Un joven de 20 años sufre un derrame cerebral al recibir un golpe en una pelea

Todo comenzó por un cigarro. «Me pidió tabaco y yo le dije que no tenía. Ahí empezó a vacilarme», comenta el joven horas después de visitar el hospital por unos dolores de cabeza insoportables. Son las secuelas del derrame cerebral que ha sufrido tras recibir un golpe con un objeto contundente en una pelea en los alrededores de una discoteca de la capital. La segunda en una semana.

Ocurrió a las seis de la madrugada del viernes al sábado en los alrededores de un establecimiento situado en la zona Oeste de la ciudad. Rubén (es nombre ficticio, quiere preservar el anonimato) salió del local para acompañar a una amiga. Al volver, cuando pasaba por un descampado, se cruzó con un chico que le pidió tabaco. «Se puso chulo conmigo, me dio dos puñetazos y echó a correr», relata el joven, de 20 años.

Rubén lo persiguió y, cuando logró alcanzarlo, comenzaron a pelearse. Estaban los dos en el suelo cuando, según relata, un amigo del otro chico le golpeó en la cabeza con un objeto. Ni siquiera pudo ver lo que era. «Perdí el conocimiento inmediatamente. Ya no recuerdo nada más hasta que desperté al día siguiente en el Hospital Clínico», afirma. Sabe, por lo que le han contado, que uno de ellos le dio patadas en la cabeza mientras yacía en el suelo inconsciente.

El parte médico es el de una paliza. El golpe en la cabeza le ocasionó un traumatismo craneal y un derrame cerebral. También tiene la nariz rota, un ojo amoratado y erosiones en la espalda. «Estaba trastornado. Al principio empeoré un poco, pero el coágulo se fue reabsorbiendo y me dieron el alta». Estuvo dos días en observación. Ayer tuvo que volver a urgencias por las jaquecas.

La pelea se produjo apenas 48 horas después de la agresión sufrida por un hombre de 42 años en la puerta de un bar de copas del centro de la capital. El suceso ocurrió a las cuatro de la madrugada. El herido, que recibió tres botellazos en la cabeza y una puñalada en un costado, relató a SUR que unos individuos comenzaron a molestar a las chicas con las que él había salido. Cuando el hombre intervino para defenderlas -siempre según su versión de los hechos- se produjo un primer rifirrafe dentro del local, pero la gente los separó. Pasados unos minutos, uno de los jóvenes le pidió que saliera a la calle. Nada más cruzar la puerta, empezaron a golpearle.