El paso al frente de Killian Tillie
El 'cuatro' francés cuajó en Badalona su mejor partido como cajista, mostrando confianza y siendo clave en el triunfo con dos triples en el último cuarto
Ibon Navarro, fiel valedor del grupo como unidad y siempre reacio a los individualismos, se aventuró a ponerle nombre propio a la victoria del Unicaja ... en el Olímpic de Badalona en su rueda de prensa posterior, tras el bocinazo final. Ese hombre es el francés Killian Tillie, que continúa con su particular vuelta a la vida después de dos años sin competir a causa de sus lesiones en la espalda, rodilla y tobillo. El Unicaja, consciente del problema, pero también de su talento, lo 'mima' con el objetivo de que vuelva a estar al cien por cien, con el objetivo de subir el nivel global del equipo y para paliar la posible baja de Osetkowski si es que finalmente hay sanción.
Jugó apenas cinco minutos en el primer cuarto, no salió en el segundo, en el tercero tuvo una presencia muy simbólica y en el último explotó. Fue clave para que el Unicaja sumara una victoria de carácter y mucho peso en Badalona, una tierra maldita para el club durante la 'era Ibon Navarro' en la Liga Endesa. De los ocho puntos que convirtió Tillie el sábado, dos fueron en el primer cuarto y los seis restantes llegaron en forma de triples al final, con el partido igualado y cuando los golpes no paraban de sucederse en las dos canastas. El vitoriano, sabedor de su potencial y de su progresión tanto en lo físico (por los problemas que arrastró en el pasado) como en lo meramente deportivo, decidió darle paso en un momento trascendental. Y cumplió con su cometido. Al montante de puntos que sumó en los últimos diez minutos (corto, pero fundamentales por el contexto) sumó en sus estadísticas tres rebotes, dos en defensa y uno en ataque, un tapón, una recuperación y un +/- de cinco puntos. Además, bailó con las dos 'torres' del Joventut, Ante Tomic y Pustovyi.
Fue su mejor partido como cajista. En el que más minutos disputó (14:47) y en el que consiguió más puntos de valoración (13). Ante el Girona, en el estreno del Unicaja en esta edición de la Liga Endesa, disputó 14:09 minutos, con 11 puntos de valoración, aunque su proceso obligó a Ibon Navarro a tener más mesura con él. Atravesó molestias en las semanas posteriores para terminar justificando su fichaje en la complicada plaza de Badalona mes y medio después.
Como contó SUR estos días atrás, su contrato con el Unicaja contemplaba cláusulas de rescisión por cuestiones físicas después de un preocupante balance de 850 días sin competir antes de volver a vestirse de corto en las Ligas de Verano de la NBA. El primer 'corte' de su contrato llegaba este noviembre, coincidiendo con la inminente resolución del 'caso Osetkowski'. Ya había aprobado este examen, pero su actuación este sábado reafirmó y consolidó la idea y la visión interna del Unicaja respecto a aquel jugador que brilló en los Memphis Grizzlies antes de lesionarse.
Más allá, el pasado miércoles en Turquía también demostró su mejoría, anotando 12 puntos, de los cuales 10 fueron en los últimos tres minutos del tercer cuarto, haciendo gala de capacidad de generar y hacer daño en un lapso corto de tiempo durante los partidos. Fue un partido de menos exigencia, propicio e ideal para que soltara el pelo y en el que aprovechó para seguir puliendo sensaciones desde el perímetro, una de sus especialidades. Acabó el partido con una valoración de 13 puntos, la misma que en la casa de la Penya tres días después. El Unicaja recupera para la causa a un jugador que, tal y como expresó Ibon Navarro durante la pretemporada, algunas semanas antes de que se hiciera oficial su fichaje, tiene «nivel NBA» si está al cien por cien.
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