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EFE
Lunes, 15 de noviembre 2010, 02:08
«El mundo cambia y la lengua cambia con nosotros». Esa frase de Gustavo Martín Garzo resume la naturalidad con la que los escritores reciben las modificaciones que se introducirán en la Ortografía, aunque la mayoría de ellos se resiste a no acentuar el adverbio 'solo' y a llamar 'ye' a la 'y'.
«Como escritor, lo primero es la libertad expresiva», señala el poeta Antonio Colinas, «partidario de las normativas» y admirador de «la labor excepcional» que realizan las Academias de la Lengua Española pero que, como otros autores consultados por Efe, se acoge al «privilegio del creador» para tomarse con tranquilidad los cambios propuestos.
En parecidos términos se expresan también Soledad Puértolas, Martín Garzo, Juan José Millás, Antonio Muñoz Molina, Manuel de Lope y Andrés Neuman. Este último, nacido en Argentina y afincado en España, recomienda «no alarmarse por esos cambios».
Reunión de Guadalajara
La Comisión Interacadémica encargada de preparar la nueva edición de la Ortografía ha aprobado ya el texto básico y, si bien su contenido no será definitivo hasta que el 28 de noviembre lo ratifiquen en Guadalajara (México) los máximos responsables de las 22 academias, ya se conocen algunas novedades.
De todos los cambios, el que peor lleva Soledad Puértolas es la nueva denominación de la 'i griega'. «En España nos choca mucho ese cambio y no sé si va a funcionar. La 'ye' no la veo», asegura esta escritora, que siempre ha acentuado el adverbio 'sólo' y que supone que lo seguirá haciendo, aunque tiene sus dudas.
Otro que se resiste a decir 'ye' y a suprimir la tilde del 'solo' es Juan José Millás. «Ese acento del adverbio 'sólo' es pertinente y hay construcciones donde es necesario», asegura. Por su parte, Antonio Muñoz Molina, académico de la Lengua, supone que los expertos «tendrán sus razones», si bien no entiende lo de suprimir la tilde en palabras como 'guión' y 'truhán'.
Manuel de Lope seguirá poniendo el acento en el adverbio 'sólo' porque así se lo enseñaron «en el colegio», y seguirá diciendo 'be' y 'uve'. Lo de llamar 'ye' a la i griega le parece «una falsa puesta al día».
Antonio Colinas cree sobre todo «en la libertad expresiva», esa que puso de manifiesto en su poemario 'Sepulcro en Tarquinia' (Premio de la Crítica), en el que «no hay puntuación ni mayúsculas».
Martín Garzo sostiene que «no hay que dar demasiada importancia» a los cambios, porque la lengua es una especie de organismo vivo y son los hablantes los que crean la lengua y la renuevan». Eso sí, «a los que estamos acostumbrados a escribir 'sólo' con acento nos va a parecer que esa palabra se queda demasiado desnuda si se lo quitamos», señala este escritor.
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