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La labor en tienda. María del Carmen Salazar es voluntaria en Cudeca desde hace 21 años.

La llamada de ayuda de las tiendas solidarias

Los comercios benéficos de Cudeca, Madre Coraje o Piel de Mariposa ofrecen productos de segunda mano totalmente desinfectados

claudia san martín

Domingo, 2 de agosto 2020, 23:50

Antes del confinamiento, las tiendas solidarias y benéficas de Málaga capital y la provincia funcionaban a la perfección. La ropa de segunda mano estaba más de moda que nunca. Además de ayudar al medio ambiente, los ciudadanos contribuían en las causas por las que esas tiendas, herederas de asociaciones y fundaciones, luchan día a día. Pero como el mundo se paró para todos, a su vuelta han tenido que reinventarse y aplicar muchos más protocolos de seguridad y desinfección que una tienda al uso.

Los pioneros en este tipo de comercio con fines lucrativos pero benéficos fueron los componentes de Cudeca. Joan Hunt, la impulsora de esta fundación que proporciona cuidados paliativos a enfermos terminales de toda la provincia de Málaga desde hace 29 años, comenzó vendiendo su ropa en el garaje de una urbanización de Fuengirola.

En un primer momento, con la ayuda de sus amigas, Hunt pudo recaudar el suficiente dinero para impulsar Cudeca y exprimir la tradición de darle una segunda vida a ropa que ya no usamos con un fin que llena el alma: ayudar a los demás. Las 23 tiendas que la fundación reparte por toda la provincia reabrieron poco a poco cuando estuvieron preparadas, aunque no todo fue coser y cantar. Daniel Beaudet, responsable de estos comercios benéficos, relata que tras el confinamiento están recibiendo muchas más donaciones que anteriormente: «La gente ha aprovechado para hacer una limpieza más profunda en casa, lo que ha tenido como consecuencia recibir más donaciones de lo normal. Al tener menos voluntarios estamos teniendo dificultad para procesar las donaciones y estamos pidiendo que de momento los donantes se limiten a traernos no más de tres bolsas a la vez», apunta Beaudet con preocupación ante la falta de voluntarios. La mayoría de ellos, de avanzada edad, son colectivo de riesgo por lo que no pueden volver a su puesto y desempeñar su labor como antes. «Actualmente unos 400 voluntarios están colaborando cuando realmente necesitamos 900 en tiempo normal para que las tiendas puedan funcionar», remata.

En los tres comercios solidarios de la ONG Madre Coraje ocurre algo similar. Con el fin de asistir a personas en situaciones de vulnerabilidad e impulsar proyectos de desarrollo en Perú y Mozambique, Madre Coraje extiende por Málaga, en convenio con el Consistorio, 233 contenedores donde los ciudadanos pueden depositar las prendas que ya no usen en bolsas cerradas y que ellos le darán una segunda vida. Esta forma de recoger las donaciones se detuvo drásticamente durante el confinamiento, aunque Avelino Mañas, gerente de estos comercios, apunta que la población siguió donando ropa y que en esos momentos esa acción les produjo «un serio problema», aunque reconoce que ahora ya han recuperado la normalidad en ese aspecto.

En cuanto a la desinfección de las prendas, Madre Coraje ya utilizaba máquinas de ozono para limpiarlas de cualquier virus; ahora aún más. Al igual que en los comercios de Cudeca, la ropa se somete a un estricto proceso de desinfección. En las de Madre Coraje, por ejemplo, las bolsas de donaciones se mantienen una semana en cuarentena antes de abrirlas. En Cudeca, las prendas reposan durante 72 horas al llegar a la tienda previamente a su catalogación. Después, se desinfecta para colocarlas en tienda y hacen lo mismo con la ropa ya probada.

María del Carmen Salazar, voluntaria desde hace 21 años y responsable de dos tiendas en el Arroyo de la Miel, cuenta que este proceso es bastante duro, pero muy necesario: «El protocolo es muy estricto, pero somos una gran familia y trabajamos mano a mano. Cudeca trata fenomenal a sus voluntarios. Antes del Covid éramos 82 entre estas dos tiendas, ahora somos la mitad», cuenta Salazar, lo que dificulta que los comercios mantengan el ritmo de antaño.

En las tiendas de San Pedro de Alcántara y Marbella de la Asociación Debra Piel de Mariposa, que sostienen la actividad de médicos que ayudan a los pequeños diagnosticados con esta enfermedad de la piel, se retomó la actividad en cuanto se pudo. Igualmente, siguiendo un protocolo estricto de desinfección del menaje de hogar y prendas, este equipo cuenta incluso con EPIS para la selección de los artículos con el fin de que prevalezca la seguridad de sus trabajadores y voluntarios: «Convertimos las compras y donaciones en el apoyo que necesitan las familias que conviven con esta dolorosa enfermedad de la piel. Seguir a su lado es fundamental para que su día a día duela un poquito menos.», apuntan. En la tienda de Málaga capital, en Héroe de Sostoa, se retomó la actividad el pasado lunes 27 de julio y parece que va viento en popa.

Otro enfoque solidario

En una dirección distinta aunque con un concepto similar, la ONG Oxfam Intermón ofrece en su tienda del Soho un impulso al comercio justo. «Estamos teniendo menos abastecimiento de productos por el problema de los transportes, ya que vienen de cooperativas de comercio justo de países de África, Asia y América del sur. De todas maneras, tenemos un amplio surtido de estos productos y estamos introduciendo muchos otros de comercio sostenible», apuntan desde la tienda, aunque han visto que las compras online sí se han disparado. A pesar de las circunstancias, estos luchadores siguen al pie del cañón para que sus causas prevalezcan.

El dato

  • 23 Son las tiendas solidarias que Cudeca reparte por la provincia; Madre Coraje y Piel de Mariposa tienen tres y AVOI y Oxfam Intermón, una. En ellas venden todo tipo de productos cuyo beneficio se destina a sus causas.

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