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ANTONIO M. ROMERO aromero@diariosur.es
Viernes, 15 de noviembre 2013, 10:24
Los grandes directivos nacionales empiezan a ver brotes verdes sólidos para cimentar la bases en las que el país asiente el inicio del camino de la recuperación y la salida de la crisis. Así se puso de manifiesto este jueves en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga durante la reunión anual -en su duodécima edición- de la Confederación Española de Ejecutivos y Directivos Españoles (CEDE), celebrada bajo el lema 'Estrategias para la recuperación. El valor del directivo'. Un foro donde los expertos participantes, nacionales e internacionales, lanzaron un mensaje de optimismo sobre la economía del país.
A lo largo de una intensa jornada y ante un auditorio de más de 1.500 personas, en las distintas conferencias y mesas redondas celebradas se destacó que existen una serie de indicadores macroeconómicos positivos como la confianza empresarial, el aumento de la inversión externa y el control de la prima de riesgo, que sumados a otros datos como el crecimiento de la producción industrial, de las matriculaciones y de la actividad del comercio minorista apuntan a una mejoría de la economía española. Eso sí, junto a esta moderada euforia, también mandaron un mensaje de prudencia ya que queda camino por recorrer en materias como la generación de empleo (la tasa de desempleo en España es altísima) y en estimular el consumo interno de las familias, es decir, en la microeconomía, en la del día a día y que más directamente afecta al ciudadano.
«Empezamos a notar los primeros inicios de la recuperación», proclamó en la inauguración del encuentro el presidente del grupo La Caixa y de CEDE, Isidro Fainé. Un mensaje al que, ya en la clausura, añadió: «El clima que respiramos hoy es muy distinto al de hace un año. La economía española empieza a dar señales de recuperación incipiente. Hay un optimismo, cauteloso, sobre las perspectivas económicas de España y el futuro se ve más positivamente. Estamos en la buena senda».
Fainé sí alertó de que este inicio de la recuperación no significa que se vaya a volver al escenario anterior al inicio de la crisis. «El panorama ha cambiado completamente y algunos modelos de negocio han desaparecido para siempre», añadió.
En su línea, el consejero delegado de KPMG España, Hilario Albarracín, sostuvo que técnicamente la fase de recesión ha terminado y que la confianza en el mercado español «ha aumentado y ya es una realidad». «España ya no es vista como un problema, sino como una oportunidad», apostilló.
No solo desde el interior se vislumbran síntomas que permiten ver la luz al final del túnel. Desde el exterior, tres expertos norteamericanos coincidieron en destacar las fortalezas de España como destino de inversiones. Aunque hubo distintos niveles de optimismo. El presidente de Orton Development, Eddie Orton, sentenció que la crisis de la economía española está «en lo bajo del ciclo» y auguró que la recuperación en el país «va a ser muy rápida, sobre todo en Madrid, Barcelona y Málaga, y dentro de esta en Marbella». Más prudente se mostró el director de Alvarez&Marsal, Thomas L. Jones, para quien la recuperación será «más lenta de lo que nos gustaría», aunque reconoció que el país «sobrevivirá a la tormenta». Por su parte, el director de Berkeley Research Group, Ramin Sedehi, advirtió: «Aún no hemos interiorizado las lecciones morales de esta crisis».
El sector agroalimentario, clave
No sólo los directivos y 'gurús' se mostraron optimistas, también los políticos intervinientes secundaron ese planteamiento. El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente destacó que el sector agroalimentario, uno de los «grandes activos de España», es «uno de los pilares» que contribuye a la recuperación económica. En este sentido, Miguel Arias Cañete recalcó el incremento de las exportaciones y que el sector tiene capacidad para seguir compitiendo por su carácter innovador, aunque reconoció que es necesario solucionar debilidades como la escasa concentración empresarial, la falta de organización de la oferta y la necesidad de afianzar los mercados más allá de la UE.
Confiados en la recuperación también se mostraron el alcalde de Málaga y el presidente de la Diputación Provincial. «La mayoría de los indicadores coinciden en que hemos llegado por fin al cambio de tendencia e iremos dejando atrás la crisis», declaró Francisco de la Torre. Elías Bendodo, por su parte, abogó por los cambios para «competir en el escenario actual y futuro».
Desde la otra orilla ideológica, los dos socialistas intervinientes, expresaron una euforia más moderada. El expresidente del Gobierno Felipe González agradeció el optimismo de quienes argumentan de que «se está tocando fondo» pero añadió: «Por responsabilidad tengo que decir que no sé cuánto tiempo vamos a estar en el fondo. No veo respuestas políticas europeas ágiles para que este tocar fondo sea un rebote que permita una recuperación que sienta la gente, llegue al empleo y genere una dinámica totalmente distinta».
El consejero de Economía de la Junta, José Sánchez Maldonado, expuso que la recesión económica ha terminado, aunque también alertó de que «una cosa es dejar de decrecer y otra dejar atrás la crisis».
Estar preparados
Se produzca antes o después la salida de la crisis, la economía española debe estar preparada para el nuevo escenario y los retos que se plantean. Ese fue el otro gran mensaje lanzado en este encuentro, donde las palabras cambio, innovación (de ideas, productos y mentalidad), liderazgo e internacionalización fueron de las más repetidas.
El presidente de Telefónica, César Alierta, anunció que el mundo se dirige hacia la segunda ola de la «revolución digital», un proceso que transformará las relaciones sociales y económicas y cuya incidencia equiparó a la Revolución Francesa. Para este alto ejecutivo, las empresa y sus directivos -que son, según dijo «el mejor activo y la fortaleza de este país»- deben estar preparados para afrontar las «enormes» oportunidades de crecimiento que se abren en todos los sectores.
Alierta subrayó el papel central que jugarán en este nuevo escenario las empresas de telecomunicaciones y pronosticó que pronto llegarán la educación y la salud digital.
Los avances en las tecnologías de la comunicación y la información han creado un nuevo consumidor más exigente y debe haber una adaptación a una nueva realidad en las relaciones porque ya no existe unidireccionalidad entre la empresa y el cliente, sino bidireccionalidad y además han cambiado los hábitos de compra y adquisición de bienes.
«El nuevo consumidor se parece muy poco al antiguo y además cambia a una velocidad endiablada. Los consumidores hoy son desconfiados, están más informados, son más infieles a la marca, no compran productos sino experiencias y son activos y activistas, es decir, los clientes disparan tu reputación para bien o para mal», recalcó el director de Desarrollo Estratégico y de Marketing de Unicaja, Óscar García.
El consejero delegado de Fuerte Hoteles, José Luque, habló de la incidencia de las nuevas tecnologías en el sector turístico, que les ha obligado a cambiar sur relaciones. Cara al futuro de las empresas abogó por ser «expertos en calidad de vida». Por su parte, el presidente de Grupo Mayoral, Rafael Domínguez de Gor, defendió que la principal estrategia para la recuperación de las empresas es la «conquista» del mercado exterior y que la fórmula que garantiza el éxito es «ser buenos en todo y los mejores en algo».
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