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Cómo embarcar en el avión por la cara

Cómo embarcar en el avión por la cara

Iberia empieza a aplica la tecnología del reconocimiento facial para hacer este proceso más rápido y seguro

SARA BORONDO

Martes, 2 de marzo 2021, 00:03

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Los viajes serán diferentes dentro de muy poco. A las crecientes medidas de seguridad que se han ido implementando en los aeropuertos en los últimos ños, se añade ahora el reconocimiento facial como sistema para embarcar. Iberia va a comenzar a utilizar esta tecnología en los vuelos que salen del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas después de que la aerolínea probase con ella en un programa piloto a finales de 2019 en las líneas que enlazan Madrid con Oviedo y Bruselas. En ese momento el reconocimiento facial únicamente se utilizaba en dos de las puertas del aeropuerto pero ahora la compañía va a colocar estas cámaras a otros accesos a la terminal, donde se utilizarán tablets para identificar a los pasajeros. De este modo, han explicado fuentes de Iberia, se evitará el contacto con otras personas. También ha asegurado que esta tecnología es tan avanzada que se podrá «identificar a un pasajero incluso con mascarilla de protección». Eso sí, aunque no haya que mostrar la documentación y la tarjeta de embarque, sí será necesario seguir llevando estos papeles encima.

Se controlará de este modo a los pasajeros mayores de 18 años que tengan DNI español o pasaporte europeo y utilicen un móvil con tecnología NFC (contactless) en el que esté instalada la 'app' de Iberia. El procedimiento será el siguiente. El primer paso se dará desde el propio móvil: hay que registrarse en esta 'app' y en el apartado 'Reconocimiento Facial' hacer una captura con el teléfono del DNI o pasaporte, además de grabarse un video-selfie en el que la persona no lleve gafas y se asegure de tener la cara despejada. El programa comprobará que es la misma persona que aparece en la foto del documento. Si el móvil no dispone de tecnología NFC se puede utilizar también alguno de los quioscos que la empresa ha instalado para el registro, aunque de momento están solo disponibles en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas.

Tablets

En el momento del embarque será preciso seleccionar la opción 'Embarque Biométrico', para asociar el perfil facial a la tarjeta de embarque. De este modo se podrá acceder al filtro de seguridad del aeropuerto, el fast track y la puerta de embarque sin necesidad de mostrar la tarjeta de embarque, ya que el sistema de cámaras reconocerá a la persona y abrirá la puerta para que pueda pasar. En una primera fase, en lugar de instalar las cámaras en cada puerta, el personal de tierra de Iberia utilizará -probablemente antes del verano- la cámara de unas tablets para el reconocimiento facial la cámara. Dispondrán de diez dispositivos con esta tecnología, con los que se desplazarán por las puertas de la terminal en el momento en el que los pasajeros vayan a subir al avión.

Esta expansión ha sido posible gracias a una subvención del CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial) y la colaboración de distintas empresas: Iberia, como aerolínea operadora, Inetum, como empresa integradora de sistemas; Thales, como proveedor de tecnologías biométricas y procesos de validación de identidad; y Aena, como gestor de aeropuertos, responsable de los sistemas de integración intermedios entre aerolínea y motor de biometría.

La tecnología de reconocimiento facial para embarcar en el avión lleva ya un tiempo desarrollándose. Antes del programa piloto de Iberia, Aena hizo otra prueba con esta tecnología en el aeropuerto de Mahón (Menorca) para los vuelos de Air Europa. En ese caso también se probó este moderno sistema solo en una de las puertas de la terminal. La apuesta por esta forma de identificación de pasajeros parece imparable a juzgar por el entusiasmo con el que aerolíneas de todo el mundo y de todo tipo la están adoptando, aunque la pandemia parece haber frenado el ritmo con el que se está utilizando en los aeropuertos. La low-cost Norwegian lo ofrece desde julio de 2019 y British Airways lo implementó, con cámaras en las puertas, en Heathrow (Reino Unido) ya en marzo de 2017. También lo utilizan, desde 2018, Scandinavian Airlines, United Airlines, Air France-KLM en el aeropuerto Washington Dulles (E.UU.), en este caso con el sistema VeriScan, que utiliza tablets con Wi-Fi… La lista de aeropuertos que incorporan esta opción no ha parado de crecer.

Protección de los datos de los usuarios

El reconocimiento facial tiene entre sus 'virtudes' la mayor rapidez para el embarque y que no existe contacto físico de ningún tipo, algo especialmente importante en el momento de una pandemia como el que estamos viviendo. Pero plantea dudas sobre el almacenamiento de esos datos biométricos, ya que normalmente se suben a una nube para luego compararlos con los de los viajeros cuando llega el momento de subir al avión. Aunque de las experiencias que se han realizado hasta ahora se demuestra que más del 90% de los pasajeros están contentos con el embarque mediante reconocimiento facial, también se le han encontrado algunos 'peros': en los sistemas ya puestos en marcha se han detectado algunos problemas de reconocimiento de caras, lo que puede provocar ciertos retrasos y anula una de sus principales ventajas, la rapidez, respecto a los modos de identificación tradicionales. Según algunas investigaciones, los algoritmos utilizados para el reconocimiento facial están condicionados por el conocimiento y los prejuicios de quienes los programan y entrenan, de forma que son menos acertados al reconocer rostros femeninos y con las personas de piel oscura.

En algunos países se utiliza esta tecnología de reconocimiento facial incluso sin necesidad de registrarse y guardan las imágenes de los viajeros. En Europa los viajeros están protegidos por el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) a un nivel igual que el de la información sobre las creencias religiosas y las ideas políticas, de forma que para poder tomar estos datos las empresas deben tener el permiso de los pasajeros (algo que se concede a través del registro en la 'app' de Iberia, por ejemplo) y las empresas no pueden vender los datos recogidos a terceros. Tras el Brexit, esta normativa deja fuera a Reino Unido.

En China esta tecnología está asentada desde hace tiempo y no está limitada solo al embarque rápido en un avión; se ha incorporado también a situaciones cotidianas como el pago en supermercados o la adquisición de una nueva tarjeta de móvil, y también se emplea para identificación de la población en la calle, para controlar el comportamiento de los alumnos en las aulas y para reducir el absentismo escolar.

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