El escenario se transforma desde el lunes en las calles de la Francia del siglo XIX

'Los Miserables', el musical de los récords

La producción desembarca en el Teatro Cervantes con sus 90 toneladas de material y once tráilers

Regina Sotorrío

Jueves, 19 de junio 2014, 00:31

La calle en la que Fantine cae en la miseria, la posada en la que se cría Cosette, el lugar en el que se refugia Jean Valjean... todo ese submundo creado por Víctor Hugo empieza a tomar forma en pocos metros cuadrados. Los Miserables desembarcan en el Teatro Cervantes con sus 90 toneladas de material y once tráilers. Desde el lunes y hasta hoy, 70 técnicos colocan todo en su lugar en turnos rotatorios durante las 24 horas del día, sin descanso.

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Se trabaja a contrarreloj y dentro de un caos ordenado (cada uno sabe cuál es su misión) para que mañana Málaga pueda levantar el telón del musical de los récords. En el mundo es el que lleva más tiempo en cartel. En España será el primero que atraviese las puertas del Liceo de Barcelona a finales de julio. Y en Málaga se ha convertido ya en el espectáculo con más funciones consecutivas en el Cervantes: un total de 37 citas hasta el próximo 20 de julio.

Delicada y precisa

Es una labor «delicada y precisa» en la que todo está medido y controlado al detalle. Porque mañana a las 21.00 horas no hay margen para el error. Para que todo funcione, en la trastienda de Los Miserables se combina lo manual con lo último en sistemas automatizados. «Es un musical muy de teatro, pero envuelto en nuevas tecnologías aplicadas al espectáculo», explica Grande.

A ojos del público pasará inadvertido, pero la robótica maneja, por ejemplo, la iluminación y está detrás de los cambios «ágiles y rápidos» de la escenografía. Tiene que ser así porque en la primera parte hay 30 escenas diferentes y otras 30 en la segunda. «Está muy bien resuelto porque se trabaja con elementos básicos que atrezzándolos se transforman en otra cosa», indica Grande, que explica que la madera y el hierro son los materiales principales de las construcciones que se ven. En este movimiento de fichas juega un papel crucial el telar, del que cuelgan hasta quince toneladas de material (pantallas, focos...). El peso obliga a la producción a hacer un estudio previo en cada teatro al que acuden para comprobar que es viable. Además, proyecciones de dibujos originales de Víctor Hugo proporcionarán profundidad al montaje.

Y más números que dan idea de la envergadura de la producción: en cada función trabajan 101 personas entre técnicos y artistas, y se utilizan 392 trajes completos compuestos por 1.782 artículos y 31 pelucas. Es así aquí y, ahora mismo, en Toronto, Tokio y Corea del Sur. «La producción de Los Miserables exige que se muestra tal y como es en todos los lugares a los que va», argumenta el jefe del montaje.

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Esto en lo que se refiere a la escena. En lo musical, las composiciones de Claude-Michel Schönberg han dado la vuelta al mundo, formando parte imprescindible del repertorio del género con temas como I dreamed a dream o Do you hear the people sing?. El malagueño Arturo Díez Boscovich llevará la batuta de los catorce músicos que interpretarán en directo las melodías. Es de los musicales más operísticos del catálogo, lo que le ha abierto las puertas del templo de la lírica, el Liceo. «Es un aliciente. El espectáculo es merecedor de ese escenario, y viceversa», asegura Grande.

Eso sí, Los Miserables llegará a Barcelona tras su largo paso por Málaga, donde se instalará durante un mes. Dicen que la producción ha pisado ya 319 ciudades de 42 países. Desde mañana, habrá una más en la lista.

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