Un colegio lleva un año esperando que la Junta adjudique unas obras que una empresa dejó a medias

Hace justo un año la Delegación provincial de Educación consiguió frenar unos días antes de que comenzara el curso una rebelión de padres que amenazaban con no llevar a sus hijos al colegio público Miraflores de los Ángeles. Denunciaban el riesgo que podían suponer para sus hijos las zanjas y los postes colocados en unas obras que se quedaron a medio hacer en verano para cerrar los pasillos exteriores e instalar un ascensor. Tras realizar unas actuaciones de urgencia para retirar los elementos peligrosos que dejó la constructora con la que se rescindió el contrato por «incumplimiento de los plazos y de las condiciones de los trabajos», la administración autonómica se comprometió a iniciar el proceso de adjudicación de los trabajos pendientes. Eso fue hace casi doce meses y las obras para evitar que se cuele el frío y hacer más accesible este centro de la capital continúan paradas a pesar de que Educación informó a los padres a final de curso de que se retomarían durante el periodo vacacional escolar.

Según informaron ayer a SUR fuentes de la Delegación provincial, en estos momentos «se está procediendo al estudio de las distintas ofertas presentadas por las empresas» y «se está agilizando el proceso administrativo para dar comienzo a las obras en el plazo más breve posible, de modo que se puedan retomar antes de que finalice el mes de septiembre». El presupuesto de la licitación asciende a 146.191,46 euros.

Las fuentes argumentaron que la demora se ha debido a que se trata de un trámite «complejo» porque tras la marcha de la primera empresa había que examinar pormenorizadamente las actuaciones realizadas y su coste. Para los padres, sin embargo, no tiene explicación que las obras, que se iniciaron en enero de 2013 con un presupuesto de 90.000 euros a cargo del Plan de Oportunidades Laborales de Andalucía (OLA), lleven un año paradas y que no se haya cumplido el último compromiso de Educación: «Nos dijeron que en junio iniciarían los trabajos para evitar molestias a los niños durante el curso, pero no ha sido así y ahora sufrirán los ruidos», señaló la presidenta de la Asociación de Madres y Padres, Mariola Guarino.

El enésimo problema

«Es la historia de nunca acabar, aburre a cualquiera», denuncia esta progenitora, que considera «fundamental» cerrar los pasillos exteriores para acabar con el frío, «que se cuela en las clases por arriba y por abajo».

Este es el enésimo problema en los últimos años en este colegio, uno de los más antiguos de la capital. En otoño de 2012 un importante fallo eléctrico y el mal estado de la instalación provocaban cortes de luz cada cinco minutos. El curso pasado, una subida de tensión hizo que alumnos y profesores se quedaran sin Internet, situación que se prolongó durante varios meses.