque también son humanas. Pero el baloncesto femenino es muy atractivo. Es muy táctico, no es tan físico como el masculino, aunque a mí las comparaciones no me gustan. Es baloncesto y tiene el mismo valor juegue quien juegue.

MIGUE FERNÁNDEZ

-A lo largo de su carrera, ¿se ha topado alguna vez con alguna persona que haya infravalorado su deporte sólo por ser femenino o ha vivido situaciones de desigualdad?

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-Hay gente de todo tipo, por desgracia. Sí que me he encontrado casos de gente que desprecia el baloncesto femenino o que, por el tema físico, decían que las que juegan a baloncesto son muy 'machotas', que no se puede ser femenina por jugar al baloncesto o al fútbol. De esos sí que me he encontrado y me parece una chorrada. Pero obvio a este tipo de gente. La que hace estos comentarios no tiene consciencia de todo el trabajo que hay detrás.

-Usted, por suerte, no ha atravesado episodios como los de las jugadoras de la selección española que acusaron de maltrato psicológico al técnico, Lucas Mondelo, ¿no?

-No, no, para nada.

-¿Ha estado en contacto con alguna de las jugadoras que denunciaron este caso?

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-Yo he entrenado con Lucas Mondelo en el Perfumerías Avenida y la selección y conozco a Marta Xargay y Anna Cruz. Son amigas mías. He vivido situaciones, pero no me voy a pronunciar. Yo creo que si ellas lo han hablado es porque lo creen así y hay que respetar todos los lados. Son situaciones que no son agradables. Tanto Marta como Anna lo han pasado muy mal, y estoy como amiga para ayudar.

«Me he encontrado gente que dice que no se puede ser jugadora y ser femenina, y eso es una chorrada»

-¿Alguna vez se ha parado a pensar en que si su laureada trayectoria deportiva la hubiera firmado un hombre habría tenido más repercusión?

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-Bueno… Además yo lo he vivido en mi casa. No en mi familia, porque mi hermano (Rudy Fernández) y yo siempre hemos tenido el mismo trato y hemos llegado a donde hemos llegado gracias al apoyo de la familia. Pero de puertas afuera muchas veces se me ha conocido más por ser la hermana de Rudy que por mi carrera deportiva y él es el primero que dice: 'Yo soy el hermano de Marta'. Para él también he sido una referente, pero es verdad que a nivel mediático, por desgracia, el deporte femenino no tiene tanta visibilidad.

-Usted nació en Barcelona, pero luego creció en Mallorca. Ha dado la vuelta al mundo en las ligas española, polaca e incluso ha probado la WNBA y ahora ha recalado en Málaga…

-Sí, todo el mundo me hablaba 'superbien' de Málaga. Antes de venir a vivir ahora sólo había venido para hacer alguna retransmisión deportiva con la Copa del Rey y la selección. Cuando ya nos dijeron que veníamos aquí nos pusimos muy contentos. También tengo una prima que vive aquí…

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«Es una rueda. Para que las jugadoras tengan las mejores condiciones hay que apostar por ellas»

-Y su hija, ¿dónde nació?

-En Murcia, porque mi marido estaba entrenando allí.

-Se conocieron en el Perfumerías Avenida, ¿verdad?

-Sí, en Salamanca, en mis últimos años de jugadora. Él entrenó en el equipo. Teníamos también el mismo grupo de amigos… Así que, bueno, la vida (ríe)... Ahora estamos muy contentos, además estando en un club como el Unicaja.

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-Es un apoyo extra que su pareja sepa de primera mano lo que es el baloncesto femenino, ¿no?

-Bueno, lo cierto es que en el día a día no hablamos de eso. De hecho, ahora lo pienso y parece que ha pasado mucho de mi etapa de jugadora (ríe). Cuando pasa el tiempo y te recuerdan todo lo que has conseguido lo valoras mucho más.

-¿No le entra el gusanillo ni de echar una pachanga ahora?

-Nada. Yo me retiré en un buen momento físico. Fue una decisión muy meditada. Para mí no fue un drama retirarme, así que no tengo el gusanillo de volver, y mira que muchos equipos de la Liga 2 me han hablado de ayudar a entrenar y demás, pero yo creo que me pongo a jugar ahora y lo hago fatal. Ahora hago otros deportes: pádel, gimnasio, boxeo…

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-¿Cómo es su día a día ahora?

-No paro. Viajo cada semana a Barcelona para las retransmisiones de la Liga Femenina Endesa. También colaboro con la Federación Española en Madrid y ahora que he sido mamá hace nada, con la 'peque' para arriba y para abajo. También gestiono los campus de verano de mi hermano y el mío...

MIGUE FERNÁNDEZ

-¿Trabaja también con la Academia 675 de Berni Rodríguez ahora?

-Está pendiente ir a echar una mano. Me encantaría, pero ahora mismo no paro.

-¿Y cómo comenzó con el mundo de la comunicación? Sé que estudió Periodismo y cursó másters...

-Sí, en Gestión y Marketing y demás. Empecé dos años antes de retirarme, que me llamaron para una retransmisión de la selección masculina y me gustó. Poco a poco me propusieron hacer galas, más partidos, y me fui enganchando. Ya llevo cinco o seis años y sigo aprendiendo.

-Ahora que empieza su nueva vida en Málaga, ¿se ha marcado proyectos de futuro?

-Los últimos años, a nivel personal, me han pasado muchas cosas buenas y malas y ahora me centro en el día a día, en disfrutar con mi familia y seguir vinculada al baloncesto. Me siento una afortunada de vivir en Málaga y viajo mucho, sí, pero lo he hecho toda la vida. Me gusta disfrutar de las pequeñas cosas. He tenido unos palos muy duros en los últimos años y me ha hecho darme cuenta de que la vida te cambia en un momento y hay que disfrutarla. Por eso no pienso en el futuro. Quiero disfrutar de los míos y trabajar.

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-Y que su hija aprenda a jugar al baloncesto...

-Con una madre jugadora y un padre entrenador me haría mucha ilusión (ríe), pero que haga lo que le guste. El otro día la llevé a su primer partido, en el Martín Carpena, contra el Barça. ¡Qué pena que perdieron por dos!

-¿Se ve echando raíces aquí?

-Ojalá. Creo estar en una de las mejores ciudades para vivir. Málaga me encanta, estoy supercontenta de vivir aquí. Me gusta la playa, el ambiente, el buen clima… Ojalá estemos aquí mucho tiempo.

Fernández, en el Europeo de 2003, ante Polonia. EFE

Un palmarés de oro en la historia del baloncesto español

Mientras los desconocedores del baloncesto femenino siguen viéndola como la hermana de Rudy Fernández, los verdaderos seguidores de este deporte sabrán que Marta Fernández, recién mudada a la provincia, es una de las mayores leyendas del baloncesto español. Mitad catalana y mitad mallorquina, colgó las botas hace cuatro años (con 34), llamada por su necesidad de buscar una familia y construir una nueva vida, pero antes de eso dejó un reguero de éxitos muy difícil de igualar.

Fue una fuera de serie desde que comenzó a botar el balón en el colegio y pronto captó la atención del Segle XXI, uno de los clubes con las canteras más punteras del país. Antes de la mayoría de edad ya debutó en Liga 2 y llegó a la élite con el mítico Ros Casares con 18 años. Para entonces, ya había sido campeona del Europeo júnior en 1998. Además de su etapa en Liga Endesa –que tuvo dos fases–, gran parte de su palmarés lo ha coleccionado con la selección, en la que acumuló más de 120 internacionalidades.

Entre sus muchos méritos con el cuadro nacional destaca: dos bronces europeos (2003 y 2005) y uno mundial (2010) con el cuadro absoluto, además de otro tercer puesto en los Juegos del Meditérraneo de 2001, a lo que hay que añadir su participación olímpica en Atenas 2004.

A todo ello hay que añadir otro honor del que muy pocas españolas pueden presumir hasta la fecha. La escolta fue la octava jugadora de la historia del país en fichar por un equipo de la Women NBA (WNBA), el cuadro de Los Angeles Sparks. Además, militó tres temporadas en el potente Wisla polaco, con el que ganó todos los títulos nacionales del país. A los que, por supuesto, hay que añadir los de España: cinco Ligas, seis Copas de la Reina, seis Supercopas de España y una Supercopa de Europa. Dijo adiós en el Perfumerías Avenida de Salamanca en 2015.

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