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Resulta complicado poner nombre y analizar de forma individual lo que va sucediendo en el Unicaja porque los protagonistas van cambiando. El que hoy brilla ... puede no hacerlo mañana, y viceversa. Eso sí, como en todos los grupos, pese a que aquí los roles estén menos definidos y todos cuenten de un modo más parejo que en otros vestuarios, hay líderes. En este tramo del curso, confirmando lo que deparó el 2024, el regreso de la mejor versión del equipo ha coincidido en el tiempo (y en números) con actuaciones de mucho mérito de Perry y Osetkowski, los dos jugadores mejor valorados del Unicaja el pasado año y dos faros para el equipo por su carisma y sus galones dentro y fuera de la cancha.
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Juan Calderón
Este enero, en los encuentros ante el UCAM Murcia y el Casademont Zaragoza, esa doble jornada de la Liga ACB para abrir el año, y también en los dos que le precedían, ante el Baskonia y el Breogán, la actuación de los dos se presentó fundamental para seguir sumando victorias, independientemente de que el nivel colectivo bajara por causas meramente físicas. El base lideró junto a Carter, que quizá sea el más regular del equipo esta campaña, el juego exterior del Unicaja, mientras que el californiano ha sido, sin duda, el amo y señor del juego interior.
Ambos son el segundo y el tercer jugador mejor valorados del equipo, un parámetro que pretende medir la regularidad de los jugadores en el transcurso del campeonato. Y son, junto a Carter, Taylor y Kalinoski, los dos que completan el grupo de los intocables: los únicos que han jugado los quince partidos que van de Liga ACB este curso.
Perry, que amplió su contrato con el Unicaja el pasado 30 de diciembre, celebró su renovación con una exhibición en Murcia, donde repartió seis asistencias y anotó 13 puntos, consiguiendo una valoración final de 21 créditos, dejando atrás el cansancio acumulado por la ventana y la infección que le mantuvo algo más débil físicamente. Ante el Casademont Zaragoza se dividió el trabajo con Alberto Díaz, que acumula ya una serie de buenas actuaciones tras un comienzo de campaña algo más convulso debido a problemas físicos en el aductor. Ambos son, más allá de compañeros de posición, los líderes espirituales del Unicaja. A la veteranía, la experiencia y la sangre verdimorada del capitán se une, desde hace ya dos temporadas y media, el carisma y la conexión que tiene con el público el base de Florida. Es el extranjero más especial que ha pasado por el Unicaja en los últimos años. Sus camisetas, las de ambos, son las más vendidas.
El nivel del californiano en las cuatro últimas victorias del Unicaja ha sido sensacional. Desde su golpe en la mesa en Vitoria, una complicada plaza en la que firmó su mejor actuación como cajista con 26 puntos y 27 créditos de valoración, ha estado siempre entre los mejores del equipo en la faceta anotadora y en el rebote. Es uno de los pulmones del equipo y el único que no rota por decreto, como el resto de interiores, por su impacto en el juego. A este nivel es uno de los jugadores más determinantes de la Liga. La 'resurrección' del Unicaja se debe también a la recuperación de estos dos jugadores.
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