Nuevos doctores de la UMA, un acto de entrega a la investigación

Además de los nuevos doctores, el acto de graduación reunió al equipo de dirección de la UMA y a sus decanos y directores de centros, así como a directores y directoras de tesis y miembros de la comunidad universitaria. También a algunos recién nacidos, como el hijo de Samira El Gibari, doctora en Economía, de 31 años, que ha desarrollado una nueva metodología para elaborar ránkings de universidades. Miguel López Unzu, de 29 años, se ha doctorado en Biología con una tesis en la que ha estudiado la evolución del músculo cardíaco. Ahora trabaja en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, en Madrid, pero ayer no quiso perderse la ceremonia. En Medicina se ha doctorado Rocío Lorenzo, que vio suspendido el acto de investidura en marzo de 2020. Ha analizado la innovación educativa en docencia en Radiología y trabaja en el Hospital de la Axarquía. Lamentó que el sobresfuerzo que supone realizar una tesis doctoral «no esté suficientemente valorado».

Salvador Domínguez es de los escasos matemáticos que se dedican a la docencia, ahora que están tan demandados por las empresas privadas. Es profesor en el IES Serranía, de Alozaina, pero ha sacado tiempo para realizar su tesis sobre análisis matemático. Letrada de la Junta de Andalucía, Carmen Mercado ha analizado la protección integral de las mujeres en el mundo contemporáneo, una tesis con la que ha disfrutado, «un acto de voluntad y de amor a la Ciencia», aseguró.

Entre los nuevos doctores, el exconsejero de la Junta Antonio Ávila, a quien su actividad política alejó de la universidad durante años. Al regresar a la UMA, donde imparte clase, ha podido terminar la tesis, sobre concentración industrial apliacada a la economía del deporte.

José Antonio Rueda, de 31 años y de Alhaurín el Grande, se ha doctorado en Estudios Sociales y del Trabajo con una tesis en la que analiza un problema que le afecta de manera muy directa, la reserva de empleo para personas con discapacidad en empresas y administraciones públicas. Ha conseguido una beca postdoctoral y está trabajando en la Universidad de Granada.

Durante el acto protocolario, los nuevos doctores recibieron como insignia el birrete laureado, de diferentes colores según la escuela o facultad, distintivos del magisterio; los guantes blancos, símbolo de la pureza; la credencial de nuevos doctores así como el abrazo de fraternidad, pues se incorporan al claustro de doctores de la UMA. La promesa de fidelidad, en nombre de todos los nuevos doctores, la realizó Alfredo Mena Navarro.

La directora de la Escuela de Doctorado de la UMA, Magdalena Martín, destacó en su laudatio la trascendencia del acto, sobre todo en momentos en los que «el éxito no está vinculado al esfuerzo y la relación entre formación y promoción social es imprevisible». Señaló que los nuevos doctores «a partir de su curiosidad intelectual han logrado acotar una parcela del saber». Y les recordó que asumen un compromiso, el de «seguir siendo competentes, que no competitivos, así como el deber de continuar desarrollando Ciencia».

El rector, que cerró el acto, aseguró que la imposición de birretes «marca uno de los momentos más relevantes de la vida académica» y dijo a los nuevos doctores: «Sois nuestro talento, vosotros representáis la más depurada expresión de ese talento al que vuestros directores y directoras han conseguido ayudar para que aflore». Para José Ángel Narváez, la sociedad necesita de estos nuevos doctores, no para salir de la crisis, sino para reinventar el futuro: «vosotros vais a ser los protagonistas del cambio que requiere esta nueva sociedad a la que se ha dado en llamar sociedad del conocimiento», en la que jugará un papel clave la investigación.

A los nuevos doctores pidió que contribuyan a la construcción de una sociedad donde la globalidad vaya de la mano de la igualdad y de la justicia. El rector también recordó la guerra de Ucrania. «Si algo puede sacar al mundo de la locura bélica en la que se halla inmerso es precisamente la razón que nace de los valores humanos, el conocimiento aplicado a la convivencia entre pueblos y entre naciones. Justamente los valores consustanciales a la universidad pública», dijo.