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ESTER RAMOS marbella@diariosur.es
Lunes, 9 de diciembre 2013, 11:08
En el municipio se le llegó a conocer como el teatro de David Copperfield, por el parecido del nombre del ilusionista estadounidense -capaz de hacer desaparecer objetos e, incluso, edificios enteros-, con el del arquitecto británico David Chipperfield, a quien el Ayuntamiento, que en aquellos días estaba gobernado por el socialista Antonio Barrientos (PSOE), encargó el proyecto del gran Teatro de Estepona. Hoy es papel mojado. Este equipamiento cultural nunca se construyó.
Un papel por el que los ciudadanos van a pagar un alto precio, pues a los más de 200.000 euros que ya se abonó por la maqueta presentada, esta semana se le suman los 660.000 euros que una sentencia del Juzgado Contencioso-Administrativo número 7 de Málaga obliga al Consistorio a pagar a la Unión Temporal de Empresas (UTE) Aurrekiotxea Eta Bezkidea, S.L. y David Chipperfield Arquitects Limited, correspondiente al pago del proyecto de ejecución para la construcción del Teatro de Estepona y los intereses. Un proyecto que el demandante ha demostrado que entregó en el tiempo establecido en el pliego de condiciones, el 20 de noviembre de 2007, y por cuyo importe ha estado litigando desde entonces.
El teatro iba a ser una de las grandes obras de la Costa del Sol. Comparado con lo que el pueblo de Estepona tenía previsto pagar a los dos arquitectos de prestigio, Chipperfield y su socio en el proyecto, Iñaki Aurrekoetxea, los 800.000 euros de ahora parecerían calderilla, pues el edificio iba a costarle a las arcas municipales unos 18 millones de euros.
Así que el juego de ilusionismo ya estaba en marcha: visto y no visto. En enero de 2010, el nuevo alcalde socialista, David Valadez, asumió que el precio del gran teatro no era realista para la situación económica que atravesaban tanto Estepona como el resto del país. «No hay que vender humo», dijo entonces. Pero el humo ya estaba vendido. Y ahora se pagan las cenizas de lo que quedó.
Fallo contra el Consistorio
Tal y como especifica el fallo, se anula el recurso de impugnación del Ayuntamiento y se le condena «a que pague a la recurrente la cantidad de 400.000 euros, como honorarios del proyecto de ejecución para la construcción del Teatro de Estepona, con los intereses moratorios calculados en la forma prevista en el fundamento jurídico quinto» que aparece en la sentencia, en el que se apela a la Ley de Contratos de Administraciones Públicas, «por el que se establecen medidas de lucha contra la morosidad en las operaciones comerciales» y se especifica que la Administración tiene la obligación de abonar el precio dentro de los 60 días siguientes a la fecha de expedición de los certificados de obra».
Según alegó el Ayuntamiento en su recurso -alegación que el juez desestima en la propia sentencia-, hubo falta de acuerdo con los arquitectos «para el ejercicio de la acción» y se admite un pago a la cesionaria de la contratista de 260.000 euros correspondientes a la realización del proyecto básico.
Reclamación
Sobre la reclamación de los 400.000 euros restantes, el Ayuntamiento expuso entonces que «la reclamante incumplió ciertas obligaciones formales que para el cobro de las facturas establecieron el contrato y el pliego de condiciones económicas particulares». Un incumplimiento que a ojos del juez no se produjo.
Solo la presentación de la maqueta a los esteponeros fue todo un acontecimiento en el municipio. También el concurso por el que se ganó el proyecto. Con un jurado presidido por la entonces concejala de cultura, Asunción López, en representación del alcalde, y junto a representantes municipales, de la Diputación provincial de Málaga y de la Junta de Andalucía, se otorgó, además, al anteproyecto ganador, 40.000 euros.
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