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¿Cómo evitar que tus hijos sufran acoso sexual a través de la red?

El 38% de los adolescentes ha tenido una cita con un desconocido con el que ha contactado por Internet. Algunos son adultos con perfiles falsos que entablan relación con ellos para satisfacer objetivos sexuales

Ana López-Varela

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El número de delitos sexuales a menores en internet se ha multiplicado por cuatro en los últimos cinco años, según fuentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Aunque pueda parecer algo excepcional que se encuentra lejos de la realidad de tus hijos, no lo es. Este fenómeno, que se ha bautizado como grooming (engaño pederasta, en su traducción española), va en aumento. No en vano, el 38% de los adolescentes ha tenido una cita con un desconocido con el que ha contactado a través de internet. Así lo asegura el estudio Kids Online. Investigación sobre percepciones y hábitos de niños, niñas y adolescentes en internet y redes sociales, elaborado por Global Kids Online (GKO), una iniciativa liderada por la Oficina de Investigación de UNICEF y The London School of Economics.

El grooming alude al conjunto de acciones deliberadas que realiza una persona mayor de edad sobre un menor, con un objetivo marcadamente sexual. Dicha conducta puede tener como fin último desde la obtención de imágenes del menor en situaciones pornográficas hasta la posibilidad de establecer contacto físico para consumar el abuso. Así, algunos adultos se hacen pasar por menores usando perfiles falsos para ganarse su confianza, creando una conexión emocional que luego les permitirá pedirles fotos y vídeos subidos de tono. Un material que más tarde utilizarán para chantajearles con el fin de propiciar un encuentro sexual. Esto genera en la víctima un sentimiento de culpa, así como miedo a que sus conversaciones o fotografías puedan llegar a ser publicadas y distribuidas por internet llegando a su entorno más íntimo.

Estos casos de ciberacoso a menores suelen ser planificados. Dada esta condición, normalmente implican una búsqueda previa y la selección de una víctima determinada que responda a las expectativas del acosador, a sus gustos y fijaciones. Los menores son más vulnerables a las artimañas de los pederastas, que se esconden tras el anonimato que ofrece la tecnología. La confianza innata con la que se desenvuelven en las redes sociales también los convierte en un blanco fácil.

Esta fragilidad queda patente en un estudio realizado por la asociación chicos.net, que recalca que los pequeños tienen una baja percepción de riesgo respecto a situaciones vinculadas a su interacción con las nuevas tecnologías. Tanto es así que un 74% de los niños y adolescentes de entre 9 y 18 años se ha encontrado en alguna ocasión con una situación desagradable en la red, como la interacción con un desconocido que le pide información personal o un encuentro. El gran problema es que, según apunta el mismo informe, más del 49% de los menores encuestados considera que no es peligroso chatear con desconocidos.

Tal vez por ello, el grooming es el delito informático que más preocupa a la Fiscalía General del Estado, según confirma en su memoria anual de 2017. Ese año, el ministerio público procedió a la incoación de 6.676 procedimientos judiciales por pornografía infantil en España. De ellos, los delitos referentes al child grooming fueron los más numerosos, aumentando un 62% respecto a 2016. En el ámbito internacional, el comité del Consejo de Europa publicó el informe Protection of Children Against Abuse Through New Technologies alertado por el aumento de casos a través no sólo de internet sino del teléfono móvil.

¿Cómo se manifiesta el grooming?

El grooming se manifiesta desde el primer momento y el engaño es utilizado para obtener información paulatinamente y manipular después al menor. El acosador suele ser un adulto que utiliza los canales que le ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación. Para evitarlo, es fundamental que exista un control parental y que se eduque al menor para que sepa cómo manejar tanto sus datos como sus fotografías en las redes sociales. Por desgracia, este tipo de delitos no siempre se detectan en tiempo y forma. En muchas ocasiones, los menores tienen miedo a denunciarlo, atenazados por el miedo derivado del hostigamiento de su acosador.

Cualquiera puede esconderse tras la máscara de las redes sociales. Lo primero que hacen estos acosadores es crear un perfil falso en plataformas como Facebook, Instagram, Twitter o Ask con edades y gustos similares a los del menor al que quiere llegar con el objetivo de que, gracias a esa afinidad, acepte su solicitud de amistad. Esa relación de confianza en las redes sociales acaba en muchas ocasiones en conversaciones vía WhatsApp o videollamadas. Todo para que el menor se sienta cómodo, llegando incluso a hacerle regalos para conseguirlo. Durante todo ese tiempo, el delincuente sexual irá recopilando datos sobre las rutinas del menor, como sus horarios escolares, la persona que se encarga de su cuidado, las actividades extra escolares que realiza y dónde las practica… Por ello, se ha de analizar cualquier cambio en la conducta del niño y enseñarle que no ha de dejarse engañar por las apariencias.

Algunas señales de alerta de un posible caso de ciberacoso sexual podrían ser que el menor se vuelva esquivo, se encierre con frecuencia y durante periodos prolongados en su habitación o el baño, se conecte con su terminal cuando los demás no están en casa o ya se han acostado –generalmente a la misma hora–, tenga problemas para dormir o falta de apetito llegando incluso a generarle estados de nervios o diarreas. Este tipo de abusos pueden provocar manifestaciones psicosomáticas como dolores de estómago, de cabeza, afecciones en la piel…

  • ¿Cómo actuar si su hijo está siendo víctima de grooming?

  •   Como siempre, lo fundamental para atajar el problema es la educación y una comunicación fluida en la familia. Expertos, como los de la iniciativa Por un uso Love de la Tecnología –con la que Orange busca concienciar a menores y adultos de la importancia de un uso seguro y responsable de las nuevas tecnologías–, establecen una serie de pautas generales para prevenir este tipo de situaciones:

  •  Centra tu reacción en ayudar a tu hijo Lo que más necesitan en esta situación es apoyo: el menor es la víctima. Ofrécele confianza, cariño y seguridad. Más adelante podrás reprenderle, pero recuerda que si ha tardado en contarlo ha sido en parte por temor a la reacción de la familia, vergüenza, miedo a ser juzgado y considerado culpable.

  •  Intenta obtener todos los detalles posibles Por desagradables que puedan resultar, son fundamentales. Guarda una copia de las conversaciones y de todo aquello que pueda ser de utilidad para identificar al acosador.

  •  No ceder al chantaje del acosador En ningún momento hay que ceder al chantaje del acosador. No se debe creer lo que dice ni acceder a sus propuestas.

  •  No intentes contactar directamente con el acosador.  Tampoco es conveniente borrar las conversaciones ni las imágenes del móvil del menor acosado.

  •  Denuncia Es necesario interponer una denuncia en la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía, o en el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil. Es muy importante hacerlo de forma inmediata.

  •  Busca ayuda profesional Si la situación ha afectado considerablemente al pequeño, en función de lo avanzado del caso, se debe buscar ayuda psicológica. Es posible que el menor lo necesite durante algún tiempo.

  •  Seguridad Revisa concienzudamente la seguridad de los aparatos, móviles u ordenadores, desde los que tu hijo haya mantenido el contacto. Es posible que hayan sido infectados con algún tipo de virus. Realiza una limpieza, instala antivirus y cambia las contraseñas de correos, perfiles en redes sociales, etc.

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Love Orange. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.