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Alerta: tu hijo puede estar viendo porno en la red, incluso cuando no quiere

El 10% de los consumidores de pornografía online tiene menos de 10 años y el 54% de los menores de 15 y 16 años se ha topado en alguna ocasión con contenidos para adultos de forma involuntaria. ¿Qué hacer si le pasa a tu hijo?

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Está a solo un clic. A veces ni eso. Tras un vídeo inocente, en una ventana emergente o al navegar haciendo una búsqueda.  Sin quererlo, de repente, aparece un contenido pornográfico. Nos pasa a los adultos y, por supuesto, también a los menores con los riesgos que ello conlleva. Parece anecdótico, pero no lo es. El 10% de los consumidores de porno online tiene menos de 10 años, según los datos del estudio BitDefender.

Según explica Daniel Santacruz, psicólogo y sexólogo de la Clínica Terapia y Más, “cuando les dices a los padres que, con 9 o 10 años, sus hijos ya ven pornografía no se lo creen. La pornografía ha existido siempre. Internet y los móviles simplemente la han hecho más accesible». Y es algo por lo que hay que preocuparse y de lo que hay que ocuparse porque las consecuencias para los niños pueden ser graves. «Una de ellas -afirma Santacruz- es que interiorizan como normales los modelos eróticos del porno, que no son para nada lo habitual. El porno está lleno de clichés, suele ser muy agresivo y muy machista, no expresa afectividad entre las personas… Los niños pueden entender que eso es lo normal”. De ahí, la importancia de la comunicación con nuestros menores, para que nos digan si se han encontrado con estos contenidos y que sepan por nosotros que el sexo no es como lo ilustran en ellos.

Los datos hablan claro sobre el acceso de los menores a contenido a adulto: el 54% de los adolescentes de 15 y 16 años se han topado en alguna ocasión con pornografía de forma involuntaria, según un estudio español realizado en la Universidad Jaume I en 2015. Otra investigación realizada por Flood y Hamilton, a partir de encuestas a jóvenes de entre 16 y 17 años, evidencia cifras mayores incluso: el 84% de los chicos y el 60% de las chicas habían sido expuestos involuntariamente a material sexual en internet, muchos de ellos de forma casi semanal. Por su parte, Culture Redramed, organización especializada en la educación contra la hipersexualización de la sociedad, sitúa en los 11 años la edad media en la que los jóvenes ven vídeos porno por primera vez.

Las reacciones más extendidas pasan por cerrar la ventana donde aparece ese contenido para adultos y eliminar cualquier rastro de su dispositivo, pero también hay quienes dan un vistazo rápido al material o incluso lo observan detenidamente por pura curiosidad. En el plano emocional, añade la investigación de la Universidad Jaume I, lo más frecuente son reacciones de sorpresa (51,7% de los casos), asco (41,7%) y shock (23,3%), aunque un 20,8% experimentó interés, un 17,5% confusión y un 13,3% señaló que se excitó sexualmente.

¿Y qué les digo a mis hijos?

Si un padre ve a sus hijos consumiendo pornografía o ellos se lo cuentan, apunta Daniel Santacruz, es el momento de aprovechar para incidir en la educación sexual del menor. “Se le puede decir directamente ‘no quiero que hagas esto’, acompañado del por qué. Pero, además, puede ser el momento de explicar lo que el padre o la madre piensa sobre la pornografía: que no estás de acuerdo con el rol que tienen las mujeres, que no se muestra comunicación o respeto”. En otras palabras, hay que incidir en la formación y en el diálogo, tal y como recuerda la web Por un uso Love de la Tecnología, con la que Orange pretende concienciar a padres e hijos sobre el uso responsable de las nuevas tecnologías y alertar sobre los riesgos de la mala utilización de las mismas. “No dejes que la primera fuente de educación sexual sea el porno. Tienes que ser tú”, aconsejan con mucha sensatez en esta web.

De igual modo, los padres debemos tener en cuenta, no solo la importancia de educar a nuestros hijos en una sexualidad sana, libre, segura y basada en el respeto, sino que también el contenido pornográfico puede exponerles a muchos otros peligros, como es dar información personal a desconocidos. Como apunta un estudio publicado en la International Journal of Developmental and Educational Psychology por Rafael Ballester Arnal, uno de cada cuatro menores se ha encontrado alguna vez con porno ilegal online, y estas webs muchas veces piden información personal para acceder a los contenidos. Esto ha llevado, según el estudio, a que el 16,3% de los chicos y el 9,3% de las chicas haya asumido en internet riesgos tales como facilitar datos personales para contactar con alguien o quedar con un desconocido.

De igual modo, se ven expuestos a otras prácticas como el sexting, con el consecuente peligro que supone para un menor compartir imágenes de naturaleza sexual por internet. Otro aspecto a tener en cuenta es el que revela un estudio reciente presentado en la Asociación Estadounidense de Pediatría (APA), en el que se concluye que los hombres que consumen pornografía de niños están más inclinados a la misoginia. “Descubrimos que, cuanto más joven es un hombre al consumir por primera vez pornografía, más probable es que quiera tener poder sobre las mujeres”, explica la autora del la investigación Alyssa Bischmann. La edad media del primer consumo de porno entre los entrevistados estaba en 13,37 años, siendo cinco la más temprana y 26 la mayor. El primer contacto fue accidental en el 46,5% de los casos, el 33,4% intencional y el 17,2% forzado.

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Contenido de Content Factory para LOVE ORANGE. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.