ROCÍO LÓPEZ RUIZ
Martes, 18 de mayo 2021, 10:05
Cudeca tiene una forma especial de cuidar. Como dice su lema, aunque no puedan añadir días a la vida, hacen todo lo posible por añadir vida a los días. Todo aquel que forma parte de esta Fundación tiene un interior muy humano, desde el personal de administración o limpieza hasta los equipos sanitarios, psicólogos o voluntarios. Llevan casi 30 años atendiendo a miles de pacientes y a sus familiares, siendo su gran trabajo, fruto del compañerismo y conexión que hay entre profesionales del Centro y voluntarios.
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Ángel Bataller, Responsable de Formación e Investigación del Instituto Cudeca de Estudios e Investigación en Cuidados Paliativos, resaltó la importancia de los cuidados paliativos en la sociedad: «Aproximadamente el 25% de los ingresos a los hospitales en estos momentos son de pacientes que están en su último año de vida. Es un dato que nos tiene que hacer pensar. En Cudeca atendemos todas las necesidades médicas que un paciente tiene a lo largo de su enfermedad, y cuando llegamos al último momento de su vida es cuando se tiene que enfocar en las necesidades integrales. Hay que respetar la autonomía de las personas, el paciente es el que decide sobre su propia vida, para que sea lo más digna posible».
La misión de Cudeca, desde un principio, fue desarrollar programas de formación y de investigación para contribuir a extender los cuidados paliativos y asegurar una continua mejora de éstos. «Desde el comienzo se pusieron en marcha programas de formación para los propios trabajadores de Cudeca para así poder extender conocimientos, y como fue creciendo, se creó el Instituto Cudeca. Tiene una característica especial que lo separa del resto de formaciones, que es la interdisciplinaridad, toda la visión de las diferentes ramas van unidas, tanto la sociosanitaria, psicosocial o la integral del ser humano, donde están tanto las necesidades espirituales como las de tratamientos del dolor,» afirmó Bataller.
Desde hace 10 años Cudeca empezó una relación más estrecha con la Universidad de Málaga, ya que comenzaron las colaboraciones con los primeros postgrados, con profesores tanto de la UMA como de la Fundación Cudeca. Actualmente, ambas entidades están inmersas en el Máster Propio Universitario en Cuidados Paliativos y en el Curso de Experto Universitario Interdisciplinar en Cuidados Paliativos, en la que todos los beneficios se destinan a la Fundación Cudeca, con la que siguen manteniendo esa labor asistencial. «Desde Cudeca estamos muy agradecidos a la Universidad de Málaga, ya que sin ellos toda esta experiencia formativa sería impensable», detalló Bataller.
«Además de todas las horas lectivas del máster, los alumnos también cuentan con la experiencia de hacer prácticas en Cudeca, en las que pasan por todas las unidades asistenciales, tanto por la unidad de ingresos de hospitalización, como por el Centro de Día, atención domiciliaria o psicosocial», explicó Ángel Bataller. Este año, Cudeca está en un proyecto de crear un máster 100% 'on line', con colaboración de la UMA, para aquellos estudiantes que no puedan asistir y quieran una formación completa. «Se ha presentado la solicitud a la UMA del Máster Propio Universitario en Atención Paliativa a Personas con Enfermedades Avanzadas, se ha dado el visto bueno y falta que la Junta de Gobierno de la aprobación», afirmó Bataller.
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La Fundación Cudeca también colabora con la FGUMA (Fundación General de la Universidad de Málaga) en programas y actividades formativas, con especial atención en intereses comunes como son los proyectos en Latinoamérica. 'Cudeca Experience' es un programa de rotaciones que la Fundación Cudeca tiene desde hace años, en el que los profesionales vienen a las instalaciones durante un período de 4 semanas y se meten de lleno en el día a día de la Fundación, participando en equipos asistenciales y conociendo de primera mano su modelo organizativo o de recaudaciones.
«El año pasado se quiso poner en marcha en su primera edición latinoamericana el proyecto 'Cudeca Experience Internacional', organizado con la FGUMA y colaboradores colombianos. No pudo lanzarse por la pandemia, pero si todo va bien, en octubre lo podremos lanzar en el país colombiano», aseguró Bataller. En Cudeca afectó mucho el coronavirus, ya que dos de las principales vías de financiación de la Fundación son las tiendas benéficas y los eventos, y ambos desaparecieron en el confinamiento. «Hay muchas personas que conocen Cudeca pero desconocen lo que es. Es importante que cuando una persona compre, por ejemplo, una camiseta en una de nuestras tiendas, conozcan su finalidad, porque no saben todo lo que ayudan y contribuyen haciéndolo», señaló Ángel Bataller.
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«Tuvimos que reinventarnos y trabajar de otra forma para poder llegar a las personas. Creamos una plataforma de formación 'on line' e hicimos cursos formativos, por lo que no ha permitido hacer cosas que de otra forma no hubiésemos podido plantear, ahora contamos con oferta formativa tanto presencial como virtual», detalló Ángel Bataller. Aun así, el Centro de Día de la Fundación Cudeca tuvo que estar cerrado, porque al estar gestionado por los voluntarios no se pudo llevar a cabo por las medidas que había en esos momentos.
La Fundación Cudeca es conocida en la provincia malagueña por los casi 30 años de asistencia, cuidado y acompañamiento a pacientes oncológicos y otras enfermedades además de ofrecer apoyo y consuelo a sus familiares, pero pocas personas saben como surgió. Joan Hunt y su marido, Fred, ambos británicos, aterrizaron en la Costa del Sol para disfrutar de su jubilación. Al poco tiempo de llegar, Fred fue ingresado por un cáncer cerebral y su estancia en el hospital fue muy 'medicalizada', atendiendo a sus síntomas y no tanto a sus necesidades. Joan Hunt no estaba muy de acuerdo, por lo que probaron con un hospital más pequeño, donde todo era muy acogedor pero que no llegaba a ese 'hospice' y cuidados que ella recordaba del mundo anglosajón.
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Cuando su marido falleció sintió la necesidad de hacer algo, y colaboró con el hospital, donde conoció a Marisa Martín, actual gerente de la Fundación. Joan Hunt no se sentía satisfecha del todo y quiso crear algo por su cuenta, naciendo así Cudeca. Marisa se introdujo en el proyecto, junto a algunos voluntarios, creándose ese espacio en el que los pacientes y sus familias se sintiesen queridos y respetados con una mayor calidad de vida. Con este modelo ha seguido avanzando Cudeca, con cariño y respetando la autonomía de las personas, teniendo 'esa forma especial de cuidar'.
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