Julio Aparicio cae tras la brutal cogida, que le atravesó la boca. :: IGNACIO GIL
TOROS

Julio Aparicio, herido gravísimo en San Isidro

El diestro sufrió una espeluznante cogida en la barbilla que penetró en la boca, le atravesó la lengua y le rompió el maxilar

BARQUERITO

Sábado, 22 de mayo 2010, 04:45

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Un toro de Juan Pedro Domecq hirió ayer de mucha gravedad a Julio Aparicio en un lance infortunado. Descolgado de hombros, fuera de las rayas en señal de confianza, Aparicio estaba toreando de muleta. Era la cuarta tanda de una faena de fácil dibujo. En la salida de un muletazo con la izquierda, desplazado por la culta del toro y en un mal paso Aparicio cayó al suelo. No en la cara del toro pero casi. Escapó como pudo de la jurisdicción del toro pero al intentar incorporarse tuvo la mala fortuna de volver a tropezar y caer de cara, y echarse encima la muleta.

Aunque las cuadrillas llegaban al quite en el momento preciso, el toro hizo presa con el torero por el cuello y, certero, le atravesó la boca con el pitón derecho. Era un toro muy astifino. La sangre empezó a manar por la herida y en un momento se tuvo sensación de cornada fatal. Las asistencias condujeron prestas a Aparicio a la enfermería. Hora y media después se facilito el parte médico de pronóstico muy grave: herida de una trayectoria en la mandíbula que penetró en la cavidad bucal, atravesó lengua y paladar y produjo factura del maxilar superior. Aparicio fue trasladado al Hospital Doce de Octubre de Madrid para una posterior intervención quirúrgica.

La cornada marcó la tarde en Las Ventas, aunque el propio médico del coso, Máximo García Padrós, se encargó de desdramatizar la situación una vez que se conoció el alcance real de la cogida: «No tenemos por qué temer ni por su vida, ni por posibles secuelas, aunque tendrá una recuperación muy lenta. Es una cornada muy seria. Le ha roto prácticamente toda la boca, la lengua, el paladar y el maxilar superior. Le hemos entubado en la enfermería y hemos conseguido estabilizarlo. Aún es pronto para hacer valoraciones más concisas. Hay que esperar», dijo Padrós.

Esta ha sido la segunda cornada grave que Aparicio ha sufrido en sus veinte años de matador de alternativa y sus tres temporadas previas como novillero. En enero cumplió 41 años. Su carrera taurina, apagada durante casi una década tras un arranque brillante, se vio relanzada hace ahora dos temporadas y desde entonces se había mantenido en los primeros puestos del escalafón. El pasado jueves Aparicio toreó a placer en Nimes un toro de Cuvillo al que cortó las dos orejas.

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