Marruecos intensifica en Melilla su guerra psicológica contra España

El martes dieron un paso más al instalar altavoces de gran potencia para, ante la pasividad de su policía, torturar con música a todo volumen a los agentes españoles. Además de enviar a la Plaza de España a un grupo de jóvenes para agitar la enseña marroquí, estos activistas anunciaron que «en cuatro días invadirán Melilla». Es la interpretación libre que hacen de la marcha convocada para el sábado con el fin de reivindicar la soberanía de las dos ciudades autónomas, una réplica de la manifestación organizada hacia Ceuta que la semana pasada tuvo que cancelarse por falta de personal.

En cualquier caso, esta reofensiva de Marruecos tiene también consecuencias en materia de inmigración y de tráfico de drogas. Durante los últimos meses han aumentado las entradas de subsaharianos tanto por mar como por tierra, un incremento que sólo se puede atribuir a la inacción de la corrupta policía marroquí. También continúa circulando el hachís, y lo haría a un ritmo frenético si no fuera porque la Guardia Civil intercepta casi a diario cargamentos de droga procedente de las localidades cercanas.