Investigadores de la UMA crean un novedoso software para la alerta temprana de tsunamis

El grupo, formado por nueve profesores de Matemáticas Aplicadas de la Facultad de Ciencias, ha creado un sistema que detecta el seísmo submarino en tiempo real, justo cuando se produce, y analiza si los efectos causados son potencialmente peligrosos para la creación de un posible tsunami. En caso afirmativo, se hace una simulación numérica que en muy pocos minutos pueda ser capaz de predecir cómo va a llegar la onda a las costas, a las zonas habitadas, a las poblaciones de riesgo, así como valorar la amplitud de la ola, y cuánto terreno inundaría para poder crear una alerta y evacuar a la población.

Uno de los factores por el que la simulación de cálculos se hace muy rápido es porque utilizan en el sistema operativo tarjetas gráficas (GPU) propias de los videojuegos, que disminuye a tan solo un par de minutos la recopilación de datos que anteriormente se conseguían en horas. «Los tsunamis suponen un problema real que requiere una respuesta inmediata y con precisión, cuyo objetivo es salvar vidas», matizó uno de los componentes del grupo de investigación, Jorge Macías.

La investigación del grupo de trabajo de la UMA se puso en marcha desde 2007 con trabajos relacionados con el problema de fluidos, geofísicos y medioambientales. Sus experiencias les han llevado a colaborar con The National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), con la que han tenido tres contratos en los últimos tres años. Todo un hito ya que son uno de los pocos grupos a los que este organismo les ha financiado un proyecto.

Colaboración en Italia

A través de congresos especializados, el grupo inició contactos con investigadores italianos del Instituto nacional de geología y volcanología, responsables de la puesta a punto del sistema de alerta temprana de tsunami en Italia, que confiaron en el modelo de los investigadores de la UMA, centrándose principalmente en la modelización y estimulación numérica. El sistema, que se está aún perfilando se espera que esté en funcionamiento en el país transalpino a finales de año. Los investigadores participantes en el proyecto se muestran «muy contentos» por la aportación española y, concretamente, el sello de la Universidad de Málaga.