Luis Landero indaga en la búsqueda de la felicidad con 'Absolución'
«Tenemos razones para ser pesimistas, pero estaría bueno que ahora fuéramos conformistas», avisa el autor en su visita a Málaga con nueva obra
MARINA MARTÍNEZ mmartinez@diariosur.es
Jueves, 25 de octubre 2012, 03:58
Publicidad
Respira literatura Luis Landero (Alburquerque, Badajoz, 1948). En ella encuentra el escritor extremeño una tabla de salvación. Es lo que le mantiene a flote. ... No sabría vivir sin leer. Ni escribir. «Son tareas que alimentan», dice. Por eso nunca las ha abandonado. Aunque no lo parezca. Dos años después de su última novela, 'Retrato de un hombre inmaduro', regresa al primer plano narrativo con 'Absolución' (Tusquets), una historia que pivota en torno a la felicidad y que ayer presentaba en el Centro Andaluz de las Letras (CAL) apenas dos días después de que llegara a las librerías.
Lo tiene claro Luis Landero: «Hay vida más allá de la crisis». Cansado del bombardeo constante, anima a buscar nuevos discursos para evitar «hundirnos en el fatalismo» y mitigar la «depresión colectiva». «La vida es muy breve y no podemos andar cabreados todos los días; hay que recuperar la alegría, porque con ella se lucha mejor», advierte Landero, que sin embargo no esconde cierta dosis de realismo: «Tenemos razones para ser pesimistas porque las cosas no pintan bien, pero no debemos ser conformistas, estaría bueno que lo fuéramos ahora». En una época en la que considera que el país «no ha cambiado tanto». En su opinión, no se ha extinguido esa «España de charanga y pandereta» de la que hablaba Machado. Al contrario. «Da pena lo que han hecho los políticos de turno con la cultura, la educación, la investigación... El desprecio que han mostrado por todo esto sigue alimentando la nostalgia de un gobierno ilustrado que no acaba de llegar».
Por eso Luis Landero apuesta por la literatura que trasciende la simple diversión. «El mero entretenimiento es una literatura domesticada, castrada», sostiene el autor de 'Juegos de la edad tardía' (Premio de la Crítica y Premio Nacional de Narrativa). Por eso siempre busca ir más allá. Tanto en el papel de escritor como de lector. «Uno no es el mismo que antes después de leer el 'Quijote' o 'Hamlet'». Y eso intenta que piensen también sus lectores. En este caso, con un «indagación sobre el sentido de la vida» personificada en Lino, un «insatisfecho crónico», un «fugitivo a disgusto en todas partes». Alguien que huye, pero «no sabe de qué». En realidad, lo que intenta hallar es su lugar en el mundo.
Todo empieza de nuevo
En él ejemplifica Landero una constatación: «La vida es búsqueda». «El único principio universal que nadie va a discutir es que todo el mundo busca la felicidad». No lo duda el escritor extremeño, cuya novela comienza justo cuando su protagonista ha dado con ese modo de ser feliz. Entonces, todo empieza de nuevo. A partir de ese 'se casaron, fueron felices y comieron perdices' con el que sella su boda.
Publicidad
Y esa 'absolución' de la que habla Landero será la purificación de Lino, «una especie de confesión laica, de descarga» de alguien que intenta hallar un «alivio» a todos esos sentimientos de culpabilidad que han invadido su vida durante más de treinta años. De ahí que hablar de felicidad sean palabras mayores, pero no imposibles. Porque los personajes de esta nueva obra de Landero «luchan por ser felices, pero raramente lo consiguen porque la felicidad se da a ratos». Pero se da, entiende el autor, que no obstante advierte de que no trata de transmitir mensajes de autoayuda en 'Absolución'.
Solo pretende bucear en esas «perplejidades» que le han perseguido siempre «sobre esta cosa tan misteriosa que es vivir». Y, en este sentido, se para en esa necesidad de huida y esa sensación de fracaso de la que, en su opinión, nadie es ajeno. «Yo creo que todos buscamos ese lugar en el mundo».
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión