Roberto Herruzo mostró sus cualidades con la guitarra. :: ÁLVARO CABRERA
FERIA DE NOCHE. CASETA DE LA JUVENTUD

Jornada de fusión a ritmo de flamenco, reggae y jazz

LEANDRO PAVÓN

Jueves, 19 de agosto 2010, 03:50

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El MálagaCrea Rock celebró su cuarta noche de concurso en la Caseta de la Juventud con la modalidad de fusión. Se pudo escuchar desde ... flamenco a reggae, pasando por jazz, ska y hasta samba. Tras unas jornadas en las que el recinto no terminaba de llenarse de gente, el martes lo consiguió gracias a la actuación del grupo invitado, Tabletom.

El primero en salir al escenario fue Roberto Herruzo con sus ritmos árabes y flamenco. El cantante aloreño daba a conocer el instrumento de su propia invención con el que tocó algunas de sus canciones, el traquetófono, y que está formado por los tubos de goma rojos que se utilizan en las obras.

En un repertorio de mucho cante armónico, Herruzo interpretó sus canciones más conocidas, como 'Falsa espera' y 'Álora', además de demostrar sus dotes artísticas usando técnicas con la guitarra como el 'tapping', que según explicó el cantante, trata de usar la guitarra como si fuera un piano.

Después aparecieron D'anika con un ritmo más animado y tendencias al nuevo flamenco. El grupo supo amenizar la espera, con un cantante que espoleaba al público y le hacía salir de la relajación por la que Herruzo apostaba. La actuación se caracterizó por el uso de instrumentos de viento como la trompeta y el trombón, dando un aire fresco a su música. Temas como 'Siglo XXI' hicieron botar a los asistentes.

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El reggae de Jarrillo Lata

Con la aparición de Jarrillo Lata, el flamenco se adornó con un poco de reggae. Los componentes de la banda lo dieron todo en el escenario, sin parar ni un instante. El cantante supo meterse al público en el bolsillo y le contagió su hiperactividad. El grupo empezó a tocar y con temas como 'Camino sin verea', 'Despierta' o 'El mandril' provocaron la mayor ovación de la noche entre los finalistas.

El flamenco desapareció del todo con Tantatrampa Batucada, que apostó por ritmos más diversos. Reggae y ska se unían para tocar canciones reivindicativas sobre religión, inmigración o Palestina. Se despidieron del escenario con una samba que hizo bailar a todos.

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Alrededor de las tres de la madrugada apareció en el escenario una de las bandas más longevas del panorama nacional. Tabletom, con sus 34 años encima de las tablas, no defraudó a sus fieles.

Su rock mezclado con jazz hizo vibrar a la Caseta de la Juventud y con temas como 'Cazuela de arroz', reunieron en el mismo recinto a varias generaciones que año tras año se dan cita en esta tradicional actuación que nunca falla en la Feria de Málaga.

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