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Escarolas listas para trasplantar y, a la izquierda, plantas y semillas de guisante.
¿Qué puedo plantar en otoño en el balcón?

¿Qué puedo plantar en otoño en el balcón?

Guisantes, escarola, espinacas… resisten bien la escasez de sol y el frío. En dos meses estarán listas para pasar de la maceta al plato

JOSÉ IGNACIO MARTÍN

Domingo, 15 de noviembre 2015, 00:07

«¿Quieres saber qué cultivar, cómo y cuándo hacerlo? Pues fíjate en las huertas que tengas alrededor». Con estas o con otras palabras, es uno de los consejos habituales que recibimos al iniciarnos en la horticultura urbana. En principio es una buena recomendación, pero en esta época, y salvo que vayas bien avisado y sepas dónde mirar, mejor ignórala. Si te das una vuelta por las huertas de tu entorno, es bastante probable que saques la conclusión de que el otoño es una temporada por completo inhábil para la agricultura. Y qué decir entonces del invierno. Los hierbajos invaden la tierra por todas partes, las pocas matas de tomate que no se han retirado aún se mantienen en pie sólo gracias al entutorado, feas y estropeadas. Igual que las alubias. Los melocotoneros, las higueras, ya sin fruto y perdiendo hojas a marchas forzadas, y los manzanos y perales por el mismo camino. Todavía se ven algunos pimientos, eso sí, y calabazas y limones, pero el panorama general es desolador.

Ciertamente, el otoño no es la mejor etapa del año para el desarrollo vegetal. Los días han acortado drásticamente, empieza a hacer frío para la mayoría de las especies y las precipitaciones y la inestabilidad meteorológica propias de la estación tampoco ayudan. Y sin embargo, si no quieres, no tienes por qué renunciar a mantener vivo tu macetohuerto también en esta época. Tenemos una ventaja respecto a las huertas, y es que en nuestro balcón podemos controlar con más facilidad y menos coste los efectos de las inclemencias meteorológicas. ¿Que llueve demasiado?, pues movemos la jardinera medio metro y la ponemos a cubierto. ¿Va a helar por la noche? Improvisamos un invernadero con una garrafa, o con un paraguas roto y un plástico, o con lo que se te ocurra. Y si no se te ocurre nada, metes el tiesto en la sala; mejor aún.

Está claro que no podemos plantar lo que nos dé la gana. Debemos descartar las plantas más exigentes en cuanto a temperatura y horas de exposición solar, pero aun así tenemos un amplio campo para explorar. Para empezar, hay especies válidas para todo el año. Solo hace falta que se adapten al espacio de que dispongas y que, en todo caso, las coloques en el lugar de la terraza donde mejor puedan aprovechar hasta el último rayo de sol del día. Puedes intentarlo con la lechuga, la zanahoria, el apio, las coles, la acelga, repollos, rabanitos, rúcula, remolacha o perejil. Hay que tener muy presente, sobre todo si piensas utilizar la misma maceta para otro cultivo a partir de la primavera, el tiempo de vida de la hortaliza que elijas. Por ejemplo, el perejil es bianual, así que de momento no cuentes con ese tiesto para nada más. En cambio, la lechuga, la rúcula o los rabanitos son de ciclo corto, de forma que en cuestión de dos meses o menos tendrás el contenedor libre de nuevo.

Prueba con el guisante

Además hay cultivos propios del otoño, más resistentes al frío, entre los que destacan las habas o los guisantes. Estos últimos se pueden sembrar también en primavera. Se entierran dos o tres semillas en una maceta de unos 30 centímetros de diámetro, a una profundidad de 3 o 4 centímetros, y se clava una caña para que trepe la planta. Mejor ahora que cuando nazca, y así evitamos dañar las raíces. Si quieres una producción un poco decente tendrás que poner varios tiestos o recurrir a una mesa de cultivo. De paso, esto te permitiría cruzar los tutores en el extremo superior y atarlos formando una especie de trípode para incrementar la resistencia al viento. Es mejor que el suelo esté previamente algo húmedo, ya que si riegas justo después de la siembra se puede pudrir la semilla, que tarda entre cinco y diez días en germinar. Necesita un riego frecuente, pero no muy intenso. En dos meses más o menos, depende de las condiciones, podrás degustar tus propios guisantes.

La escarola

También es una buena alternativa, en este caso para las ensaladas de otoño o invierno, la escarola. Con ajo picado y salteada con granada para compensar su ligero amargor es una delicia, y ya ni te cuento como ayuda para digerir un buen asado. El método de siembra es similar al de la lechuga. Sí conviene tener en cuenta dos cosas: por un lado, requiere un marco de cultivo algo mayor que el de la lechuga, una separación de entre 30 y 40 centímetros entre planta y planta. Y por otra parte, su ciclo de vida es algo más largo. Tarda en desarrollarse entre dos y tres meses, así que aunque todavía tienes margen, piénsatelo si la próxima primavera quieres tener la mesa de cultivo despejada. Además a estas alturas del año, principios de noviembre, estás muy en el límite para sembrar escarola. Igual te compensa comprar las plantas ya listas para trasplantar. Es lo que he hecho yo, aunque voy a poner también algo de semilla para probar.

Espinacas

Otra de mis debilidades es el potaje de garbanzos. ¡Bestial! Una de las grandes ventajas de las espinacas es que soportan muy bien la sombra, incluso la agradecen, así que ahora en otoño no supone demasiada molestia tenerlas a gusto. La siembra se puede efectuar entre agosto y febrero, y a los dos o tres meses se empiezan a cosechar las hojas más grandes. No precisan semillero, aunque sí conviene hacer sucesivos aclareos y eliminar los individuos más débiles para que las raíces no se ahoguen entre sí compitiendo por los nutrientes del suelo. Al final del proceso de depuración la distancia entre planta y planta puede oscilar entre diez y veinte centímetros. La espinaca necesita una humedad constante, aunque evitando el encharcamiento.

En el capítulo de clásicos de la siembra en otoño figuran también los ajos, los puerros, la coliflor o el brócoli, pero si seguimos así vas a pensar que el otoño es la estación ideal para la huerta, y tampoco es eso. Este artículo no pretende ser más que una invitación a explotar las posibilidades que ofrece el huerto urbano también en esta época, con una selección muy subjetiva de distintas alternativas para mantenerlo productivo hasta la primavera. En el cuadro resumen adjunto, de elaboración propia y basado en diversas fuentes bibliográficas y de internet, he incluido las especies más habituales de esta temporada con información elemental y orientativa para su cultivo, por si te resultan más apetecibles que las arriba descritas. Observarás que en algunos casos se ha hecho tarde para la siembra, pero no para el trasplante, por lo que si tienes mucho interés puedes comprar la planta en un vivero.

Estratificación del frío

Este un buen momento también para experimentar con la estratificación en frío, el procedimiento para acelerar la germinación y que resulta especialmente indicado para determinados tipos de árboles. Si cuando preparaste el patxaran te sobró alguna endrina, ya es hora de que metas las semillas a la nevera. Y si no, puedes intentarlo con las bellotas, las castañas, las nueces o las almendras que encuentres tiradas en el suelo durante tus paseos. Asegúrate de que están sanas y no tienen bichos, y al frigo.

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