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Firmaron por tres programas. «Si no funciona, para casa», les dijo Narciso Ibáñez Serrador, 'Chicho', entre el humo de su inevitable puro que siempre le daba un extra de misterio a todo lo que decía. Pero ni Juan Rosa ni Manolo Sarria estaban dispuestos a dejar pasar ese tren. Bueno, en realidad, lo que no dejaron pasar fue ese avión porque entonces no había Ave… ni tampoco móviles ni Internet ni cadenas privadas. Así que en 1987 atraparon ese billete que los llevó volando al concurso 'Un, dos, tres... responda otra vez', el programa de La 1 que hacía la estratosférica cifra de veinte millones de espectadores de audiencia, el récord de la historia de la televisión en España. El Dúo Sacapuntas fue la sensación de aquella temporada del programa de los programas y vivieron un éxito imposible de igualar hoy día en la pequeña pantalla. Los memes de la época salían de este popularísimo concurso que cumple medio siglo este año y que inmortalizó preguntas a cinco duros cada una: Por 25 pesetas, dígannos nombres de malagueños en el 'Un, dos, tres'...
Los humoristas Juan Rosa, Manolo Sarria, Raúl Sénder y Ángel Garó, la azafata Victoria Abril y el bailarín Salvador Melgares nos darían para juntar 150 pesetas de la época que multiplican su valor cuando se escucha hablar a estos paisanos de cuna o adopción de lo que fue montarse en esa catapulta inmediata a la fama. «Quedé en casa con los amigos para cenar viendo el programa y cuando me vi, no me gustó nada. Al terminar sonó el teléfono fijo y era Chicho para darme la enhorabuena y advertirme: 'Hijo, mañana no podrás salir a la calle'. Al día siguiente fui al supermercado a comprar los avíos del puchero, pero me tuve que volver sin pollo ni jarretes ni ná porque me encontré con un clamor. No podía dar un paso», recuerda para SUR el humorista Ángel Garó sobre aquel 13 de septiembre de 1991 en el que su vida cambió para siempre. Por delante, los treinta programas de aquella temporada en los que el revolucionario cómico gaditano afincado en Málaga nunca acertaba a decir correctamente el nombre de los presentadores, Jordi Estadella y Miriam Díaz Aroca, y dejaba personajes y frases imitadísimas que pasaron a ser del dominio público, como «Ésta es ya la 'refinitiva'», que decía su intransferible rol Juan de la Cosa.
Rosa & Sarria también pusieron en boca de todos eso tan malagueño del 'abarrotá' que contestaba el torero El Linterna cuando El Pulga le preguntaba: «¿Cómo estaba la plaza?». También le dieron para siempre un nuevo sentido al número 22 que dejó de ser los dos patitos para convertirse en «veintidó, veintidó, veintidó, veintidó, veintidó», ese chiste que siempre terminaba con la famosa cifra y que se convirtió en marca de la casa. «Cuando terminamos el guion del primer programa, Chicho nos llamó y nos dijo que la actuación era buenísima, pero que faltaba rematar el 'sketch', entonces se nos ocurrió contarle el chiste del '22', que era muy malo, porque lo alargábamos lo que queríamos, pero la gente se partía con ese final cantado y surrealista. En cuanto lo escuchó, nos dijo: 'Ya tenemos el final'», cuenta Manolo Sarria, que asistió en primera persona a ese oráculo del visionario Ibáñez Serrador que tenía claro que, parafraseando el dúo, todavía podían sacar punta a su actuación. «Esas frases son ya historia de la televisión, como la 'empanadilla de noche' de Martes y Trece o el 'te da cuen' de Chiquito», apostilla el 'largo' de la pareja cómica, sentado en su casa de Alhaurín de la Torre y junto a unas figuras de los míticos personajes de los toreros que les regaló el propio Chicho.
Un éxito descomunal, a veces complicado de gestionar, que el Dúo Sacapuntas estuvo a punto de no contar. O, al menos, uno de ellos. «Éramos pareja humorística desde 1978, pero a mediados de los ochenta yo me había cansado de estar todos los fines de semana en salas de fiestas, además de las ferias, porque para entonces yo ya estaba de jefe de equipo en la Renfe y recién casado», cuenta Manolo Sarria que en septiembre del 1986 fue con Juan Rosa a la promoción de un coche en una bodega del Puerto de Santa María. Aquel evento lo organizaba Chicho Ibáñez Serrador y cuando vio a la pareja en acción se quedó con su matrícula. «También estaba Mayra y, al despedirnos, nos dijo, bueno chicos, nos vemos en el 'Un, dos, tres'», rememora Sarria, que se quedó de piedra. Pero aquello se enfrió. Ni una llamada de Ibáñez Serrador. «En diciembre le dije a Juan que lo dejaba y que teníamos que buscar un sustituto, pero cuatro o cinco días antes de la Nochebuena me llama Antonio Rodríguez, de Espectáculos Mundo y que nos había llevado al acto del Puerto de Santa María, y me dice que Chicho viene a Málaga a vernos», cuenta el humorista, que añade que fue entonces cuando les dijo que los iba a tener a prueba tres programas. Pero como diría Ángel Garó, ellos no necesitaron la 'refinitiva' porque triunfaron desde el minuto uno.
El humorista tampoco olvida la primera vez que se topó con el famoso Ibáñez Serrador. Estaba actuando en La Latina y aparecía poco a poco ante el público en un escenario que ascendía por lo que fue visualizando a un señor con barba en la primera fila al que no tardó en reconocer. «Yo no tenía ni para comprar un mechero, pero le dije que no porque yo hacía un humor diferente que no tenía éxito en bodas y banquetes, por lo que no me veía bajando vestido de Colón por la escalera del 'Un, dos, tres'», recuerda Garó, que no obstante se encontró con otro tipo que también sabía lo que quería y que no era de la BBC (bodas, bautizos y comuniones), sino de TVE: «Mira Ángel, no te vas a disfrazar de nada, tú vas a ir de negro y vas a hacer lo mismo que en tu espectáculo», le dijo Chicho sabiendo que el creador de Juan de la Cosa y Maruja Jarrón se convertiría en la sensación de la temporada. «Chicho era un embaucador en el mejor de los sentidos y estaba enamorado de mi trabajo, pese a que yo era un niñato, en el mejor de los sentidos», cuenta con humor el cómico que en los 30 programas que participó cobró 100.000 pesetas –600 euros al cambio de hoy– por intervención. Un contrato que no se cambió pese a que las audiencias reventaron. «Más de 17 millones de espectadores de la época, como si sumaran el 'share' de tres partidos de fútbol de la selección hoy día», ilustra Garó, al que después Chicho llamó para un programa extra, en el que el humorista se sintió como un concursante de la subasta final del 'Un, dos, tres': «Me regaló un coche de alta gama por esa última intervención. ¡Y yo no tenía carné, así que lo usaron mi padre y mi pareja».
El éxito del 'Un, dos, tres' fue la obra de muchos artistas, presentadores, técnicos y guionistas, pero el encargado de mantenerlo en lo alto durante diez temporadas y más de 400 programas entre 1972 y 2004 fue Ibáñez Serrador. «Era un creador y de hecho, Mayra Gómez Kemp siempre le decía: 'Es que usted siempre ve más allá'», rememora Manolo Sarria que añade que, a la hora de grabar, aquel tipo encantador también sabía ser un «ogro». «Cuando decía 'arrancamos', no se permitía ni una broma y los ensayos se hacían con la misma seriedad que las grabaciones… yo me crié en esa forma de trabajo y hoy hasta se echa de menos», reconoce el humorista del Dúo Sacapuntas, que cuenta que el año de su aparición en el concurso estaban en todas las portadas de las revistas, actuaron en 217 galas, ganaron un Disco de Oro con una grabación de chistes que hizo furor en las gasolineras y se llevaron el gran premio de la tele, el TP de Oro. «Hasta nos hicieron un ninot en las Fallas», exclama con orgullo y sorpresa Sarria, que no puede evitar el recuerdo para su «hermano» Juan Rosa fallecido en 2002 y para el que reclama desde entonces una calle en Málaga que no termina de llegar. «Jamás quise sustituir a mi compañero por nadie porque además el que ocupara su sitio iba a salir perdiendo», confiesa emocionado.
Una cuenta pendiente que Ángel Garó también extiende a Ibáñez Serrador. «TVE ha sido ingrata con Chicho, el hombre que le dio a esa casa el mayor éxito de este país», sostiene el humorista que confiesa que el director del programa fue un «maestro de maestros», «nuestro particular Alfred Hitchcock» con sus películas y series de terror, y el creador de un formato televisivo imposible de igualar. E imposible de olvidar así que pasen otros 50 años. ¡Campana y se acabó!
Antes de convertirse en una de las actrices imprescindibles del cine español de los 80 y 90, esta malagueña de adopción se dio a conocer en 1976 como la azafata contable que, calculadora en mano, sumaba lo que acumulaban los concursantes con sus repuestas. Lo dejó por el cine.
El actor criado en Málaga y formado en el Teatro ARA se convirtió en uno de los cómicos más populares cuando Chicho lo fichó en 1982. Uno de sus personajes más divertidos fue Moyra, la hermana gemela de Mayra Gómez Kemp.
Con su papel del torero El Pulga, el Sancho Panza del Dúo Sacapuntas, rompió la audiencia en 1987. El chiste cantado del 'veintidó' o la 'plaza abarrotá' son parte del legado de este cómico de raza que en 2002 falleció inesperadamente.
El Quijote irascible del Dúo Sacapuntas fue conocido como El Linterna, que con su gran altura explotaba la diferencia con El Pulga, al que siempre atizaba. Tras la muerte de su amigo, triunfó como colaborador de 'El hormiguero' y como presentador en Canal Sur.
La sensación del 'Un, dos, tres' en 1991 fue este gaditano que hizo del humor surrealista bandera con personajes como Juan de la Cosa y Maruja Jarrón. El 'niño de Chicho', como se le conocía por su juventud, vive en Málaga desde 2012.
Este bailarín malagueño se unió al cuerpo de baile del concurso en 1993 y acompañó a Pepe Viyuela en alguno de sus 'gags'. No obstante, su trabajo más popular fue su papel de mimo en 'Esta noche cruzamos el Mississippi'.
Los más famosos fueron Belén Sánchez y Ángel Romero, que en 1987 lograron el récord de nueve semanas como campeones y posteriormente, en 1991, se llevaron el codiciado apartamento. Antes que esta ellos, en 1985, los malagueños Fernando Pérez Custodio y Amparo Iturbe también concursaron en el mítico programa y fue muy comentado ya que llegaron a la subasta, pero, en vez del coche que ansiaban, ganaron un regalo muy sonado: un toque diario de diana cuartelera durante un mes.
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Jon Garay e Isabel Toledo
Daniel de Lucas y Josemi Benítez (Gráficos)
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