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MÁLAGA

Málaga vive la fiebre de los idiomas

El paro y el Plan Bolonia, que exige nivel medio en una segunda lengua para obtener el graduado, disparan la demanda de inglés y alemán

M. ÁNGELES GONZÁLEZ

Domingo, 23 de septiembre 2012, 17:54

Septiembre. Mes de propósitos. Apuntarse al gimnasio, ponerse a dieta, dejar de fumar o comenzar un coleccionable son algunos de los objetivos que se marcan numerosos malagueños con el inicio del curso escolar. Pero estudiar algún idioma ocupa ahora el lugar más privilegiado en muchas de las agendas otoñales. Empujados por el paro y por el Plan Bolonia, que exige la acreditación de un nivel intermedio (B1) de una segunda lengua para obtener el graduado, cientos de personas se animan cada año a estudiar un idioma extranjero, fundamentalmente inglés y alemán.

Academias llenas, colas en las escuelas oficiales de idiomas y profesores nativos que no dan abasto son la muestra de la fiebre por los idiomas que se está viviendo en la provincia de Málaga. Un fenómeno que confirman responsables de empresas de formación privadas y de centros públicos como el de la Fundación General de la Universidad de Málaga (FGUMA), que desde 2009 casi ha triplicado el número de alumnos matriculados, al pasar de 717 a 1.796 el pasado curso. Aunque todavía no se ha cerrado el proceso de inscripción de este curso, sus responsables confían en que esta cifra vuelva a crecer. También en las ocho escuelas oficiales de idiomas de la provincia han aumentado las plazas de 10.025 en 2009 a 13.730 en 2011. Pero la muestra más evidente del creciente interés por dominar un idioma es que para este curso se han quedado fuera más de 8.400 personas.

En los cursos a distancia, como el That's English, la realidad es similar. En 2010 se matricularon 3.314 personas y un año después lo hicieron 3.367, según datos de la Delegación provincial de Educación de la Junta de Andalucía. Para este curso se espera otro incremento.

En las academias se frotan las manos. El sector está de enhorabuena porque la crisis está llevando a cientos de malagueños a plantearse superar su gran asignatura pendiente. Ante ofertas laborales cada vez más escasas y una mayor competencia, el inglés se ha convertido en un recurso imprescindible para optar a casi cualquier trabajo. El 75% de los puestos cualificados exige dominio del inglés y tener soltura en una lengua extranjera puede aumentar en un 26,9% las posibilidades de encontrar un empleo en Andalucía, siendo la lengua más demandada el inglés. Son las cifras que manejan diversas consultoras, que ponen sobre la mesa el papel tan relevante que juegan hoy día los idiomas. Y los malagueños lo saben. Por eso desde hace unos años es habitual ver colas en las puertas de Lynne's Academy en Fuengirola durante el periodo de matriculación. De los 20 alumnos que estudiaban en este centro de inglés en la década de los 90 se ha pasado a 1.200. En los últimos tres años cuentan con 200 inscritos más, según Alba Muñoz, responsable del centro Lynne's que abrió hace unos días en la capital.

Respecto al perfil de los alumnos, explica que la mayoría son adultos en paro que demandan sobre todo mejorar en conversación y hacerlo muy rápidamente. «Muchos parten de cero y hacen un gran esfuerzo porque necesitan aprender urgentemente para irse al extranjero a trabajar», comenta Muñoz, que explica que también son numerosos los universitarios que quieren examinarse para conseguir el título de nivel B1, necesario para graduarse. En este caso tampoco suelen tener buen nivel. «Solo estudiaron inglés en el instituto y lo han olvidado; tienen una base de gramática pero no saben defenderse en una conversación», apunta.

Desde niños

En una de las academias más veteranas de la capital, Babel Idiomas, los alumnos han aumentado un 60% desde 2008, según su copropietario, Boelo Van Der Pool. Respecto al año pasado, el incremento ha sido del 12%. Donde sí ha bajado el negocio es en el ámbito empresarial, cada vez son menos las compañías que demandan sus servicios. En este centro la media de edad de los alumnos ha subido hasta rondar los 30 y la gran mayoría son personas que hace años aparcaron el inglés «y ahora se han dado cuenta de que lo necesitan».

Esta fiebre por los idiomas alcanza también a los más pequeños. En la academia Helen Doron Early English, el año pasado por estas fechas tenían cuatro alumnos. Hoy son 60, y el más pequeño tiene 7 meses.

Las clases particulares son otras de las opciones más demandadas para conseguir fluidez en el habla. Heather Fraser es profesora nativa y cada vez recibe más llamadas, aunque no todos se pueden permitir pagar este recurso. «Tengo mucho más trabajo con la crisis», afirma Fraser, que explica que la mayoría quiere conseguir el nivel B1 para poder optar a un trabajo. Entre sus alumnos, además de parados y estudiantes, también hay muchos profesores.

No solo el inglés, también el alemán está teniendo mucho tirón últimamente, como explican en el Centro de Idiomas de la FGUMA. Y en la zona de Marbella, el ruso comienza a despuntar impulsado por el aumento del turismo procedente de ese país, como confirman algunas academias.

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