El Unicaja, preparado para la defensa de Málaga
COPA DEL REY ·
El núcleo de jugadores nacionales es el factor diferencial del equipo malagueño para tratar de hacer un buen papel en el torneo que arranca hoy en MálagaEn una Liga ACB con sólo un 28% de jugadores nacionales el Unicaja se ha convertido en una isla en medio del mar de extranjeros que inundan la competición. Esta base de jugadores españoles ha emergido como la gran referencia de presente y de futuro para afrontar el gran desafío que supone un torneo como la Copa del Rey, pero también para construir un proyecto con cara y ojos, con identidad y que en sólo unos meses ha logrado una conexión total con los aficionados. Como en toda especialidad deportiva, los resultados mandan, pero seguramente el contar con un núcleo de jugadores españoles ayudará a conseguirlos.
El Unicaja comienza desde hoy la defensa de Málaga con su particular escuadrón de nacionales: Jaime Fernández, Alberto Díaz, Darío Brizuela, Rubén Guerrero y Carlos Suárez. Ellos comandan un equipo que tiene el gran desafío que parece imposible en las últimas temporadas, el de ganar la Copa ante su afición. La palabra anfitrión va ligada en el torneo del KO a la de maldición... Aunque alguna vez tendrá que acabar. Dicen los expertos que para que un equipo carbure y pueda crecer y ser competitivo debe reunir un grupo de jugadores a buen nivel, que asuman las responsabilidades, que sin ser estrellas sean regulares y, cosas de la vida, en el Unicaja, este núcleo es español. La apuesta deportiva que el club viene realizando en las últimas temporadas, la de incorporar jugadores españoles, que no hay que perder de vista que son la base y el futuro de la selección campeona del mundo, da ahora sus frutos. La apuesta madurará más tarde o más temprano, pero la Copa del Rey que hoy arranca en Málaga es una buena prueba para comprobar si el proyecto va en la dirección correcta.
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En este quinteto nacional del que tanto se habla en la Liga Endesa y que sólo otro club como el Valencia, puede igualar, el Unicaja lo ha construido con una mezcla de cantera e inversión. Por un lado tiene a Alberto Díaz y Rubén Guerrero, como producto de Los Guindos, aunque el último se ha desarrollado en Estados Unidos. Por otro, el club realizó dos importantes movimientos pagando las cláusulas de Jaime Fernández y Darío Brizuela. Suárez, el jefe y el más veterano, es el complemento perfecto para el cuarteto de 'pequeñitos' que no supera los 25 años y que hace un par de días era convocado al completo por Sergio Scariolo para preparar los encuentros de clasificación para el Europeo de 2021.
En sólo unos meses, el Unicaja ha pasado de desaparecer de la selección tras el ocaso de Berni y Cabezas, a tener un protagonismo total. Cada caso es distinto. Alberto Díaz es la gran apuesta del club. Tras 'hacer la mili' en dos cesiones al Bilbao y el Fuenlabrada, su presencia en la plantilla de 2015 fue una imposición del presidente del club Eduardo García que el entonces entrenador del equipo, Joan Plaza, aceptó a regañadientes. Luego, ese trabajo constante que realiza lo ha consolidado como referencia del equipo. El pelirrojo tiene un perfil casi único en el baloncesto nacional en su puesto. Precisamente a Plaza, destituido ayer como entrenador del Zenit, hay que darle también su mérito, pues el fichaje de Suárez fue una petición suya, como también su reconversión al puesto de cuatro en el que tan productivo es ahora. «Es importante tener una base de jugadores españoles porque siempre respondemos y damos un paso adelante en los momentos complicados», comentaba el capitán del Unicaja a SUR.
El cesto de la Copa
El tercero en incorporarse fue Jaime Fernández. Con él el Unicaja rompió su política de años de no pagar traspasos. Hace dos temporadas era el nacional más pujante fuera del control de los grandes de la competición y no hubo dudas. Antes de que acabase la Liga, su fichaje había quedado pactado. El madrileño explotó de forma espectacular la pasada campaña antes de que las lesiones lo mermasen. Ahora llega a la Copa en su mejor momento en meses. Ha rozado la designación de jugador del mes con un arranque de año impresionante con 20,5 puntos y 8,5 asistencias. Hace poco comentaba que cambiaba cualquier logro individual por ganar la Copa; ahora tiene la oportunidad. Con Guerrero se realizó un movimiento muy curioso. Finalizada su etapa en la NCAA, el Unicaja quiso hacerle una prueba de altura. Llegó justo antes del 'play-off' de la pasada campaña. Pasó el corte y lo volvió a pasar este verano para quedarse en la plantilla. Sus prestaciones en el último mes son sensacionales tras la lesión de Frank Elegar. Con 2,13 metros y un físico tremendo, el marbellí es un espécimen casi único en el baloncesto español. En una operación similar se fraguó el desembarco de Brizuela, con un atenuando, el Unicaja intentó ficharlo la temporada pasada, pero el Valencia le pagaba más. Al quedarse en un Estudiantes acuciado por las deudas, el equipo malagueño volvió a la carga el pasado diciembre y repitió el movimiento maestro de su amigo Jaime Fernández. Brizuela ha caído de pie en Málaga. Encantado con la ciudad y un equipo en el que se siente arropado por Díaz, Fernández, Guerrero y Suárez. El círculo se cierra de forma positiva y quién sabe si con la posibilidad de volver a abrirlo en breve para añadir alguna pieza más.
Hoy cuando arranque la Copa en el Palacio de los Deportes, este Unicaja tan irregular como imprevisible, tendrá su primera gran prueba de la temporada. De momento llega con una base reconocible para competir por un título que sería tan inesperado como deseado y celebrado.
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