El acoso del 'spam' telefónico no remite pese a ser ilegal desde enero

Y es que aunque muchos lo ignoren, desde enero, existe una nueva arma legal para combatir estas comunicaciones tan molestas. Dispuesto a atajar esta agresiva fórmula comercial, el pasado 22 de diciembre el pleno del Congreso aprobó por unanimidad una norma que modifica el régimen legal de la competencia desleal y la publicidad ilícita, y contempla entre sus medidas la posibilidad de que el usuario pueda oponerse a recibir ofertas comerciales desde que se produzca la primera llamada.

El texto legal (que lleva nueve meses en vigor, aunque como lamentan las asociaciones de consumidores no se está cumpliendo) determina que los ciudadanos que sean víctimas de 'spam' telefónico podrán negarse a recibir más llamadas relacionadas con la misma propuesta comercial, negativa que la empresa tiene la obligación de registrar y acatar.

Cerco a los números ocultos

En este sentido, la ley 29/2009 señala expresamente que el empresario o profesional deberá utilizar en estas comunicaciones «sistemas que permitan al consumidor dejar constancia de su rechazo a seguir recibiendo publicidad». Para ello, el texto establece que las llamadas deberán realizarse «desde un número de teléfono identificable», lo que pone coto a las llamadas ocultas.

Según María Huelin, este es el único aspecto de la nueva normativa que están respetando los operadores. Eso sí, ninguno está habilitando herramientas que permitan a los usuarios entonar el 'basta' y exigir, ley en mano, que no le acosen más con mensajes comerciales. «La norma no se está cumpliendo por falta de previsión. Se ha convertido en letra muerta. El problema es que tienen a comerciales mal formados que ni siquiera conocen el texto. Exigimos que la administración adopte las medidas pertinente y abra procedimientos sancionadores», advierte esta abogada especializada en consumo.

Mercedes Ortiz, una decoradora malagueña, ha sufrido de primera mano este incumplimiento. Una compañía de telefonía móvil ha bombardeado esta semana su terminal, efectuando hasta cinco llamadas en un mismo día con fines publicitarios. Ya cansada, optó por descolgar y pedir a la operadora que no le volvieran a llamar, como marca la ley. Esta fue la respuesta que obtuvo: «Me dijeron que si no era cliente no podían hacer nada; si no quería que me llamaran debía inscribirme en la lista Robinson», detalla esta usuaria, que no tuvo más remedio que apuntarse en tal registro.

Una solución que, como recuerda Alejandro Perales, presidente de la Asociación de Usuarios de la Comunicación, es ilegal. «El operador está obligado a tomar nota si alguna persona pide que no se le moleste más y dar esa opción al ciudadano. No obstante, aunque la ley es clara, se siguen produciendo estos abusos, que dejan indefensos a los usuarios», lamenta.

Al respecto, Perales anima a los afectados a que denuncien ante la Agencia de Protección de Datos. Igualmente, desde Facua aconsejan a quienes reciban estas llamadas que exijan los datos de la empresa que les incordia y que presenten una queja.