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El programa se desarrolla desde el 28 de junio al 10 de septiembre en sus instalaciones de Coín, un entorno natural privilegiado donde trabajar cuestiones asociadas como la desconexión de las nuevas tecnologías y redes sociales
«Muchas familias encaran los meses de verano con mucha preocupación ante los malos resultados académicos y la actitud de sus hijos»
Adrián Perea
El último año no ha sido sencillo para nadie debido a todo lo vivido durante el confinamiento, el aislamiento y las restricciones asociadas a la COVID-19. A esto hay que sumarle que, según la OMS, el 60% de la población europea está sufriendo ‘fatiga pandémica’, que puede generar desmotivación, sensación de incertidumbre constante y síntomas de ansiedad o depresión.
Todo esto está afectando especialmente a niños y adolescentes que, como aseguran los expertos, son una de las poblaciones en las que más se han incrementado los casos de trastornos de conducta y bajo rendimiento escolar. Ambas cuestiones están provocando que muchas familias encaren los meses de verano con mucha preocupación ante los malos resultados académicos y la actitud de sus hijos.
Para satisfacer estas necesidades especiales, Acude ITA pone en marcha una iniciativa especial para este periodo estival. Se trata de un internado especializado con un Programa Socio-Educativo Intensivo diseñado particularmente para adolescentes que hayan tenido un bajo rendimiento académico como consecuencia de alteraciones de la conducta. De este modo, durante este tiempos los chicos y chicas recibirán clases de refuerzo y apoyo al estudio enfocadas a la recuperación de las asignaturas pendientes. Además del trabajo académico, se realizarán terapias grupales, talleres psicoeducativos y reeducación en hábitos saludables, higiene y alimentación. «Muchos padres nos pedían este servicio porque no hay prácticamente nada similar aquí en Andalucía», explica Adrián Perea, director del centro.
Ubicado en Coín, Acude ITA es un recurso asistencial para adolescentes con dificultades de bienestar personal y de adaptación social, escolar o familiar. «Nuestra experiencia demuestra que el fracaso escolar no obedece tan solo a falta de habilidades académicas, sino que se explica muy a menudo por dificultades relacionales, emocionales y cognitivas», subraya Perea.
De este modo, el programa consiste en un internado durante los meses de julio y agosto para realizar una intervención integral socio-educativa y terapéutica para jóvenes que presentan dificultades con el seguimiento de normas, autocontrol, inestabilidad emocional o fracaso escolar. Esta iniciativa de verano responde a un doble objetivo, por un lado los adolescentes asisten a clase con profesionales de la educación con la meta de recuperar los contenidos no adquiridos durante el curso. A su vez, un equipo de profesionales interviene en aquellas áreas potencialmente alteradas que pueden explicar parte del fracaso académico. De este modo y gracias a la mejora de las complicaciones conductuales y emocionales, se benefician ambas áreas.
El entorno privilegiado, las herramientas disponibles, la desconexión de la dependencia de las nuevas tecnologías y redes sociales, y el equipo interdisciplinar que diseña y lleva acabo la intervención con cada adolescente, hacen que los jóvenes se vean beneficiados en muchos sentidos: recuperar la motivación hacia los estudios, orientar su vocación, preparar la reincorporación al próximo curso, entre otras. «Se realiza un plan grupal de forma individualizada, cada persona asiste al grupo según necesidades: grupo emocional, grupo de adicciones tecnológicas, grupo de adicciones comportamentales, talleres de arte-terapia, huerto ecológico, teatro, deporte, y una amplia variedad de actividades» explica Perea.
De igual modo, desde el primer día se integra al alumno en un grupo de personas de su edad y en un horario estructurado que favorece la estabilidad emocional, la adquisición de rutinas y la organización del tiempo libre.
Respecto al calendario, el programa se desarrolla desde el 28 de junio al 10 de septiembre. Se realiza de forma ininterrumpida con permisos establecidos por el equipo técnico, normalmente en fines de semana. Las inscripciones pueden realizarse llamando a los teléfonos 900 500 535 y 606761555, o escribiendo a infoita@itasaludmental.com.
Con gran experiencia en el sector y el apoyo de un grupo líder en salud mental, Acude ITA trabaja con jóvenes de entre 12 y 17 años que presentan Trastornos de Conducta, desde agresividad, a trastorno del apego, ansiedad, episodios depresivos, conductas de riesgo, dificultades con la realidad corporal o bajo rendimiento escolar, entre otros.
La gran diferencia frente a otros espacios y que convierten a Acude en un centro único en Andalucía, es que los chicos y chicas pueden continuar con sus estudios -de ESO, Bachillerato o FP- mientras están realizando un proceso terapéutico.
«Vienen muchas familias que buscan esa doble vertiente, un internado para regular los estudios y un programa terapéutico para tratar los trastornos de conducta del chico o la chica». A esto se suma, según Perea, adolescentes que comienzan a mostrar problemas anímicos y de depresión.
Una de las claves del grupo de trabajo de Acude es su heterogeneidad. «Buscamos que se puedan poner ‘en los zapatos del otro’. Para ello trabajamos, por ejemplo, terapias de empatía, que promueven cambios voluntarios y duraderos. Además, todo se desarrolla en un entorno natural y seguro». Esto se consigue gracias a un equipo multidisciplinar, profesionales comprometidos, compuesto por psicólogos, psiquiatra, enfermero, educadores sociales, profesores y monitores de talleres terapéuticos, todos ellos formados en este tipo de perfiles y en constante supervisión del vínculo que se forma entre trabajador y adolescente. En este sentido, Perea asegura que el ambiente es muy cooperativo y enriquecedor.
Otra de las patas de Acude es el trabajo con las familias. Los adolescentes, además de sus terapias individuales y de grupo, tienen sesiones con la terapeuta de familia, y los familiares a su vez cuentan con un psiquiatra experto que facilita grupos de padres. «La implicación de todos los miembros de la familia es imprescindible. Tanto si es presencial como telemática, estas sesiones son fundamentales porque funcionan muy bien y dan muy buenos resultados», afirma el director.
Una vez culminada la estancia, el tratamiento puede continuarse en los Centros de Día que dispone el grupo, como el ABB Málaga, donde se siguen dando técnicas y herramientas de mejora a estos jóvenes. De igual modo desde Acude apuestan por mantener el contacto con los jóvenes. «Intentamos darle una alternativa, crear un proyecto de jóvenes saludables en el que puedan hacer actividades que les gusten de forma sana, con monitores que les acompañen para que no vuelvan a los círculos viciosos y se integren de manera correcta en la sociedad».
Este trabajo intenso y comprometido ya ha dado sus frutos en muchos jóvenes, que han normalizado su vida y acuden al centro a mostrar su ejemplo a los chicos. «Ellos son los mejores baluartes del futuro que pueden alcanzar».