Dos patentes de la UMA, ganadoras en los Premios a la Mejor Invención de España
El respirador creado por médicos e ingenieros de Málaga en plena pandemia y un proyecto con aplicación en el campo de la fotónica integrada han sido reconocidos por la Oficina Española de Patentes y Marcas
La Universidad de Málaga (UMA) tenía más opciones que sus competidores y la probabilidad se cumplió. De las 11 patentes nacionales que aspiraban a ganar ... en los I Premios a la Mejor Invención Protegida por Derechos de Propiedad Industrial, tres eran malagueñas y dos de ellas resultaron finalmente ganadoras.
Así se conoció este miércoles en el transcurso de un acto, celebrado por la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) en la sede madrileña de la Escuela de Organización Industrial (EOI) y en la que la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, reconoció el trabajo realizado por estos investigadores y subrayó la necesidad de atraer el talento para que en España se haga la mejor ciencia. Asimismo, la ministra en su intervención destacó la responsabilidad de la OEPM de acercar la oficina a la sociedad para que sea consciente de la importancia que tiene la propiedad industrial como valor intangible».
En primer lugar, en la categoría de Mejor Modelo de Utilidad, premiado con 1.500 euros, ganó el respirador artificial desarrollado en abril de 2020 por investigadores de la UMA, científicos del IBIMA y médicos del Hospital Regional y el Clínico, para reforzar la asistencia sanitaria en los meses más duros de la pandemia. Un dispositivo realizado en tiempo récord a partir de la idea original del cirujano cardiovascular del Hospital Regional de Málaga, Ignacio Díaz de Tuesta, y el trabajo de programación del automatismo llevado a cabo por los profesores de Ingeniería de la UMA, Víctor Muñoz y Carlos Pérez del Pulgar. Esta patente tomó forma en las instalaciones de Fujitsu, donde se hicieron 300 dispositivos bajo la etiqueta 'Andalucía Respira'. Aunque no fue necesario utilizarlos en España, 50 de ellos sí fueron enviados a Ecuador en plena emergencia sanitaria.
Carlos Pérez del Pulgar, investigador de la Escuela de Ingenierías Industriales, fue el encargado de recoger el premio, «toda una sorpresa después de ver el gran nivel del resto de finalistas», indica. Ahora echa la vista atrás y recuerda las tres «intensas» semanas que tardaron en desarrollar el dispositivo desde su concepción como respirador hasta que fue homologado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). «Aquello días fueron de mucha presión, de trabajo a contrarreloj porque podían hacer falta respiradores en los hospitales. Por eso, que una institución nacional valore todo ese esfuerzo significa tanto; el dinero es lo de menos».
En esta misma categoría competía otro investigador de la UMA, el catedrático de Mecánica de Fluidos de la UMA, Enrique Sanmiguel, con su proyecto 'Método y sistema de evaluación de transformaciones morfológicas de una cavidad nasal', que admite que acudío a la cita con «mentalidad de perdedor». «Reconozco que el respirador era muy buen proyecto; tiene un gran mérito haberlo desarrollado en plena pandemia y, sin duda, era una candidatura mejor que la mía», reconoce Sanmiguel a este periódico tras una jornada con saber agridulce. «Eché en falta que, al menos, a los nominados nos nombrasen en el transcurso del acto; si no, ¿qué sentido tenía que nos convocasen?», se lamenta el investigador mientras viaja de vuelta a Málaga en el AVE. Un viaje y unas dietas que finalmente serán sufragadas por la UMA después de que Sanmiguel se quejase de que no iba a contar con ayuda de la universidad para acudir al acto.
El segundo premio para la UMA llegó en la categoría a la Mejor Patente de Inventor Joven, dotado con 3.000 euros. Recayó en José Manuel LuqueGonzález, estudiante de doctorado de la Universidad de Málaga, que no pudo recogerlo en persona por estar en Canadá . Allí ha iniciado recientemente una línea de investigación junto con el National Research Council of Canada sobre la realización de filtros para conseguir fuentes de luz cuántica lo más puras posibles.
En su nombre, recogió el premio el catedrático del departamento de Ingenierías de Comunicaciones de la UMA, Íñigo Molina, uno de los coinventores de la patente (cinco son de la Universidad de Málaga y dos del CSIC). Junto a Molina y José Manuel Luque, que es el solicitante del premio y el que más tiempo ha dedicado a desarrollar la idea que subyace en ella al ser ésta una parte fundamental de su tesis doctoral, han trabajado en el proyecto premiado los profesores de la UMA Gonzalo Wangüemert Pérez, Alejandro Ortega Moñux y Robert Halir, y por parte del CSIC, los colaboradores han sido el científico Aitor Villafranca Velasco y la doctora Alaine Herrero Bermello.
José Manuel Luque, que siempre albergó la esperanza de ganar este premio al estar en una categoría donde competía con investigadores menores de 40 años, asegura que cuando uno se dedica a la investigación «no sueles andar pensando en el premio que te darán después por ello, sino que crees en la idea e intentas desarrollarla lo mejor posible», recalca Luque quien admite también que cualquier reconocimiento siempre ayuda, «tanto a mí para seguir adelante como a los que me rodean y aguantan la cantidad de horas que trabajamos».
Esta patente ganadora pertenece al campo de la fotónica integrada. «Se trata de la ciencia de generar, controlar y detectar fotones (partículas elementales de la luz), dentro de chips miniaturizados», explica el investigador.
Asegura que la fotónica integrada encuentra así una gran cantidad de aplicaciones, desde las comunicaciones ópticas, las cuales soportan el enorme tráfico de datos generado por la sociedad de la información, hasta otras más específicas pero fundamentales para el avance la sociedad, como la computación cuántica, la medicina o la espectroscopia. «Prueba de la importancia de la fotónica realizada en chips de silicio, el Gobierno de España los incluye en sus proyectos de carácter estratégico para la recuperación y transformación económica (PERTE), teniendo un rol clave para el desarrollo de las redes 5G y 6G, biomedicina o el diagnóstico rápido y eficaz de enfermedades», subraya Luque desde su residencia en Canadá.
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