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Grupo Casa Lola suma ya nueve tabernas, entre Málaga capital y Marbella. ¿El secreto de su éxito? Respeto a la esencia y la búsqueda constante de lo que más gusta a su público.
Fundado en 2010, Grupo Casa Lola ha logrado mantenerse todos estos años en la senda del éxito empresarial, sin perder por el camino ni la esencia malagueña ni la calidad de su propuesta. Continúa imparable abriendo nuevas tabernas, la última de ellas Taberna Astoria, ubicada en la emblemática plaza del Siglo de la capital malagueña. Charlamos con uno de sus socios fundadores para descubrir la esencia de su propuesta, y la inquietud y creatividad con la que suman nuevos proyectos.
– Con seis tabernas en Málaga capital y otras tres en Marbella, ¿cómo lográis mantener la autenticidad malagueña en vuestros establecimientos?
– Es un trabajo de muchos años. Hemos creado una infraestructura grande: en cada negocio tenemos dos encargados de sala y dos de cocina. Además de una cocina central desde la que organizamos la carta de todos los establecimientos, para que ingredientes básicos como las salsas tengan el mismo sabor en todos los negocios. A parte, tenemos una chef executive, que es la encargada de revisar todo, supervisando todas las tabernas para mantener los estándares de calidad.
– ¿Qué singularidades destacáis de las dos ciudades que acogen vuestros establecimientos?
– En los últimos, el incremento del turismo en Málaga capital ha sido brutal, funcionando ya todo el año; mientras que Marbella es más estacional, subiendo en verano la afluencia de público muchísimo. Málaga está ya un nivel que un jueves es prácticamente igual que un sábado.
– Acabáis de abrir la Taberna Astoria en la plaza del Siglo el pasado sábado 21. ¿Qué tal está funcionando estas primeras jornadas?
– Por ahora, muy buena acogida. Es el local que tenemos en Málaga con mejor ubicación: es un espacio de mucho tránsito, por el que entra bastante turismo. Pero en nuestros negocios, a parte del turista, también nos gusta atender al público malagueño. Están enfocados para todo el mundo, pero especialmente para el que reside todo el año en la ciudad. Los primeros días siempre son complicados, porque es una carta nueva. El equipo de cocina sigue ajustando los pequeños fallos y contratiempos.
– ¿Cuál consideras que sería la esencia de una taberna malagueña?
– No pueden faltar platos de la cocina tradicional malagueña, como los callos, la porra antequerana, los boquerones victorianos… Buscamos recuperar la cocina de toda la vida, la de nuestras madres. Tampoco puede faltar la cañita bien fría, en vaso no muy grande, y los vinos de Málaga también son imprescindibles. Y aportamos una nota singular, que no es puramente malagueña, como es el vermut, que también funciona muy bien.
– ¿Cómo recibe el público extranjero la propuesta de Casa Lola?
– Tenemos locales con un éxito impresionante entre los turistas. Por ejemplo, el de calle Granada: desde que abrimos a las 12.00 hay turistas esperando. Flipan con la variedad de tapas que tenemos: en la carta tenemos hasta 70 propuestas diferentes. Pinchos, montaditos, ensaladilla… Les encanta probar cosas típicas de la tierra. Y también alucinan con los precios de aquí, en comparación con los de sus países. Disfrutan de nuestra variedad de vinos: manejamos unas 50 referencias diferentes.
– Finalizado el verano, ¿cuáles han sido vuestras propuestas estrella esta temporada estival?
– Lo que más vendemos es la ensaladilla rusa y las patatas bravas: son los platos estrella, nunca fallan. Y tenemos otros productos top, como las hamburguesitas de presa ibérica. Todos los años intentamos meter alguna propuesta nueva. Cada seis meses cambiamos la carta: el 80% se mantiene, y vamos variando aquellos platos que detectamos que no han funcionado tan bien. De lo último que hemos introducido han sido los baos, y la verdad es que están vendiéndose muy bien. Lo que funciona, lo trasladamos al resto de locales.
– ¿Qué aporta San Miguel a la identidad malagueña de vuestras tabernas?
– Teníamos claro desde el principio que queríamos trabajar con San Miguel, que nos ha apoyado desde el principio. Es una cerveza que tiene una relación directa con Málaga y sus tabernas, y el malagueño la demanda.
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Conducir y escuchar música es uno de los momentos en los que siento una mayor libertad. Para mí, ese momento de subirme al coche, elevar el volumen, bajar las ventanillas y cantar a pleno pulmón se encuentra entre las mejores sensaciones de la vida.