La prohibición de los cultivos de kifi no ha ofrecido alternativas

Hace años, en las montañas del Rif las plantaciones de 'kifi' (cannabis) estaban casi a pie de carretera. Ahora es muy difícil descubrir alguna. Van para dos años que el gobierno marroquí prohibió cultivar esta planta de la que sale el hachís y de la que subsistía el 80% de la población rural de la zona. Los agricultores confiaban en que tal medida quedara sin efecto y durante el primer año ni reaccionaron ni buscaron alternativas. No obstante, han pasado dos años y no hay marcha atrás. Los cultivos de kifi provocaron que se dejaran de lado otras posibilidades, como el olivo o los almendros, que crecían casi raquíticos por falta de cuidados. Ahora hay asociaciones que empiezan a trabajar con los campesinos para que vuelquen sus esfuerzos en estos otros cultivos y pongan en marcha sistemas de gestión y producción que eviten que todo el beneficio vaya a parar a los intermediarios.