Borrar
Bonifacio IX
Del sacro imperio romano-germánico al Cisma de Occidente: Carlos Francisco de Habsburgo y Bonifacio IX

Del sacro imperio romano-germánico al Cisma de Occidente: Carlos Francisco de Habsburgo y Bonifacio IX

El primero pretendió coronar su peluca empolvada con la perla peregrina española; el segundo, en pleno Cisma de Occidente, inició una serie de excomuniones recíprocas

maría teresa lezcano

Domingo, 2 de octubre 2016, 01:16

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Tal día como hoy nacía en Viena Carlos Francisco de Habsburgo y Neoburgo, y moría Bonifacio IX. El primero pretendió coronar su peluca empolvada con la perla peregrina española; el segundo, en pleno Cisma de Occidente, inició una serie de excomuniones recíprocas con el antipapa aviñonés Clemente VII.

Carlos Francisco de Habsburgo y Neoburgo. 1/10/1685-20-10-1740

El 1 de octubre de 1685 nacía en Viena Carlos Francisco de Habsburgo y Neoburgo, que sería emperador del sacro imperio romano-germánico con el nombre de Carlos VI, rey de Hungría como Carlos III y rey de Bohemia como Carlos II, si bien en ese momento no había recorrido aún el sistema decimal carlista sino gran parte del santoral prusiano que le fue adjudicado bajo la retahíla nominativa de Karl Franz Joseph Wenzel Balthasar Johann Anton Ignaz. También pretendió Carlos Francisco etc. coronar su peluca empolvada con la perla peregrina española aunque, tras varios años de vodevilescas intrigas palaciegas, le birló el título el francés Felipe de Anjou que se convertiría en el primer Borbón que reinó en España , y Carlos Francisco etc. se cogió un cabreo del tamaño del reino de Napoles que le habían cedido para consolarlo y por el que deambulaba como alma en pena vestido con el jubón negro y las medias rojas característicos de la monarquía española, a la vez que introducía en su palacio vienés el protocolo cortesano de rigor en Madrid.

Después, como no hay mal que cien años dure ni jubón español que romano-germánicamente lo resista, se fue a guerrear un poco contra los turcos, a los que sisó Valaquia y Serbia, mientras iba ideando la Pragmática Sanción que, habida cuenta su falta de herederos masculinos, permitiría la sucesión de su hija María Teresa con la condición de que ésta no se encamara regiamente con un Borbón, si bien no decía nada de encaramarse a uno extramaritalmente. Y mientras iba barzoneando por sus asuntos de estado y coqueteando en intermitencias de asueto con las artes y las ciencias, Carlos Francisco etc. se comió unas setas que no eran alucinógenas sino venenosas a más no poder, y finó dejándole a María Teresa el estado hecho unos zorros aunque, eso sí, sálicamente desborbonado. Danke, gut.

Bonifacio IX. 3/5/1356-1/10/1404

Doscientos ochenta y un años antes del nacimiento de Carlos Francisco etc., moría Bonifacio IX, sólo Bonifacio, segundo papa del denominado Cisma de Occidente, que fue algo así como una pelea de obispos en la que se pretendía católicamente dilucidar cuál de ellos lo tenía más largo.

El báculo pastoral claro está. Elegido el cardenal napolitano Pedro Tomacelli como nuevo obispo de Roma, el flamante Bonifacio IX inició una serie de excomuniones recíprocas con el antipapa aviñonés Clemente VII: te excomulgo y te excomulgo y te vuelvo a excomulgar y tiro porque me toca; tú no eres papa, el papa soy yo y te excomulgo desdeñosamente a ti; antipapa, antipapa, deja de cismar por Occidente que vienen curvas; a que te arreo con una epístola de Antioquía; a que te clavo una comisión arbitral en el apostolado testicular; a que te inserto la tiara áurea por el cónclave rectal; a que te hago deglutir masivamente la Carta a los Corintios; a que te rebano la nuez pecaminosa de Adán con el anillo de San Pedro

Mientras papa y antipapa se iban aniquilando mutuamente, como la materia y la antimateria aunque no a protonazo limpio sino a limpia excomunión, el romano iba celebrando jubileos, que eran unas fiestas en las que los colegas de parroquia se reunían para procesionar y peticionar a destajo celestial, lo cual no impidió ni la continuación del Cisma ni la muerte del papa, ni que el antipapa siguiera cantando Sous les ponts dAvignon... tocado con la antimitra y cubierto por el antipalio para celebrar las antimisas en su antiestado provenzal y amurallado..."On y danse tous en rond ...

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios