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'Málaga vista desde Gibralfaro'. Hauser y Menet (1892). Biblioteca Nacional (BN)
La Málaga finisecular en la retina de Hauser y Menet

La Málaga finisecular en la retina de Hauser y Menet

Los dos fotógrafos suizos crearon una importante sociedad que colaboró con las revistas gráficas más importantes de finales del XIX y principios del XX. Estampas de Málaga figuraban entre sus imágenes

Francisco Cabrera

Sábado, 8 de abril 2023, 13:06

La Casa Hauser y Menet fue una empresa pionera en las artes gráficas de nuestro país. Fundada en 1890 por los fotógrafos suizos Óscar Hauser Muller y Adolfo Menet Kurstiner destacaron en el «arte de la fototipia», basado en reproducir la imagen de un cliché formado por relieves de gelatina sobre un soporte de vidrio que después se imprime por presión. La sociedad que crearon colaboró con las revistas gráficas más importantes de finales del siglo XIX y comienzos del XX, realizando innumerables trabajos como impresores en numerosas ciudades españolas. En 1919, Hauser se retiró a Suiza por motivos de salud, quedando su socio Menet al frente de la empresa hasta su fallecimiento ocurrido en 1927. Sin embargo, el legado empresarial no desapareció por completo al pasar a manos de su hijo que lo continuó por espacio de varios años.

Una parte de su colección, existente en los fondos de la Biblioteca Nacional, se refiere a la ciudad malagueña, cuyas fotografías nos hemos permitido rescatar haciendo una comparativa con otras imágenes provenientes de destacados pintores del ayer y del hoy, junto a unos breves comentarios para situar el contexto histórico.

Málaga. Adrien Dauzats (1836). Rijksmuseum. Ámsterdam

En este sentido, debemos recordar que nuestra ciudad inició en el siglo XIX, tras el desastre de la guerra de la Independencia, un crecimiento económico imparable de la mano de emprendedores empresarios que lograron establecer una industria pujante en los más diversos campos productivos: los Heredia, los Loring, los Larios, los Crooke, los Scholtz, los Kreisler y más tarde los Huelin, entre otros muchos, llenan las páginas de la historia financiera malagueña escrita a lo largo de varias décadas. Una ciudad aquella de 1836 inmortalizada por la mano de Dauzats que se conserva en el Museo de Ámsterdam y que ha sido rescatada por la paleta de Ruiz-Juan, pintor historicista de indudable mérito.

Málaga vista desde Gibralfaro en 1845. Ruiz-Juan (2022).

Manuel Agustín Heredia, por ejemplo, fue uno de los grandes empresarios responsables del desarrollo del tráfico portuario durante la primera mitad del siglo XIX y dueño de una notable flota mercante que contribuyó de manera indudable al incremento del comercio en estas aguas mediterráneas.

Las rutas habituales en este movimiento mercantil, según nos cuenta la autorizada pluma del profesor Cristóbal García Montoro en varias de sus obras, alcanzaban no solo al cabotaje, sino que sus barcos reanudaron las relaciones comerciales con las naciones americanas recién llegadas a la independencia. A la muerte de Manuel Agustín Heredia en 1846 contaba su flota con 18 barcos en un puerto malagueño entonces muy activo, en el cual una parte importante de su tráfico lo ocupaba la importación de carbón para sus propias ferrerías.

«Vista del primer buque de vapor que fondeó en Málaga». José María Ponzo. Museo Marítimo de Barcelona.
«Puerto de Málaga.» D. Gallego (1846). Museo Marítimo de Barcelona.

Una flota en la que ya era frecuente encontrar una navegación de vapor que agilizó extraordinariamente la navegación y que atracaba en el puerto de Málaga de forma asidua desde los finales del primer tercio del siglo XIX. En el óleo de José María Ponzo, figura la arribada de un buque mixto, a vela y de vapor, y en el de Domingo Gallego y Álvarez fechado en 1846, aparece en primer plano una nave de similares características, registrados ambos en el Museo Marítimo de Barcelona. El Génova, hundido en el puerto malagueño por una explosión en 1859 y sobre el que ya escribimos en este mismo diario, era igualmente un barco de tipología semejante.

En 1870 y dado el incremento de estos buques se solicitó a la entonces Jefatura de Obras Públicas la preceptiva autorización para establecer un depósito de carbón en el muelle Viejo destinado al abastecimiento de estos barcos, lo cual indica que su entrada en las instalaciones portuarias era entonces muy frecuente.

En consecuencia, la Málaga de la segunda mitad del siglo XIX era ya una pujante ciudad que se acercaba a los 80000 habitantes, con una economía muy desahogada gracias a la exportaciones a través de sus muelles tanto de la pasa y el vino como de los productos industriales.

«Málaga desde la Farola» (BN). Hauser y Menet (1891.

En las últimas dos décadas del siglo XIX, cuando la retina de los fotógrafos de Hauser y Menet se impregnaba con la Málaga de aquellos años, Málaga soportó una difícil situación económica. El sector primario no había conseguido recuperarse del desastre que supuso la plaga de la filoxera y en el secundario el proceso de descapitalización de las industrias, especialmente las ferrerías, resultaba imparable. Un proceso este último en el que mucho tuvo que ver el fin de las guerras carlistas que permitió la paulatina aparición de fundiciones en el norte de España, con un carbón asturiano que se hallaba más cerca que el de las fundiciones de los Heredia.

Proyecto de ampliación del Puerto de Málaga. Rafael Yagüe (1876). Archivo Histórico Nacional.

No obstante y puesto que la falta de fondo de las instalaciones portuarias continuaba, acercándole en algunos momentos a la profundidad de cierre, el gobierno alfonsino había encargado al ingeniero de Caminos y director de este puerto Rafael Yagüe y Buill en 1876 la preparación de un proyecto de ampliación. Un proyecto que prolongando el muelle de levante y construyendo uno nuevo a poniente (junto a la desembocadura del Guadalmedina), aumentasen de forma considerable la superficie de la dársena, así como su profundidad. El citado ingeniero firmaba su proyecto a finales de¡ aquel año: un proyecto que resultaría aprobado meses después

'Málaga, el Puerto« (BN). Hauser y Menet (1891).
'Málaga, el Muelle' (BN). Hauser y Menet (1891).

En la fototipia de Hauser y Menet fechada en 1891 y tomada desde el muelle de poniente podemos observar el interior de las instalaciones portuarias y al fondo el dique de levante aún en construcción, según el «Proyecto Reformado» del ingeniero de Caminos José Valcarce, que sustituyendo al anterior de Yagüe había sido aprobado en 1890.

En la misma fecha, el muelle de Poniente aparece con el tinglado autorizado en la década de los sesenta como «depósito de mercancías», el único entonces existente en las instalaciones portuarias malagueñas y levantado junto a la «Casilla de Sanidad».

«Ciudadela y Puerto de Málaga». David Roberts (1837).
«Vista general del Castillo» (BN). Hauser y Menet (1892).

Desde el muelle de poniente nos dejaron esta imagen del castillo de Gibralfaro, en aquellas fechas en un estado absolutamente ruinoso una vez que años atrás pasara a ser ocupado por un conglomerado de familias malagueñas muy humildes tras el abandono del ramo militar. Por otra parte, el muelle hallábase ya muy deteriorado a finales del siglo XIX, habiendo desaparecido las gradas que construyera el coronel de ingenieros Joaquín de Villanova en 1784 y reparase luego el también ingeniero Bartolomé Amphoux, según podemos observar en la obra de Roberts fechada en 1837.

En otros escenarios de la ciudad, así como de la provincia, también la retina de Hauser y Menet nos dejó para la Historia algunas imágenes notables conservadas como las anteriores en los fondos de la Biblioteca Nacional.

'Málaga, acera de La Alameda' (BN). Hauser y Menet (1891).
'Calle Larios'. Thomas (c.1910). Archivo CTI-UMA.

Se pueden apreciar en una de las fotografías de Hauser y Menet el inicio de la Alameda y una recién inaugurada calle Larios, en el verano de aquel mismo año de 1891. Una calle que ya estaba absolutamente operativa poco después como recoge la imagen de Thomas, conservada en el Archivo Fotográfico de la UMA sobre original en el IEFC de Barcelona y convenientemente estudiada como tantas por el profesor Javier Ramírez.

«Tajos de Gaytán en la vía de Córdoba a Málaga» (BN). Anónimo (c 1861).
'Desfiladeros del Chorro' (BN). Hauser y Menet (1891).

También el desfiladero del Chorro, con el trazado de uno de los puentes para el ferrocarril: una obra de ingeniería de indudable mérito en el trazado de Córdoba a Málaga que se inauguró con la visita de Isabel II a nuestra ciudad en 1862. Un proyecto impulsado por la oligarquía local para el traslado desde el Valle de los Pedroches del carbón que habría de alimentar a los hornos locales, asunto este oportunamente estudiado por el profesor Cristóbal García Montoro en varias de sus obras.

Una Málaga la de los suizos Óscar Hauser y Adolf Menet que quedó para la historia, a la espera de las transformaciones urbanísticas que habrían de venir en el convulso siglo que entonces se iniciaba.

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