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Diez consejos de una exvíctima de la hipocondría

Diez consejos de una exvíctima de la hipocondría

Nessita Arauz sufrió ansiedad y, entre otros trastornos, el de temer a enfermar. Tras superarlo escribió un libro y ahora ayuda a quien lo necesite

R. M.

Madrid

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Martes, 31 de marzo 2020

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Vanesa Rodríguez de Trujillo Arauz, Nessita Arauz, sufrió ansiedad y, entre otras obsesiones, cayó en la hipocondría. Tras pasar por múltiples avatares médicos y personales, escribió un libro con su propia historia de superación ('Escuela de valientes', ed. Urano) y se dedica a asesorar a quienes lo necesitan. Ha elaborado para los lectores de este diario un decálogo con la intención de ayudar a quienes sientan que la preocupación por el coronavirus les está llevando al terreno de la obsesión. Esta es su historia y sus consejos.

  1. Antecedentes: un episodio traumático

«Ante todo, has de saber que en un estado de incertidumbre y ante una inminencia de posibilidad de peligro, sentir miedo, hasta cierto punto es normal. El miedo es una emoción primaria, y tiene su función, alertar de una posibilidad de peligro para que podamos defendernos o protegernos. Así funcionan los animales, y esto demuestra que también nosotros lo somos, sin embargo el ser humano, cuenta con una mente más compleja que nos lleva más allá del sentido de supervivencia. Tenemos la capacidad, de imaginar, de creer, de interpretar las situaciones que vivimos, tenemos un cerebro con 86 mil millones de neuronas que se pueden volver en nuestra contra si no aprendemos a tomar el timón de nuestro mundo mental y emocional. Sé de lo que hablo: cuando tenía 18 años, mi mejor amiga falleció de un cáncer linfático, viví muy de cerca la enfermedad durante los 4 años de lucha y quizás mis esperanzas, o mi falta de madurez o consciencia, nunca me hicieron pensar en ese desenlace. Pero ocurrió y desde ese día me obsesioné con que yo pasaría por lo mismo. Pasaba las noches en vela, inspeccionando cada milímetro de mi cuerpo buscando ganglios inflamados o posibles anomalías. No podía parar, las comprobaciones compulsivas se mezclaban con imágenes de mi amiga en sus diferentes fases, sin embargo, en mi mente ahora era yo la protagonista. Cuando quise darme cuenta había perdido mucho peso, y tenía el ganglio de debajo del cuello inflamado, mis sospechas se estaban confirmando,y empecé a hacerme pruebas. Dejé de vivir en el mundo para vivir adentrada en mi pesadilla, estaba siempre dándole vueltas a la cabeza. Fue terrible, realmente lo fue. Después de varias pruebas, en mi cuerpo, todo marchaba con normalidad, sin embargo yo misma y el poder de mi mente, lo estaba somatizando. Me derivaron al psiquiatra y me pusieron en tratamiento con psicofármacos. Yo misma de tanto tocarme los ganglios me los estaba activando… Eran mi mente y mi miedo mis peores enemigos».

Pero se negó a conformarse con la idea de que era una enferma mental. Comenzó a estudiar neurociencia, a interesarse por las emociones y logró a superar sus miedos patológicos con sus propios recursos. Comparte aquí sus diez aprendizajes fundamentales.

  1. 1

    Asume la verdad

Cómo dijo Einstein, «los problemas no pueden solucionarse desde la misma mentalidad que se crearon», esto significa, que si tu intención es autoconvencerte de que no vas a contraer el coronavirus, tus esfuerzos serán en balde. Hay que asumir que esa posibilidad existe, que la seguridad es una falsa ilusión de la mente y que la vida es incertidumbre, para todos. Vivir esta situación desde la verdad implica ascender un grado en cuestión de madurez y sentido común.

  1. 2

    Marca tus límites mentales

Realiza dos listas. En una escribe lo que está en tu mano hacer ante esta situación, apunta todas las medidas que están bajo tu control y sé con todo ello muy responsable. En la otra escribe todo lo que temes, todas esas películas mentales e imágenes que te vienen a la cabeza, que no están dentro de tu área de control, las que, hagas lo que hagas, no dependen de ti. Date cuenta de que estás trayendo a tu lista de control muchas de las situaciones que realmente no lo están, estás forzando a tu mente a hacerse cargo de situaciones que no le corresponden, y eso no sirve más que para estimular a tu sistema nervioso central y disparar tu cortisol (hormona del estrés), lo que va a producir que tu sistema inmunológico se debilite y consecuentemente tengas más posibilidad de contraer justo eso que temes.

  1. 3

    Confía en tu yo del futuro

Cada vez que te venga el pensamiento o la imagen mental, tienes que darle una respuesta. ¡Sí, tienes que hablar contigo mismo como si fueras tu amigo! Pero tienes que responderle siempre lo mismo, para que se produzca una reprogramación de tu mente subconsciente. Tienes que decirte: «gracias por avisarme que eso me puede ocurrir, pero aquí y ahora estoy (y dices lo que estás haciendo en ese momento), mi yo del futuro se encargará de eso si es que llega a ocurrir.

  1. 4

    Cambia el foco

Esta parte requiere de esfuerzo. El cerebro es como un músculo y hay que entrenarlo, por eso es muy importante que realices actividades que te mantengan la mente activa: limpia la casa, juega con tus hijos, haz ejercicio físico o un sudoku.

  1. 5

    Jamás trates de preparte

Ya se que tu mente trata de engañarte haciéndote creer que si te preparas para ello luego sufrirás menos. ¡Eso es imposible! Nadie puede hacer frente a situaciones que no existen, y tu cerebro no entiende si la información que introduces en el es real o no. Estás recreándote en una película mental inexistente que para ti está sucediendo. ¿Verdad que lloraste cuando Leonardo murió en la película Titanic? Mejor, cambia de película y entrena a visualizarte cuando todo esto haya pasado, regodeándote en todo lo bueno que tienes aún por vivir. No solo te quedes en casa, por favor, sé feliz en casa.

  1. 6

    Mírate desde otra perspectiva

Este ejercicio te ayudará a conectar con tu verdadera realidad. Juega a mirarte a ti mismo desde fuera. Dite: «mira como está (tu nombre), lo mal que lo está pasando con su paranoia». Imagínate ahí sentado mirando la tele sin concentrarte, en tu mundo de dolor, y sé capaz de sentir amor por esa persona que está sufriendo. Date cuenta cómo esa persona está perdiendo su vida en una realidad que al menos por el momento no existe para ella. Este ejercicio de disociación te ayudará a desapegarte del miedo intenso.

  1. 7

    Agradece por todo y para todos

Aunque te cueste creerlo , eres afortunado, céntrate en todo lo positivo que tienes y repite en tu mente GRACIAS. Ser desagradecido, es muy injusto por aquellas muchísimas personas que están en situaciones infinitamente peores que las tuyas. El bienestar emocional no tiene que ver con las circunstancias si no con lo que haces con ellas. Hay personas con situaciones dramáticas que se sienten agradecidas y con paz interior, que valoran lo bueno de la vida y se agarran a cualquier motivo para tener una sonrisa. Y otras que hacen todo lo contrario, con cien mil motivos para agradecer y ser felices y se agarran a cualquier excusa para amargarse la vida. Vuelve a ser una cuestión de actitud , madurez y sentido común. ¡Tú eliges!

  1. 8

    Sentido del humor, por favor

Tomarse las cosas en serio no es incompatible con sacarle el humor a las situaciones. A mí me ayudaba mucho ponerle 'motes' a mis paranoias. Exagera tu dramatización, juega a llevártela hasta un extremo tan sobrepasado de límite que te lleve a conectar con el surrealismo. Eso cambiará tu camino neuronal del pensamiento obsesivo, y conseguirás manejar mejor tus ruido interno.

  1. 9

    Cambia tu diálogo mental

Escribe cada día una carta con todo lo que se pasa por tu mente, cuando lo veas plasmado en un papel, podrás darte cuenta con objetividad, de que esos pensamientos no te están ayudando. Que lo único que haces es visualizar una posibilidad de peligro que puede llegar a ocurrir, o que quizás no pase nunca. Rompe la hoja mientras dices «esta no es mi verdad de este momento». Ahora escribe otra carta donde describas tu momento presente y todas las oportunidades que se te presentan. Pon bien grande: ¡Esta SÍ es mi VIDA! Y recuerda ante la posibilidad de peligro: «Tu yo del futuro se ocupará«.

  1. 10

    Sé optimista y elige confiar

Puestos a elegir mejor, decide creer que te librarás de esta. Confía en que la vida solo te va a poner situaciones que vas a ser capaz de afrontar. Confía en todo tu poder interior y en tu capacidad para afrontar las situaciones que te traiga la vida. No conoces tus fortalezas, porque la vida, no nos la pone a nuestro alcance hasta que realmente no la necesitamos. Las personas que deciden ser optimistas tienen un sistema inmunológico muy fuerte, y está comprobado científicamente que son más resilientes, que asumen mejor las dificultades y que incluso se enfrentan mejor a la enfermedad y a la muerte.

  1. Conclusión

Después de realizar estos ejercicios, es normal que pases de la emoción del miedo a un sentimiento de tristeza, pasarás una especie de miniduelo, por la pérdida de un ideal, parecido a lo que sentimos cuando nos enteramos que los Reyes Magos no existen. En este caso, sería muy positivo que llores, porque detrás de ese acto de autoregulación emocional (omeostasis) hallarás la paz y confianza que tanto deseas. Entonces vivirás la vida desde otro entendimiento, sintiendo aceptación, valoración y agradecimiento porque nacerá una nueva versiónde ti mismo y mirarás hacia atrás dándote cuenta de que has evolucionado.

¡Enhorabuena !

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