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Público en el partido entre el Unicaja y el Betis del pasado domingo Salvador Salas
Plan de domingo

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Al poste bajo ·

Las jornadas dominicales por la mañana son las más idóneas para llenar el Carpena, pero los clubes cada vez pintan menos en el reparto de los horarios

Enrique Miranda

Málaga

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Miércoles, 6 de noviembre 2019, 01:22

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Hacía tiempo que no iba a ver un partido al Carpena de 'civil', es decir sin tener que estar pendiente de las estadísticas, actualizar las redes sociales o darle vueltas al posible titular de la crónica. Se disfruta del baloncesto de otra manera y me dio tiempo de fijarme un buen rato en la grada, en la gente que acude al pabellón malagueño para animar al Unicaja, seguramente uno de los grandes activos del club. El pasado domingo, en el derbi andaluz ante el Betis, el ambiente era excepcional. Muchas familias, mucho grupo de amigos y muchos conocidos del baloncesto, vecinos de asiento que solo tienen relación los días de partido. Ya en el primer cuarto me llamó la atención los pocos sitios libres que se veían en el Palacio, algo que se corroboró con los datos oficiales: 8.100 espectadores. ¿Recuerdan algún partido con un ambiente así que no fuera ante alguno de los grandes de la Liga Endesa o en un partido de 'play-off'?

Aunque el derbi andaluz siempre tiene atractivo –gran trabajo el que está haciendo en Sevilla el malagueño Juanma Rodríguez y una alegría volver a ver a otro equipo andaluz en la élite–, la clave de esta buena entrada está en que el partido se jugó el domingo a las 12.30 horas. Siempre he mantenido que es el mejor horario para el espectador del Unicaja, aunque cada vez sea menos frecuente en Málaga. El ambiente del Palacio es eminentemente familiar, con muchos niños que desde pequeños se acercan al baloncesto y que serán abonados en unos años. Pero a determinadas edades, ir a un partido a partir de las 20.00 horas supone un problema.

En el Unicaja son conscientes de lo beneficioso de este horario, pero los clubes cada vez pintan menos en esto de los horarios, donde prima los intereses de la televisión y la necesidad de rellenar muchas horas con el producto, aunque sea con el riesgo de ver pabellones semivacíos. Sólo hay que ver los partidos de la Eurocup, que entre el pobre nivel de la competición en la primera fase –ay, añorada Euroliga– y que se juegan los martes y miércoles por la noche, apenas reúne a los más acérrimos seguidores o a los que se encuentran con una invitación. A ver si hoy en Podgorica se llega a los 2.000 espectadores.

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