Málaga, ciudad de futuro

Sólo desde el funicular Alcazaba-Gibralfaro se podrá disfrutar de vistas equiparables a la noria. Hay pocos sitios como el funicular para disfrutar de la Calle Alcazabilla convertida en un parque arqueológico, o de la Catedral, antiguamente llamada La Manquita, al fin acabada tras la inauguración de la torre sur.

La noria en el puerto es una atracción fantástica, aunque también haya vistas excelentes desde el 'lounge' de la azotea giratoria del emblemático hotel diseñado por Frank Gehry en la plataforma del muelle de levante. Si algo tiene Málaga son vistas. De hecho es también irresistible la estupenda perspectiva de la ciudad que se tiene desde el puente de once kilómetros sobre la bahía, el Puente Bendodo.

Los visitantes que vengan a ver el Museo de las Gemas -la 'joya de la corona' según el alcalde- ya tienen otro atractivo más para disfrutar. Además de la noria y el gran acuario del puerto, es obligado el parque temático de Las Virreinas, aquel 'nivel Port Aventura', donde hace unos años se diseñó el gran plan de reforestación llamado 'cinturón verde', ese pulmón que ahora oxigena la ciudad.

Todos estos cambios en la sede olímpica es lo que ha permitido acontecimientos como la gran Exposición Universal de Nuevas Tecnologías. Ahí el gobierno municipal vio con claridad que esta smart city necesitaba un gran acontecimiento para que Málaga Valley adquiriese prestigio planetario. El hub aeroportuario es la última aportación.

Al caer la tarde, desde los Baños del Carmen, de paseo por las pasarelas de madera sobre el viejo pedregal a este lado del Museo Naval Astilleros Nereo a la sombra del magnífico parque marítimo, se podrá disfrutar del atardecer antes de ir a la ópera al Auditorio, un artefacto imponente desde cuyos ventanales se extiende la lámina de agua del puerto donde se refleja el Cubidou, el cubo con el centro Pompidou de arte contemporáneo, y MalagaEye.

La noria sin duda es un hito para esta ciudad con un siglo XXI explosivo de grandes proyectos. No hay que prestar oído a los aguafiestas habituales sembrando dudas con su escepticismo irredento, ironizando sobre la metáfora de la noria entre tanto proyecto que gira y gira, o haciendo chistes fáciles tipo «menos mal que la ciudad fue fundada por los fenicios, porque si llegan a ser los malagueños, todavía estaban con los planos». Málaga es una ciudad de futuro. Tiene un montón de proyectos, todos para el futuro.