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Raúl Cimas participa en el 'podcast' original de Spotify 'El bar de Los Broder Tolquin'. R. C.
Entrevista a Raúl Cimas : «Nunca me verá nadie en una playa en verano»
Entrevista a Raúl Cimas

«Nunca me verá nadie en una playa en verano»

Risas con calor ·

Este amante del humor surrealista acuñó un nuevo modo de hacer reír con acento manchego. Rodó con sus vecinos cortos descacharrantes que costaban dos de pipas

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Viernes, 13 de agosto 2021, 00:04

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Que nadie intente buscar a Raúl Cimas tumbado y achicharrándose al sol. A él le tira más el aire puro, las caminatas y el paseo por el campo. Es un trasunto de Labordeta, un trotamundos tocado por el don del ingenio. Ahora se le puede escuchar junto a su amigo Javier Coronas en el 'podcast' original de Spotify 'El bar de Los Broder Tolquin', un espacio que no deben perderse los amantes de la comedia surrealista.

-¿Es usted un gran currante?

-Me encanta lo que hago. Mis amigos dicen que trabajo demasiado. Cuando dejo de currar, me pongo a otra cosa. La cabeza acaba acostumbrándose a lo que le des. Al final, llevo veinte años pensando en imbecilidades. No se puede cortar en seco.

-¿Hay algo que le escandalice?

-Hay muchas cosas horribles para escandalizarnos: la homofobia, la violencia machista, los cayucos...

-¿Detecta cierto cabreo en el personal?

-Eso ocurre más bien en las redes sociales, que no ofrecen una imagen real de la vida. Si uno se atiene a lo que se dice en Twitter pensará que en España estamos liados a hostias. Pero la gente va por la calle tan tranquila y feliz. Me gustan los sitios pequeños, y ahí es donde se nota mejor lo bien que nos llevamos todos y que no hay ningún conflicto. Parece que a alguien le apetece que andemos a la gresca.

-¿Le gusta la vida retirada?

-Sí, tengo una casa en un pueblo, y me paso allí los fines de semana y todas las temporadas que puedo. Ahora mismo me pillas recorriendo Guadalajara. Nunca me verá nadie en una playa en verano.

-¿Cómo recuerda su vida de estudiante de Bellas Artes en Cuenca?

-Con añoranza. Fue una etapa divertida. Ahí es cuando empezamos a hacer todo esto, a rodar cortos con Ernesto Sevilla y, un año después, con Julián López.

CONTERTULIOS:

  • Dos «jubilados cultísimos», parroquianos del bar. Rául Cimas siempre se rodea de gente con talento. En el podcast 'El bar de Los Broder Tolquin', echa mano del Pirata (el saxofonista de la orquesta de 'Late motiv') y dos hombres curtidos en las charlas de bar. «Son unos jubilados maravillosos, cultísimos. Uno de ellos es un profesor que dejó la enseñanza por la hostelería. El bar en que hablamos está en Madrid, pero como desdeñan la fama, no quieren que se sepa su nombre».

-¿Entroncan estos cortometrajes con los trabajos 'low cost' que hizo después para 'Versión española' y 'Late motiv'?

-Hombre, más 'low cost' que en la carrera no he vuelto a hacer nada. Jamás he tenido la capacidad de hacer algo con muchos recursos ni los he echado de menos. Al humor le va bien cierta escasez de medios.

-¿Tiene mucho trato con los compañeros de la comedia?

-Cada vez menos, aunque tengo buenos amigos. La endogamia no me sirve para el trabajo.

-¿Cómo se encuentra de sus problemas de espalda?

-Tengo una hernia lumbar y de vez en cuando aparece. Además, me gusta jugar al tenis y recorrer los pueblos. Ando como si fuera un 'boys cout' por el campo y, a veces, la espalda me pasa factura.

-¿Su ocupación favorita es dibujar cómics?

-Sí, eso y escuchar música, recorrer los pueblos, conocer la gastronomía... Un poco como José Antonio Labordeta.

-¿Que hubiera sido de no ser cómico?

-Yo antes de empezar en esto daba clases de pintura en la Universidad Popular y era bastante feliz.

-Le ofrecieron un trabajo fijo y lo rechazó.

-Corrió la lista y me ofrecieron una plaza en Albacete. Me lo llegué a pensar, pero ya había empezado mi carrera como cómico, que parecía tener cierto futuro.

-¿Le aburren las tertulias políticas?

-Son un 'show' televisivo. No hay tanta diferencia entre los debates políticos y lo que hace Telecinco. Son marujeos. Los políticos deberían trabajar con más tranquilidad y menos exposición.

-¿Cómo influyeron sus padres en su forma de ser?

-Mi madre es una persona muy culta, le encantan la música clásica y la lectura. Y mi padre era una persona muy concienciada con la educación. Estaba muy involucrado en la asociaciones de padres.

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