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L. PÉREZ
Jueves, 6 de junio 2019, 00:05
La polémica vuelve a protagonizar las pruebas de acceso a la universidad. El martes, primer día de Selectividad en Valencia, destacó por el sabor amargo que dejó la prueba de Matemáticas entre los alumnos que realizaron el examen, muchos de los cuales lo califican como el «más difícil de la historia». Los estudiantes no salieron satisfechos de la primera jornada y optaron por abrir una petición en la plataforma Change.org para reunir firmas en contra del supuestamente elevado nivel del test.
La recogida de firmas había logrado ayer reunir más de 31.000 apoyos, que critican la dudosa adaptación de la prueba a lo que han estudiado durante el curso. «Buscamos soluciones ante el examen más difícil de matemáticas II de selectividad de la Comunidad Valenciana», comienza la petición, en la que se adjunta también una imagen con las preguntas del polémico examen «para que juzguéis vosotros mismos». «Exigimos una solución ya», urge la iniciativa.
Algunos de los alumnos que firmaron la petición también quisieron constatar la dificultad del examen, dejando su testimonio con un comentario en la plataforma de recogida de firmas: «Me ha parecido un examen súper complicado y fuera de nuestro alcance completamente», escribía una estudiante. Otro usuario aprovechó para quejarse por la desmotivación que puede suponer para los aspirantes a universitarios un examen tan complicado el primer día de Selectividad: «Un examen así el primer día ya te anula para el resto de los exámenes, que además perjudica a alumnos que quieren acceder a carreras universitarias con unas notas muy superiores a la media», exponía.
Más allá de la Comunidad Valenciana, el inicio de los exámenes de Selectividad, a los que este curso se presentan unos 300.000 estudiantes, ha devuelto al primer plano la polémica sobre la necesidad o no de que esta prueba sea única e igual para toda España o que se mantenga tal y como en la actualidad, cuando son las autonomías las que fijan las fechas y los contenidos concretos de los exámenes de acceso a la universidad en su territorio.
En el fondo de la polémica está la teoría de que hay autonomías más y menos duras en el nivel de exigencia de estos exámenes y, por lo tanto, alumnos que pueden luego verse beneficiados o perjudicados por la nota de corte para elegir la carrera que desean según donde vivan, y ayer el Gobierno entró en el debate. El Ministerio de Educación, las comunidades y las universidades van a formar un grupo de trabajo para estudiar si, según la región donde se examine el alumno, existe diferente grado de dificultad en la Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU). Así lo anunció la ministra de Educación en funciones, Isabel Celaá, después del debate suscitado desde algunos partidos (PP y Ciudadanos), comunidades (Galicia y Castilla y León) y asociaciones de alumnos para que esta prueba obligatoria para acceder a la Universidad sea igual para toda España.
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